¿Cómo será el mundo en los próximos años? ¿Qué dirigentes serán los que llevarán las riendas, los que decidirán nuestro devenir, si habrá más paz o guerra, más justicia o desigualdad, más tensión o diálogo, más terror o derechos humanos? Se puede responder ya mismo. Sólo hay que mirar al mapa actual, desde las mayores democracias hasta los regímenes más autoritarios. No se esperan grandes cambios. Las mujeres, además, pueden seguir esperando. A falta de mayores sorpresas, no
habrá una poderosa mirada femenina sobrevolando el planeta. Cinco reinos ya asentados se preparan para mantener su dominio e influencia. Se podría decir que “más vale lo malo conocido”, pero en este caso lo conocido es muy malo…
Arrancando por las superpotencias, los protagonistas son de sobra conocidos. En el rincón oriental del cuadrilátero internacional se alza
Xi Jinping
(69 años), que este reciente mes de marzo ratificó su tercer mandato como líder del Partido Comunista, presidente de la República Popular China y comandante en jefe de las Fuerzas Armadas. Todo el poder en sus ambiciosas manos, que no le tiemblan si las tiene que estrechar con líderes parias o villanos. En el ángulo occidental, nos topamos ahora con
Joe Biden
(80 años), pero tras las elecciones de 2024 podemos encontrarnos con otro presidente estadounidense bien conocido:
Donald Trump
(76 años). El fuerte choque de Biden con Xi o las alianzas peligrosas de Trump -una forma de tensión u otra- marcarán la intensidad de los tumbos que dé el planeta.
Entre Washington y Pekín, se hallan los reinos de Moscú y Ankara. Respecto al primero (a no ser que, como decía en estas páginas
Timothy Garton Ash
, “los regímenes son robustos hasta que de pronto colapsan”),
Vladimir Putin
(70) seguirá acaparando la atención de todos y haciendo contener la respiración en especial a Europa. En relación al segundo, este mismo domingo es una jornada clave y, a no ser que se produzca en las urnas un inesperado resultado al más puro estilo Brexit, la alargada figura de
Recep Tayyip Erdogan
(69) se seguirá proyectando sobre el estratégico Bósforo y más allá.
Entre todos ellos, no podemos perder de vista a las monarquías árabes, de las que no se puede olvidar que son ampliamente influyentes, ya que gobiernan. Es el caso de
Mohamed VI
en Marruecos (59 años), que se ha convertido en un imprescindible aliado de Estados Unidos. Y qué decir de los príncipes herederos
Mohamed Bin Salman
en Arabia Saudí (37) y su amigo
Khaled bin Mohamed bin Zayed
en Emiratos Árabes Unidos (41). Ojo aquí a la edad de los
puños de hierro
de Magreb y Oriente Próximo en comparación con la de todos los anteriores líderes citados.
Sin abandonar la región, tres menciones especiales más. El primero, para la monarquía republicana siria, con el regreso a lo Nicolás Maduro de
Bashar Asad
(57); el segundo, para el régimen militar anclado en Egipto con
Abdelfatah Al Sisi
(68); y el tercero para
Benjamin Netanyahu
(73 años), que ha vuelto al Ejecutivo israelí removiendo todos los cimientos y poniendo a flor de piel a su sociedad.
Muchos pueden echar de menos a
Narendra Modi
, el primer ministro indio (72 años), o a latinoamericanos como el que ha regresado a primera línea a sus 77 años, el brasileño
Lula da Silva
. Por no hablar de la
Unión Europea,
cada vez más convertida en una isla que batalla por mantener su alma o esencia: la valores de la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el Estado de Derecho y los derechos humanos.
Dependiendo de dónde se ubique el ciudadano en el globo, éste tendrá una visión u otra del nuevo orden mundial. Hay que abrir la mente y empatizar geográficamente, aunque sea sólo para intentar entender lo que está por venir y cómo se posicionan los demás, así como para no vernos atrapados en torbellinos geopolíticos y remolinos geoeconómicos creados por corrientes dispares peligrosas (como nos puede ocurrir más en concreto a los europeos).
Una encuesta del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (
ECFR
) es un claro ejemplo. A la pregunta de cuál era su visión sobre Rusia, los encuestados de los países occidentales describían Moscú como un “adversario” o “rival” (77% en Reino Unido, 71% en EEUU y 65% en nueve miembros de la UE). Por el contrario, otros lo calificaron como “aliado” y “socio” (India, 77%; China, 76%; Turquía, 73%). La brecha mundial está bien clara y pinta mal.
El mundo se está volviendo vertical. Así lo defiende una corriente de analistas internacionales que lo sustentan en las divisiones actuales y futuras entre países, prácticamente como si estuvieran separados por vallas o muros. Y no sólo por sus intereses o afinidades geoestratégicas, sino por sus empresas o por el acceso que tendrán (o no) en breve a la Inteligencia Artificial.
Esta nueva forma de globalización afectará mucho más al ciudadano, que no podrá escapar a los deseos y sendas que tomen sus mandatarios. Dice el gurú
John C. Maxwell
que un auténtico líder es aquel que posee “la facultad de mejorar a las personas de un área, a través de la guía u orientación”. Veremos dónde nos llevan los
reyes
de los cinco reinos.
TODO GRATIS POR ELECCIONES
El Mundo abre su muro de pago para que puedas
informarte sin límites.
Regístrate y accede a todo el contenido Premium del 26 al 28 de
mayo