La candidatura al Oscar de la actriz hispano-cubana resulta tan contradictoria como meritoria a la vista del escarnio con el que la crtica estadounidense se ha empleado contra la pelcula
Por extrao que pueda resultar, el primero que predijo la nominacin de Ana de Armas fue, ni ms ni menos, que su denostado director. “La mayora de las cosas que se escriben sobre ella [Marilyn] nos dicen: ‘Yo la conoc, yo la entend de verdad, no t’. Eso hacen los libros de Norman Mailer y de Gloria Steinem. ‘Blonde‘, mi pelcula, no es diferente, pero con una variante. Apela directamente al lado oscuro de ese deseo de salvacin que es una fantasa de castigo: si quieres rescatar a alguien, probablemente ese alguien necesite que lo rescates tambin de ti. Por eso digo que ‘Blonde‘ es necesariamente frustrante”. Pausa para reflexionar. Y sigue: “Buena parte de las crticas negativas estn siguiendo ese mismo instinto, quieren proteger a Marilyn. Quieren protegerla de m, e incluso los que aman a Ana, quieren salvarla de esta horrible pelcula! Es un razonamiento muy masculino el de salvar a la dama indefensa de su horrible relator, que adems es hombre”. Y la ltima a modo de moraleja digna de Nostradamus: “As que siento que lo que ocurre es en parte la perfecta medida del xito de la pelcula”.
Leda (y releda) horas despus de que por sorpresa y contra todas las quinielas ms evidentes se conociera que la actriz hispano-cubana formaba parte del quinteto de mejores actrices del ao, la declaracin de Andrew Dominik suena, de repente, de otro modo. Cuanto menos, premonitoria. Y hasta ligeramente reveladora. El enigma que se plantea a partir de este mismo momento es el siguiente: por un lado, hay unanimidad en que ‘Blonde‘ es en su totalidad el trabajo de Ana de Armas, que slo gracias a ella y por ella, la pelcula tiene sentido, y, por otro, el consenso virtual al que ha llegado buena parte de la comunidad de crticos estadounidenses hasta el punto de convertir a la cinta en la estrella de los anti-Oscar (los conocidos como Razzie que premian a lo peor del ao) es que nada en las casi tres horas de ‘Blonde‘ vale literalmente una mierda. La cuestin ahora es cmo hacer casar las dos afirmaciones, cmo incinerar una pelcula que descansa nicamente en la interpretacin de su protagonista y salvar a la vez a la protagonista. Pues eso hacen los Oscar.
Repasar, aunque sea sumariamente, la campaa contra la que ha peleado ‘Blonde‘ y su protagonista hasta llegar a la nominacin se parece bastante a pasear por un campo de minas. La ms sonada de las explosiones se oy en el ‘New York Times’. Su crtica Manohla Dargis vio ‘Blonde‘ y, como antes de ella su compaero encargado de la recensin del libro en le que se basa publicado en 2000, literalmente estall. Para la autora del texto ms furioso contra la pelcula, ‘Blonde‘ bsicamente se olvida del talento contrastado de la ms clebre de las actrices rubias para hacer de ella nada ms que una vctima. “Dominik”, se lee en la que es la frase definitiva, “est tan metido en la vagina de Marilyn Monroe que no puede ver el resto de ella”. Y todo ello para concluir: “Dadas todas las humillaciones y horrores que Marilyn Monroe soport durante sus 36 aos, es un alivio que no haya tenido que sufrir las vulgaridades de ‘Blonde‘, el ltimo entretenimiento necroflico para explotarla”.
En realidad, una crtica as que con el tiempo se ha convertido en el patrn oro con el que medir la cinta pocos la vieron venir. Joyce Carol Oates, la autora de la novela y feminista declarada, se ha cansado de defender la pelcula por Twitter, mar y aire. A este mismo peridico le confes que estaba convencida de que si esa misma cinta la hubiera firmado una mujer la historia sera completamente diferente. Hasta llegar aqu, el propio director no perdi ocasin de insistir en que una cinta as con un proceso de gestacin de casi 13 aos ha sido posible solamente gracias a la irrupcin del movimiento Metoo. Y no contento con ello, por si lo que se ve en la pantalla no fuera suficiente, ha repetido hasta cansarse que su intencin siempre fue mostrar cmo el mito (mscara) de Marilyn arruin a Norma Jeane (el rostro) desde la consciencia macabra de una sociedad (la nuestra) entregada al consumo de sus deseos transformados en simple mercanca. Y as.
Ana de Armas, por su parte, ha intentado desde el primer segundo mantenerse al margen de la polmica. Se le acus de intentar dar vida al ms americano de todos los mitos y hacerlo con el ms hispano de los acentos ingleses y ella simplemente se limit a callar. En cualquier caso, no es difcil imaginar su gesto de desolacin cuando, ante el linchamiento y el posterior fracaso econmico que supuso para Netflix la pelcula, su nombre desapareci de las campaas de promocin para el Oscar. Todo indicaba -o as pareci quedar claro tras el estreno de ‘Blonde‘ en Venecia- que lo haba logrado. La actriz que, tras su deslumbrante aparicin en ‘Blade Runner 2049’ caracterizada de icono futurista, sorprendiera por su perversa naturalidad en ‘Puales por la espalda’ para acto seguido demostrar su gil vis cmica en ‘Sin tiempo para morir’, daba la impresin que haba alcanzado de la mano de Dominik la perfecta medida de su talento a fuerza de desangrarse en la piel de un mito, el mayor de ellos, que, en efecto, se desangra. El propio director no se cans de reiterar que la pelcula era Ana y que sin ella nada hubiera tenido sentido.
Todo indicaba que su carrera a lo ms alto sera en lnea recta. Hasta que se desencaden la tormenta, que no fue cuando se vio por primera vez en el Lido italiano sino al llegar a Estados Unidos. Y as hasta los Oscar de ahora que acuden a su rescate. En realidad, es un rescate simulado puesto que no hay opciones de ganar contra la evidencia de Cate Blanchett. Pero rescate al fin. Lo que, segn al director, es lo que siempre ha intentado el sueo masculino: rescatar a Marilyn de los que la usaron y, por extensin, rescatar ahora a Ana de Armas del prfido director que ha cometido la osada de convertirla en una estrella. El patrn se repite. Tan contradictorio (y ligeramente hipcrita) como suena.
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