Lula intenta controlar la situacin tras el ataque a las instituciones brasileas mientras sigue reinando la incertidumbre
Hace 38 aos que Brasil se deshizo de la dictadura, pero la legislatura de Jair Bolsonaro despert los viejos fantasmas del pasado. Sin embargo, el pasado 1 de enero, Luiz Incio Lula da Silva tomaba posesin del cargo de presidente por tercera vez en una Brasilia fortificada y en un ambiente festivo. A pesar de que se presagiaba una transicin turbulenta, Bolsonaro pareca pasar pgina con su ‘huida’ a EEUU y Lula lanzaba un discurso de “reconstruccin” ante el pueblo.
Entonces, cmo han podido verse atacadas las instituciones democrticas del ‘gigante latinoamericano’ con el asalto del domingo? Estos son los ltimos acontecimientos que han conducido a Brasil a este abismo.
El legado de Jair Bolsonaro
El militar retirado Jair Bolsonaro lleg al poder en 2019 haciendo uso de las ‘fake news’ y tras una campaa turbulenta en la que l mismo result apualado. Despus de eso llegaron cuatro aos de Gobierno en los que el ultraderechista sembr el odio en la sociedad con sus discursos y tom como fuente de inspiracin a Donald Trump. Bolsonaro no slo incit al uso de las armas, tambin dej indefensa a la Amazona -uno de los pulmones del planeta- y a los ms desvalidos. Aisl a Brasil del mundo y perdi liderazgo regional.
La ‘operacin Lava Jato’
Antes de la eleccin de Bolsonaro, la corrupcin haba sacudido a Brasil. La ‘operacin Lava Jato’ destap uno de los mayores escndalos en el pas y en toda Latinoamrica. Varios ex presidentes brasileos fueron salpicados, entre ellos Michel Temer y el propio Lula. El ex sindicalista fue enviado a prisin, lo que moviliz a todos sus seguidores a las puertas de la crcel exigiendo su libertad. Pas slo dos aos entre rejas. Solamente dos porque la pena era mayor -tena que cumplir dos condenas que sumaban 25 aos- y porque fue liberado por considerarse que el tribunal que le juzg no tena competencias al respecto. Aqu aflora el nombre de Srgio Moro, que fue quien encerr a Lula y que despus fue ministro de Justicia con Bolsonaro.
Un pas dividido, un pas crispado
Con los antecedentes mencionados, llegamos a 2022 y a las elecciones presidenciales. A la palestra salen dos viejos conocidos que representan a dos partes muy diferenciadas de Brasil. Tras una reida campaa, con amenazas de Bolsonaro de no reconocer los resultados -entra en accin el ‘Trump brasileo’, gana el ex presidente Lula las elecciones con un ajustado resultado: 50,9% frente a 49,1%.
Los seguidores de Bolsonaro salieron a las pocas horas a movilizarse en varias ciudades brasileas mientras ‘su lder’ permaneca en silencio. Contra todo pronstico, no sucedi nada. Bolsonaro no reconoci exactamente los resultados pero tampoco llam al golpe de Estado, bebiendo de su fuente de inspiracin: EEUU y el famoso asalto al Capitolio.
Todo pareca encaminar a Brasil hacia una transicin pacfica con una fecha en el horizonte: el traspaso de poderes el 1 de enero de 2023. Tomara quien tomara las riendas de la democracia brasilea, el gran reto era unir a un pas dividido, en un clima de crispacin y con el descontento generalizado en toda la regin. Recordemos 2019 y la ola de manifestaciones que recorri el continente. Un malestar frenado por la pandemia y que poco a poco vuelve a resurgir en distintas naciones latinoamericanas.
Brasilia fortificada
1 de enero de 2023. Brasilia, la capital creada de cero bajo el Gobierno de Juscelino Kubitschek y cuyos artfices fueron los arquitectos Lucio Costa y Oscar Niemeyer, amanece en un ambiente festivo y bajo enormes medidas de seguridad. Todo debe transcurrir de forma pacfica en este peculiar traspaso de poderes en el que Bolsonaro no entreg la banda presidencial a su sucesor. Horas antes se haba marchado a Estados Unidos. Lejos de los focos slo filtr en las redes sociales una imagen suya comiendo en una cadena de comida rpida. Ni declaraciones, ni exaltacin alguna.
El da acab en calma, incluso los presentes hablaban de ambiente festivo, con Lula llamando a la “reconstruccin” de Brasil tras saludar a sus seguidores a bordo de un Rolls Royce: “Voy a gobernar para los 215 millones de brasileos y brasileas, y no solamente para los que me votaron. No existen dos Brasil, somos un nico pueblo”. Eso s, el discurso estuvo plagado de crticas al legado que dejaba el ex militar y con promesas sobre el control del uso de armas, la lucha contra la pobreza y de devolver a la Amazona el respeto que merece.
La asonada
Una semana despus de la asuncin de Lula, los partidarios de Bolsonaro invadieron de forma violenta los tres poderes de la democracia brasilea: las sedes del Congreso, del Supremo Tribunal Federal y del Palacio del Planalto. Una “barbarie”, en palabras de Lula, y con Bolsonaro desvinculndose de lo ocurrido: “Las manifestaciones pacficas y conformes a la ley forman parte de la democracia. Sin embargo, depredaciones e invasiones de edificios pblicos como las ocurridas en el da de hoy [por el domingo], as como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, escapan a la norma”.
La asonada fue contralada, pero la democracia brasilea queda herida. Que sea un golpe mortal depende de lo que ocurra a partir de ahora. Si Brasil se mira en el espejo de EEUU, puede ser optimista. All Trump fue sealado como “instigador”.
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