El caos imperante en Israel ha causado tanta alarma que el presidente del país, Estaba anunciado que Isaac Herzog, ha solicitado al gobierno de Benjamin Netanyahu que se retracte y retire la reforma judicial que ha soliviantado a gran parte de la población. «Por el bien de la unidad del pueblo de Israel, por el bien de la responsabilidad, les pido que detengan el proceso legislativo de inmediato», ha escrito el presidente en su perfil de la red social Twitter. Es excepcional que el jefe del Estado tome esta iniciativa debido a que su papel es ceremonial.
Herzog ha hecho un llamamiento a los jefes de los grupos parlamentarios del Parlamento israelí (Knesset) «tanto de la coalición como de la oposición» para que «pongan a los ciudadanos del país por encima de todo y actúen con responsabilidad y valentía sin más demora». Ha añadido: «Estamos en un momento de liderazgo y responsabilidad».
En tono dramático, ha subrayado que «la seguridad, la economía, la sociedad, todos están amenazados. Los ojos de todo el pueblo de Israel están puestos en vosotros. Los ojos de todo el pueblo judío están puestos en vosotros. Los ojos del mundo entero están puestos en vosotros».
El primer ministro tenía previsto hacer un anuncio a primera hora del lunes pero se ha retrasado por las tensiones en el gabinete entre los más extremistas que llaman «anarquistas» a los manifestantes y no quieren ceder y quienes ven necesario dar un paso atrás.
El sindicato más importante del país, Histadrut, ha anunciado que va a llamar a la huelga si el gobierno no retira la reforma. El aeropuerto Ben Gurion toma parte en el paro. Este lunes se han cancelado las salidas. La población aprovecha cualquier momento para mostrar su firme defensa de la democracia y su repulsa por lo que consideran que es el fin de la separación de poderes. En una estación de tren los israelíes cantaban «democracia» al dirigirse a sus trabajos este lunes, según informa Haaretz.
Los aspectos más polémicos de la reforma se refieren a que una mayoría simple de 61 en los 120 escaños de la Knesset pueda anular casi todas las sentencias del Tribunal Supremo y que los políticos puedan nombrar a la mayoría de los jueces. El ministro de Justicia, Yariv Levin, y el sionista religioso Simcha Rothman, que preside la Comisión de Derecho y Justicia en la Kesset, son los grandes defensores de estas modificaciones.
Los dos consideran demasiado poderoso al Supremo y contrario al movimiento de colonos y la comunidad ultrareligiosa de Israel. Las medidas beneficiarían a Netanyahu ya que podría eludir el procesamieto en su juicio por corrupción, según señala Bethan McKernan en The Guardian.
El gobierno estadounidense se ha mostrado «profundamente preocupado por los acontecimientos» que han tenido lugar el domingo tras el anuncio de la salida del gobierno del titular de Defensa. La portavoz de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Adrienne Watson, ha «instado firmemente a los dirigentes israelíes a que lleguen a un acuerdo lo antes posible».
«Las sociedades democráticas se fortalecen mediante controles y equilibrios, y los cambios fundamentales de un sistema democrático deben perseguirse con la base más amplia posible de apoyo popular», ha sostenido la portavoz, según se puede leer en un comunicado, que cita Europa Press.
El cónsul de Israel en Nueva York, Asaf Zamir, ha presentado este domingo su dimisión en protesta por la propuesta del Gobierno de aprobar la controvertida reforma del poder judicial. «Es el momento de unirme a la lucha por el futuro de Israel para garantizar que siga siendo un faro de democracia y libertad en el mundo», ha indicado el cónsul a través de su perfil de Twitter.