Es una de las instalaciones más demandadas en cualquier centro penitenciario. Incluso la ley obliga a las administraciones públicas a contar con ellas en las cárceles. Se trata de instalaciones recreativas y deportivas con las que velar por la “integridad y salud de los internos”. En Euskadi el Gobierno vasco se ha hecho cargo de las tres prisiones vascas hace algo más de un año y uno de sus objetivos es la puesta al día y modernización de las mismas, incluidos sus gimnasios. Sin embargo, en su primer intento no ha encontrado quien esté dispuesto a hacerlo. La licitación para dotar de maquinaria y material a los gimnasios carcelarios de Martutene, Basauri y Zaballa ha quedado desierta.
Tras casi un mes de plazo de la licitación por cerca de 100.000 euros no se ha presentado ni una sola oferta. La Administración vasca defiende que contar con unas buenas instalaciones deportivas como estas ayudan a mejorar el nivel “anímico, psíquico y de integración social de los internos”. Por el momento, la licitación ha fracasado. En ella se detallaban las instalaciones que se querían contratar, desde anillas de gimnasia hasta cintas de correr, pesas, máquinas de musculación, mesas de ping-pong, material para la práctica del tenis, frontón o pelota vasca, entre otros.
Precisamente impulsar la socialización e integración de los internos es uno de los objetivos prioritarios que se ha marcado el Ejecutivo de Urkullu en su política de gestión carcelaria que tiene como uno de sus ejes fomentar la resocialización de los presos.
La mejora de las condiciones de vida de quienes cumplen condena es otro de los pilares de su política. Es ahí donde se sitúa la modernización y mejora de las instalaciones penitenciarias a las que este año se quiere dar un impulso importante. En la batería de licitaciones llevadas a cabo en los últimos días del año pasado también ha quedado desierta la referida a la adquisición de materiales de pintura con los que realizar mejoras y reparaciones de los complejos penitenciarios. Medidas que estaba previsto que llevaran a cabo los propios internos a través de los talleres formativos promovidos por la agencia vasca de reinserción social, ‘Aukerak’ (Oportunidades).
2,5 millones en comida
La pretensión de la Administración vasca era la adquisición de pinturas, brochas, masilla, rodillos, esmalte, disolvente y otros materiales para poder realizar este tipo de reparaciones. Ahora la licitación deberá modificarse para poder adjudicarla.
Mejoras de las instalaciones que se ampliarán con las previstas para las instalaciones eléctricas y de fontanería. Así, se ha adjudicado un contrato por un importe de algo más de 100.000 euros para llevar a cabo mejoras en la red eléctrica de las cárceles y otro más elevado, de 392.000 euros para el mantenimiento y renovación de la fontanería de las prisiones.
Sin duda el gran contrato de este 2023 será el relativo a la alimentación de toda la población reclusa. En total algo más de 1.500 internos. Una población que en el primer año de gestión del Ejecutivo de Urkullu se ha incrementado en alrededor de 300 presos más, muchos de ellos internos que cumplen condena por su pertenencia a ETA. La alimentación de todos ellos se ha licitado en un contrato de 2,5 millones de euros.
En total se han adjudicado 24 lotes de productos, si bien han quedado desiertos los referidos a pastas y salsas y el de la Harina. En total, los responsables de la gestión de las tres cárceles vascas han estimado un consumo de 25.000 kilos de arroz, 5.818 kilos de lentejas, 153.000 litros de leche –la mayor parte, 100.000 entera- y casi 27.000 helados, entre otros productos básicos.
Nuevos uniformes
Alimentos y materiales que en cada centro deben guardarse en almacenes que los nuevos gestores de las prisiones vascas quieren poner al día. Para ello han licitado la implantación de un nuevo sistema tecnológico para su gestión, cuyo plazo de presentación de ofertas se ha ampliado en el último momento. La contratación de este nuevo sistema de gestión alcanza los 121.000 euros.
La renovación de las cárceles en Euskadi, heredadas del Ministerio del Interior, incluye también la actualización de uniformes del personal de los centros. El Ejecutivo vasco ha adjudicado la contratación de ropa de trabajo tanto para el personal masculino como femenino por un importe total de 17.600 euros. Se trata de forros polares, camisas, pantalones y faldas de invierno y de verano.
La modernización de las cárceles es una vieja reivindicación del Ejecutivo vasco que en reiteradas ocasiones ha subrayado la necesidad de mejorar las instalaciones. La última de las prisiones inaugurada en Euskadi, la de Zaballa, es uno de los complejos más modernos de España. Sin embargo, las cárceles de Basauri, en Bizkaia, como la de Martutene, en San Sebastián son complejos antiguos. Es por ello por lo que en Zaballa se concentra hoy la mayor parte de la población reclusa en el País Vasco. En Gipuzkoa también está en marcha la construcción de una nueva prisión, en Zubieta, con la que se aspira a poder cerrar el centro de Martutene. El traslado se prevé para comienzo de 2024. En el caso de la cárcel vizcaína. pese a que también se ha destacado la necesidad de actualizar sus instalaciones incluso se ha contemplado un posible traslado, por el momento no se han anunciado cambios.