Dicen que el 23 de abril es el día en el que se rememora la muerte de dos de los mayores pilares de la historia de la literatura occidental, Miguel de Cervantes y William Shakespeare. Una coincidencia que tiene más romanticismo que ciencia, en la que se decidió fundamentar la celebración del Día del Libro. De romanticismo también se nutre esta festividad que en Cataluña ha quedado arraigada como Sant Jordi y que se celebra regalando un libro y una rosa. Y es que la literatura vive más de lo que pudo ser, que de lo que realmente fue.
De ese paso entre lo posible y lo real van estas cinco recomendaciones para leer, regalar o simplemente curiosear, con la excusa de tan señalada celebración. Se trata de cinco novelas debut publicadas en lo que llevamos de este 2023, escritas por autores que se han lanzado a traspasar esa atractiva frontera de la ficción, reviviendo experiencias reales o inventadas desde la universalidad que otorga hacerlo con voluntad literaria.
Solo quería bailar, de Greta García
Lo importante de las nuevas voces narrativas es que sean capaces de refrescar la literatura actual. Esto es lo que pasa con Solo quería bailar (Tránsito), una historia en primera persona, escrita en andalú, sobre una bailarina sevillana que acaba en la cárcel tras rebelarse contra el sistema y volverse una terrorista. La novela debut de la bailarina, coreógrafa y directora teatral Greta García (Sevilla, 1992), parte desde el humor para apuntar con descaro a un sistema tóxico y cruel, su prosa destaca por la naturalidad y espontaneidad de su estilo. Una novela bruta, hilarante, escrita con muy mala leche, pero también con mucha ternura. Solo quería bailar es sin duda uno de los libros más destacados de lo que llevamos de año y apunta a ser de lo más destacado de este 2023.
Gozo, de Azahara Alonso
«¿En qué momento mi vida empezó a ser accesible solo en vacaciones?», se cuestiona la narradora en la primera frase de Gozo (Siruela), la novela debut de Azahara Alonso (Oviedo, 1988). Gozo es un relato cosido a base de ideas, historias y pensamientos en torno al uso del tiempo, donde el protagonismo geográfico de una peculiar isla al norte de Malta (la isla de Gozo) funciona como un inspirador escenario capaz de combinar metáfora y realidad. Azahara Alonso es filósofa y poeta, y antes de estrenarse como narradora, ya había publicado un libro de aforismos (Bajas presiones, 2016), y un poemario (Gestar un tópico, 2020). Sirviéndose de la sutileza y brevedad de quien domina el impacto del lenguaje poético, en su último libro Alonso es capaz de expresar con suma naturalidad reflexiones tan complejas como evidentes.
La historia de los vertebrados, Mar García Puig
La maternidad se ha convertido en los últimos años en uno de los grandes temas. De alguna forma, el arte ha conseguido traspasar tabúes e idealizaciones para abrir el debate y conseguir hablar de una forma más real y cercana de que hay tantas maternidades como madres. En La historia de los vertebrados (Random House), Mar García Puig (Barcelona, 1977) indaga en una herida personal a través del arte, la literatura, la mitología y la historia de la medicina. A partir del parto de sus mellizos, la narradora de esta historia se da cuenta de que lo que ese nacimiento le provoca no es esa felicidad espontánea que se presupone. Los sentimientos que le abordan tienen más que ver con la confusión, la ansiedad, la obsesión y el terror ante la fragilidad de la existencia: la propia y la de unos hijos a los que, dominada por una consciencia exacerbada de la finitud, la madre ama tanto como teme.
Mar García Puig convierte su experiencia personal en un relato universal para hablar de todas las mujeres que alguna vez han sentido que la cordura las abandonaba y de la incomprensión de todos los hombres que las han silenciado amparados por siglos de ciencia, mitos y política.
Los bloques naranjas, de Luis Díaz
Los bloques naranjas (Caballo de Troya) explora la ciudad como el centro geográficos de las relaciones entre hombres. La liquidez de este retrato colectivo parte de un proyecto de poesía en prosa que oscila entre el presente y el pasado de una adolescencia y una juventud no muy lejanas.
Luis Díaz (Alcalá de Henares, 1994) explora la amistad masculina, siempre atravesada por la imposibilidad de comunicación, los afectos truncados y subterráneos, la corporalidad torpe y dolorosa. Abre una rendija que nos permite vislumbrar lo que bulle bajo el hermetismo y la torpeza afectiva de las masculinidades adolescentes. Un libro que se pregunta ¿qué ocurrirá en el futuro con todo lo que no se dijo cuando se tuvo la oportunidad?
Material de destrucción, Eider Rodríguez
Eider Rodríguez (Rentería, 1977) no es ninguna novata en esto de la ficción. La autora vasca es una de las grandes escritoras de relatos que tiene ahora mismo la literatura en castellano y en euskera. En Material de construcción (Random House) En esta novela hay veranos, cigarrillos, piscinas, hospitales, caballos, azulejos, cemento, arena, cartas, plantas, fuego, vacaciones, amores, mentiras, verdades, vergüenzas… y también alcohol, que lo impregna todo, estropeándolo y deformándolo. Porque el padre es alcohólico. Y ella, la hija de un alcohólico. Pero ¿qué más hay detrás de ese hombre que vendía materiales de construcción y fabricaba muebles reciclando palés? A pesar de haber vivido en la misma casa durante muchos años, padre e hija apenas tienen trato. No se hablan ni se tocan, pero las miradas, los olores y los sonidos les sirven de vínculo. Y el silencio, eso que no se quiere y no se puede decir, es más un campo de batalla que una fortaleza.
En su primera novela, Eider Rodríguez ha recogido los fragmentos de un padre para reconstruir, desde diferentes perspectivas y con un estilo brutal y descarnado, el relato de una familia, de una época y de un lugar, sacando a la luz los cauces subterráneos por los que circulan el amor y la vida dentro de los estrechos márgenes del entorno familiar.