Representantes de 175 pases negocian en Pars un tratado global que prohba el plstico de un nico uso y logre consiga que se recicle el 100% de este material, cuya produccin se ha duplicado en 20 aos
Nos acompaa en cada acto cotidiano, y el impacto medioambiental que tiene es tan grande, y grave, como su presencia. Prescindir del plstico, o minimizar su uso, es uno de los grandes desafos medioambientales. Por ello, Pars celebra desde ayer una cumbre con representantes de 175 pases (industriales, empresas, ONG, Gobiernos…), dentro del marco de Naciones Unidas, con el objetivo de negociar un tratado internacional al respecto.
Se trata del tercer material ms fabricado en el mundo, tras el acero y el cemento. La produccin anual de plstico se ha duplicado en 20 aos, hasta los 460 millones de toneladas, segn datos de 2019 (antes de la pandemia) de la OCDE, la Organizacin para la Cooperacin y el Desarrollo Econmico, con sede en Pars. La organizacin prev que esta produccin podra triplicarse de aqu a 2060 si no se toman medidas.
El de nico uso representa el 40% de toda la produccin y el 80% acaba convirtindose en un residuo en menos de un ao. Slo el 9% del plstico que usamos se recicla, un 19% se incinera, la mitad acaba en vertederos y otro 22% est en la atmsfera en forma de microplsticos o nanoplsticos. Un dato impactante es que estos residuos equivalen al peso de 350 millones de coches o 35.000 veces el de la Torre Eiffel.
El plstico supuso en 2019 unas 1.800 toneladas de gas de efecto invernadero, que es el 3,4% de todas las emisiones mundiales y las previsiones de la OCDE es que esta cifra podra duplicarse en 2030. “Si no hacemos nada, la generacin de desechos se triplicar de aqu a 2060. La contaminacin del plstico es una bomba de relojera, al mismo tiempo que es una plaga ya presente”, dijo ayer el presidente francs, Emmanuel Macron, a travs de videoconferencia, a los representantes de los distintos pases en la Unesco. Es la segunda “cumbre del plstico”, pues la primera se celebr en Nairobi, Kenia, hace un ao.
Segn el presidente francs, anfitrin del evento, “hay que poner fin a un modelo globalizado e insostenible que consiste en producir el plstico en China o en pases de la OCDE para luego exportarlo en forma de residuos a los pases en desarrollo, que estn mucho menos equipados para poder tratarlos”.
Acuerdo global
El objetivo de este cnclave, cuyas negociaciones comenzaron ayer en la sede de la Unesco, es llegar a un acuerdo a finales de 2024, que sea restrictivo y que, adems, tenga en cuenta todo el ciclo de vida del plstico, es decir, desde la extraccin del petrleo necesario para fabricarlo, hasta el reciclaje del mismo.
“Si no reaccionamos ahora, en 2050 habr ms plstico que peces en los ocanos”, ilustr la ministra de Exteriores francesa, Catherine Colonna.
Macron seal que el objetivo es conseguir que el 100% del plstico sea reciclable y aboga por prohibir el de nico uso. Ha advertido, adems, que eso requerir invertir en innovacin y apoyar a los pases que tienen menos recursos para ello.
En la mesa de negociacin, no todos los pases presentes tienen los mismos intereses, o la misma prisa, en esta carrera por minimizar el uso del plstico. Algunos pases abogan por eliminar el de nico uso de aqu a 2040, pero otros, como China, EEUU o Arabia Saud, insisten en el reciclaje y la mejora de la gestin de desechos. China representa un tercio de la produccin mundial y EEUU genera el doble de residuos que Europa.
Para dar ejemplo, Pars ha anunciado que prohibir el plstico de un solo uso de cara a los juegos Olmpicos de 2024. Ser el primer evento deportivo “plstico cero”, como anunci la alcaldesa de la ciudad, Anne Hidalgo, el viernes en rueda de prensa.
Ningn rincn del mundo est libre de plstico: un montaero de origen francs, Luc Boisnard, y su equipo acaban de encontrar en el Himalaya un autntico vertedero de plstico: 1,6 toneladas de residuos, en forma de latas, tubos de PVC, lonas, botellas, zapatillas… El francs, que ha contado su historia a AFP, tiene un proyecto que se llama Himalaya Clean Up, cuyo su objetivo es limpiar las altas cumbres que, en algunos casos, “se han convertido tambin en gigantescos cubos de basura”.
Conforme a los criterios de
The Trust Project