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Blinken y Lavrov se reúnen brevemente en la Cumbre del G-20 en India

Estados Unidos y Rusia han tenido un cara a cara en terreno neutral. La bandera de la Casa Blanca la sujetaba el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y la del Kremlin el ministro de Exteriores, Sergey Lavrov. El escenario, una cumbre del G-20 en India, país que mantiene una fuerte alianza con ambos actores y que todavía no ha condenado la invasión rusa de Ucrania.

Ha sido la parte estadounidense la que ha hecho pública esta primera reunión de alto nivel, aunque muy breve, de apenas 10 minutos, entre los dos países enfrentados con la guerra en Ucrania de fondo. Aunque ambos habían coincidido en cumbres internacionales anteriores, como en la del G-20 en Bali el año pasado, es la primera vez que Blinken y Lavrov se ven las caras desde enero de 2022, un mes antes de que Moscú lanzara la invasión.

Según indica la agencia AP, un alto funcionario de Washington dijo que Blinken aprovechó la discusión para dejar claro tres puntos básicos a Lavrov: que Estados Unidos apoyaría a Ucrania en el conflicto durante el tiempo que sea necesario para poner fin a la guerra, que Rusia debería revertir su decisión de suspender su participación en el Nuevo tratado nuclear START y que Moscú debe liberar al ex marine Paul Whelan, detenido en Rusia en 2018 bajo la acusación de espionaje.

Desde Moscú no han hecho comentarios por ahora del contenido de la reunión, únicamente su portavoz de Exteriores, Maria Zakharova, ha apuntado que habría sido Blinken quien ha solicitado hablar con Lavrov. Un encuentro que se habría producido en la pausa después de la primera parte de la sesión de este miércoles de los ministros de Exteriores del G-20, cuando las delegaciones tienen tiempo para mantener reuniones al margen de la cumbre.

Batuta diplomática india

India lleva la batuta esta semana de la agenda diplomática global. Al gigante del sur de Asia, que se presenta como la mayor democracia del mundo y que baila por igual con Estados Unidos y Rusia, le ha tocado este año la presidencia rotatoria del G-20. Su rol de potencia neutral, con cada vez más peso además en el tablero geopolítico, le posiciona como un oportuno anfitrión para dar cobijo a los emisarios de casi todos los protagonistas del escenario que centra todas las miradas, la guerra en Ucrania.

En Nueva Delhi han coincidido Antony Blinken, Sergey Lavrov, y su homólogo chino, Qin Gang, quien estrena el cargo en foros internacionales de esta envergadura. A ellos, especialmente, iba dirigido el discurso grabado que ha soltado este miércoles el primer ministro indio, Narendra Modi, para abrir la reunión de ministros de Relaciones Exteriores del G-20.

“Todos debemos reconocer que el multilateralismo está en crisis. La experiencia de estos últimos años -crisis financiera, cambio climático, pandemia, terrorismo y guerras- muestra claramente que la gobernanza global ha fallado”, señalaba Modi. “Nos reunimos en un momento de profundas divisiones globales. Tenemos una responsabilidad con quienes no están en esta sala. No debemos permitir que los problemas que no podemos resolver juntos se interpongan en el camino de los que sí podemos”.

El primer ministro dijo que ningún grupo podría reclamar el liderazgo mundial sin escuchar a los más afectados por sus decisiones. “Debemos enfocarnos en lo que nos une, no en lo que nos divide”, continuó.

“Después de años de progreso, hoy corremos el riesgo de retroceder en los objetivos de desarrollo sostenible. Muchos países en desarrollo están luchando con deudas insostenibles mientras intentan garantizar la seguridad alimentaria y energética. También son los más afectados por el calentamiento global causado por los países más ricos. Es por eso que la presidencia del G-20 de India ha tratado de dar voz al sur global”.

Estas fueron las palabras del líder de la quinta economía mundial que está a punto, si no lo ha conseguido ya, de convertirse en el país más poblado del mundo, por encima de China. Para encontrar algún dardo dirigido directamente a la invasión rusa de Ucrania, hubo que esperar a que tomara la palabra tras la intervención de Modi el ministro de India, Subrahmanyam Jaishankar, quién apuntó que “el respeto por la soberanía y la integridad territorial son principios guía esenciales en la cooperación internacional”.

Indirecta a Moscú

Una indirecta a Moscú por parte de un país que no ha condenado todavía con rotundidad el ataque de Putin y que lleva un año hinchándose a comprar petróleo ruso con descuento, eludiendo las sanciones internacionales, a la vez que ha seguido manteniendo una fuerte alianza con Washington, a quien le interesa estirar los lazos con India para contrarrestar el poder creciente de China.

Además de los ministros de las 19 naciones más ricas del mundo, más Josep Borrell representando a la Unión Europea, en Nueva Delhi se han juntado hasta 40 delegaciones. Países como Egipto, Nigeria, Singapur, Emiratos Árabes Unidos o España han sido invitados a este encuentro que tuvo su aperitivo el martes por la noche con una cena de bienvenida donde no estuvo Blinken ni el ministro chino

El que sí asistió fue el ruso Lavrov, quien se sentó en la mesa, a petición de la Embajada rusa en Nueva Delhi, al lado de la delegación de los Emiratos Árabes Unidos y de otros países invitados de Asia oriental. Lavrov, al margen de la reunión oficial, también mantuvo encuentros con su homólogo indio, brasileño y turco. Con este último, Mevlüt Çavusoglu, según han informado los medios de Ankara, el encuentro ha girado en torno a un futuro acuerdo para la exportación de grano ucraniano.

“Estoy seguro de que la capacidad diplomática de India se utilizará para hacer entender a Rusia que esta guerra tiene que terminar”, dijo Borrell, el jefe de política exterior de la UE, en una entrevista con los medios locales antes de que comenzara la reunión del miércoles.

Este nuevo encuentro del G-20 se está celebrando apenas unos días después de que los ministros de Finanzas del bloque se reunieran en la ciudad india de Bangalore y no llegaran a un acuerdo para condenar con una misma voz el ataque ruso en Ucrania. El grupo desistió, como ya ocurrió en el anterior encuentro de Bali en noviembre, de emitir una declaración conjunta por falta de unanimidad en dos de los 20 puntos que pusieron sobre la mesa. Rusia y China se opusieron a firmar líneas como que el G-20 “condena en los términos más genéricos la agresión rusa contra Ucrania y exige su retirada total e incondicional del territorio ucraniano”.

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