Los alumnos que siguen en los colegios espaoles el modelo hispano-francs (Bachibac) tienen que leer a Diderot, Voltaire, Molire o Balzac. Su plan de estudios, consensuado entre ambos pases, incluye una lista de escritores que aqu no est tan bien vista. Parece dar mala conciencia prescribir a los representantes del canon occidental, los dead white males. El Gobierno actual, de hecho, ha quitado de los currculos que dise el PP los nombres propios y los ttulos de obras como El Quijote, La Celestina o el Lazarillo, que Madrid y Castilla y Len se han apresurado a incorporar en su parte autonmica para blindarlos como lecturas obligatorias.
En esta guerra cultural se pierde la escuela mientras los estudiantes se estancan en comprensin lectora. Por eso llegan a la universidad y les tienen que ensear a leer con atencin y a escribir, argumentar y debatir coherentemente. Segn el informe PIAAC, el nivel de un universitario espaol es igual al de un bachiller holands.
El catedrtico Jos Mara Torralba, director del programa de Grandes Libros de la Universidad de Navarra, cuenta en Una educacin liberal (Encuentro) que “incluso a alumnos con excelente expediente acadmico les cuesta captar los aspectos relevantes de un texto” y tienden a hacer “una lectura superficial” en la que “comparten sentimientos” o “se conforman con determinar quines son el bueno y el malo” en vez de “exponer una postura razonada”. El programa obliga a los alumnos de todas las carreras, tanto de letras como de ciencias, a leer las obras esenciales de la literatura occidental y debatir sobre ellas. Los universitarios discuten sobre la corrupcin moral a partir de Solzhenitsyn, se sirven de Platn para ver cmo es el ciudadano ante la ley, analizan el poder en las obras de Shakespeare o exploran los lmites de la justicia con el Michael Kohlhaas de Heinrich von Kleist. La idea est inspirada en el core curriculum de las universidades de EEUU, pero sus pilares tambin estn presentes de forma transversal en el ADN de la educacin de Francia y Reino Unido.
“La elaboracin de textos amplios y las exposiciones orales son rasgos propios del sistema francs. Hablando por separado con dos polticos, me destacaban, sin ponerse de acuerdo, las diferencias en el manejo del discurso entre los europarlamentarios franceses y espaoles. Esto no es gentico, sino un subproducto de una tradicin consolidada de su sistema educativo”, explica Francisco Lpez Ruprez, director de la Ctedra de Polticas Educativas de la Universidad Camilo Jos Cela y ex consejero de Educacin ante la OCDE y la Unesco, con sede en Pars. Sus palabras las corrobora la eurodiputada Pilar del Castillo. “Se nota una diferencia monumental entre los polticos de Espaa y los de otros pases“, reconoce quien fuera ministra de Educacin con el PP. Cuenta que en el Reino Unido la oratoria es, como en Francia, un eje fundamental de la escuela. “Desde los cuatro aos los alumnos tienen que hablar en pblico explicando en el aula cosas tan sencillas como por qu un juguete es su favorito. Ms adelante, a lo largo de todos los cursos, las distintas materias se desarrollan y afianzan a travs de la presentacin y de la representacin. Los nios narran momentos relevantes de la Historia en obras de teatro complejas. Leen, escriben sobre lo que han ledo y lo discuten en clase. As interiorizan los conocimientos aprendidos. Son tres elementos centrales de la enseanza, mientras que en Espaa la lengua cada vez est ms empobrecida y las dificultades de expresin son brutales”.
Tanto Lpez Ruprez como Del Castillo coinciden en que sera buena idea obligar a los alumnos a leer y discutir las grandes obras del pensamiento tanto en la universidad como en los institutos, donde los estudiantes se conforman con fragmentos, en vez de textos completos, y cada vez hay ms asignaturas para fomentar el emprendimiento y la empleabilidad mientras pierden peso las humanidades.
Es posible generalizar la educacin humanista en las universidades pblicas? En realidad, ste es un momento propicio para hacer caso al filsofo italiano Nuccio Ordine, que es quien ms ha defendido que “hay que amar los estudios en s mismos, no como medio para conseguir un ttulo y ganar dinero”. Porque, despus de aos con una oferta de titulaciones muy especializadas, orientadas a puestos muy concretos en el mercado laboral, la ltima tendencia son las carreras generalistas donde se mezclan ciencias con letras.
El cambio obedece en buena medida a que nadie sabe muy bien en qu van a consistir los empleos que habr en las prximas dcadas. “La orientacin de la formacin del futuro combina la especializacin con una educacin de carcter humanista y responde a la naturaleza de los problemas actuales, muchos de los cuales requieren la visin general que aportan las humanidades”, dice Lpez Ruprez.
No es casual, por tanto, que la Universidad Autnoma de Barcelona acabe de poner en marcha un grado de Ciencias, Humanidades y Tecnologa que va por este camino. El coordinador es Xavier Roqu, fsico y, al mismo tiempo, profesor del Departamento de Filosofa. “Durante un tiempo hemos credo que podamos separar ciencias y letras, pero las grandes cuestiones cientficas son, al mismo tiempo, sociales y polticas. Slo hay que pensar en el cambio climtico o la crisis energtica: no tiene sentido hablar en trminos estrictamente cientficos o estrictamente sociales. A lo largo de mi carrera he visto muchos alumnos de ciencias que reclamaban ms formacin humanstica, pero los planes de estudios suelen estar muy compartimentados”, seala.
Recuerda que hasta en el Massachusetts Institute of Technology todos los estudiantes, incluso los de ciencias, deben cursar un 25% de materias sociales y de humanidades. “No lo hacen por esttica, sino porque se han dado cuenta de que el conocimiento humanstico les sirve para ser mejores cientficos e ingenieros”, asegura. Reconoce que extender este sistema es complicado porque las agencias de evaluacin, como la Aneca o sus homlogas autonmicas, “no lo ponen fcil” con su rigidez.
La iniciativa de la Universidad de Navarra, que ocupa 18 crditos obligatorios de los 240 que conforman el grado, sera posible dentro de los crditos de formacin transversal y de optativas, aunque reducira la capacidad de eleccin de los estudiantes. Tambin habra que mejorar la colaboracin entre los departamentos y cambiar la estructura tradicional en que se dividen las asignaturas, lo que implicara formacin y concienciacin para los profesores.
Se supone que los alumnos van a venir del Bachillerato ms preparados para aprender de esta forma, porque la Lomloe fomenta el trabajo por mbitos que mezclan varias asignaturas, impulsa los proyectos y las presentaciones en pblico y apuesta, sobre todo, por las competencias transversales. Eso s, siempre que los estudiantes hayan adquirido antes una base slida de conocimientos para poder argumentar y debatir con cierta profundidad.
Nunca como hasta ahora la lectura haba estado tan acosada por las modernas formas de entretenimiento; a la vez, nunca haba gozado de tanto vigor la idea de recuperar la sabidura libresca. La vieja pretensin del editor y escritor John Brockman de tender puentes entre los conocimientos tecnolgicos y los saberes filosficos y artsticos vuelve alimentada por la necesidad de maridar el pensamiento cientfico y humanstico, potenciando la inmersin en los textos cannicos y apostando por el estudio como frmula decisiva para el robustecimiento intelectual y tico
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