Sus declaraciones a El Independiente despertaron una ola de interés y fascinación en todo el mundo, pero el descubrimiento de la momia de Nefertiti tendrá que esperar, más allá de la fecha de octubre que el egiptolólogo Zahi Hawass proporcionó a este diario.
Así lo ha confirmado a El Independiente el propio Hawass, ex ministro de Antigüedades de Egipto y uno de los rostros más conocidos de la Egiptología. Alega que han surgido problemas durante el proceso de obtención y procesado del ADN de la momia que él considera que se corresponde con Nefertiti, la reina que vivió hace más de tres milenios en una de las etapas más florecientes del Antiguo Egipto.
«Estamos esperando porque tenemos problemas para conseguir material para el ADN y por eso hemos retrasado el proyecto», explica el arqueólogo, quien asegura estar centrado en la investigación previa. «No tenemos aún una fecha porque estamos esperando a que nos lleguen los resultados. Lo anunciaremos al público en el momento en el que los tengamos», agrega.
El material químico del ADN es muy complicado de obtener
«El material químico del ADN es muy complicado de obtener. Esa es la única razón por la que hemos optado por aplazar el proyecto», arguye Hawass. Sostiene, además, que no tiene previsto realizar ningún anuncio la próxima semana, coincidiendo con las celebraciones del centenario del descubrimiento de la tumba de Tutankamón en la sureña Luxor.
El paradero de Nefertiti es uno de los enigmas que la Egiptología no ha logrado aún abordar. La reina fue víctima de la desmemoria junto a su marido Ajenatón, el faraón que desafió el orden establecido hasta convertirse en el hereje que impulsó el primer y fallido experimento monoteísta de la Historia.
Un rostro polémico
Hawass, que dirige varias excavaciones en diferentes zonas de Egipto, insiste en que su objetivo es seguir buscando tanto la tumba como el cuerpo de Nefertiti. «Realmente creo que Nefertiti gobernó Egipto durante tres años tras la muerte de Ajenatón bajo el nombre de Smenkhkare. He buscado su enterramiento por todas las zonas del oeste del Valle de los Reyes y no he podido dar con ella», dice, enfrascado ahora en la excavación en el área oriental del Valle de los Reyes.
Ya en septiembre su rotundidad sobre el hallazgo de la reina más mediática suscitó dudas y recelos entre la comunidad científica. Desde el anonimato -Hawass continúa gozando de mucho poder en el organigrama del ministerio de Antigüedades de Egipto, el que concede y retira licencias de excavación- algunos arqueólogos consultados por este diario mostraron sus suspicacias sobre el supuesto hallazgo. Recuerdan que no es la primera vez que Hawass ha anunciado un descubrimiento del que se ha terminado desdiciendo.
Hawass, ex titular de Antigüedades, ha protagonizado algunas polémicas en el pasado. En 2020 una investigación de la BBC desveló que la exposición internacional “Tutankamón: Tesoros del faraón dorado”, con 150 joyas de las más de 5.000 que contenía el ajuar del “faraón niño”, quebró la ley de patrimonio egipcia y salió del país con un plácet del primer ministro que vulneraba la legislación local. “El primer ministro firmó la exportación de las piezas en septiembre de 2017 y la ley fue modificada en 2018 para permitir que los objetos arqueológicos del país pudieran participar en exposiciones internacionales gestionadas por empresas privadas», señaló entonces uno de los abogados que había participado en la investigación.
Desalojado del ministerio tras las revueltas que precipitaron el ocaso de Hosni Mubarak, Hawass ha sido completamente rehabilitado por el régimen. Dirige misiones arqueológicas en Luxor y Saqqara; escribe libros sin tregua; protagoniza espectáculos televisivos alejados del rigor científico; y -junto a altos funcionarios del ministerio de Antigüedades, como el secretario general del Consejo Supremo de Antigüedades, su discípulo Mustafa el Waziri- trabaja como guía turístico para una compañía que ofrece exclusivas rutas por monumentos tan emblemáticos como las Pirámides de Giza o la Gran Esfinge, con posibilidad de acceder a zonas vetadas al turismo general.