Si bien Ciudadanos, recientemente, está intentando marcar un discurso propio y discrepante con el PP a costa de la lengua en Cataluña o del interés por restablecer relaciones con el PNV, los problemas internos continúan mermando su capacidad de sostener el proyecto en un medio plazo. En el inicio del curso político, y como respuesta a la crisis energética y económica derivada de la guerra en Ucrania, Cs sugería prolongar la vida de los reactores nucleares españoles o deflactar el IRPF. Sin embargo, que los de Alberto Núñez Feijóo apuesten por propuestas idénticas, aunque con matices, no permitía a los naranjas influir en el debate público. Ahora, se ha optado por señalar directamente al «catalanismo cordial» por el que aboga Génova. «El PP siempre ha tragado con el nacionalismo con tal de llegar al poder. Lo grave es que Feijóo no solo demuestra utilitarismo, sino también convicción», aseguraba el vicesecretario general de Cs, Edmundo Bal, tras la última reunión del comité permanente.
Frente a este intento de desmarque en la estrategia electoral, para conseguir un nicho propio de votantes entre el PP y el PSOE de cara al futuro, la refundación de Cs vuelve a verse perjudicada por nuevos díscolos internos. Si a finales de agosto la plataforma de nueva creación Somos Cs exigía la celebración de una asamblea extraordinaria inmediata para decidir el futuro directivo de la organización y desligarlo de su actual equipo de dirección, ahora al partido se le abre un nuevo frente en la Comunidad Valenciana; donde, según las encuestas, los de Inés Arrimadas seguirían la misma suerte que en Andalucía hacia el extraparlamentarismo. En distintos municipios de Alicante, una veintena de concejalas de la formación se han adherido a la solicitud de dimisión de la cúpula.
Se trata, entre otros, de los concejales de la capital, Antonio Manresa y María Conejero; César Martínez, de Alfaz del Pi -también miembro del consejo general de la región-; Eduardo Ferrer y José Martínez, de Jijona; Ricardo Bernabéu, de San Vicente del Raspeig; Vicente Francisco, de Petrel; Simón Ortolá, de Pego; Juan Manuel Sanchis, portavoz y teniente de alcalde en Muro; Adolfo Asín y Pedro Reymundo, teniente de alcalde y concejal, respectivamente, de Callosa de Segura; y Antonio Sola y María Soledad López, con los mismos cargos que los anteriores y por ese orden en Muchamiel. Asimismo, el coordinador de Cs Alicante, Miguel Sánchez, y Joan Costa, portavoz en Ondarra. Estos se han unido a la exigencia ya demandada por la vicealcaldesa de Alicante, María del Carmen Sánchez, y el portavoz de la Diputación, Javier Gutiérrez, hace dos semanas en el manifiesto de Somos Cs.
La crítica de Cs Alicante a Arrimadas abre la puerta también a una fractura territorial y con la candidata a las Cortes María Muñoz
La también demanda de esta base de representantes contrarios al actual Comité Permanente y el Ejecutivo es que ambos organismos dimitan. En el segundo, se encuentra María Muñoz, la coordinadora económica de Cs en el Congreso de los Diputados y portavoz de la agrupación en las Cortes Valencianas. La diputada por Valencia, según apuntan fuentes de la cúpula nacional, está previsto que repita como candidata en mayo del próximo año. Todo, tras descartar los naranjas listas conjuntas como solicitaban populares de la región, incluido el propio presidente del PP valenciano Carlos Mazón. No por interés de colaborar, sino para que el posible sufragio que recaiga en el nicho de Cs no sea en balde. El hecho de que parte de la base alicantina pida sustituir a todos los miembros de la dirección, incluido a Muñoz, abre la puerta, además, a una fractura territorial que limita el espíritu de renovación.
Arrimadas mantiene la hoja de ruta
Según ha comunicado la propia presidenta de Cs recientemente, la refundación culminará entre diciembre de este año y enero de 2023. Y lo hará bajo los parámetros establecidos y después de haber concluido «el proceso de escucha» para recoger los inputs de la militancia y la sociedad civil. Finalmente, Arrimadas someterá su liderazgo a la voluntad de los afiliados. No obstante, el conjunto de militantes disconformes con el rumbo escogido por el partido en los últimos meses creen que es erróneo no asignar a una nueva dirección esa tarea renovadora. Las decisiones adoptadas «llevan a la conclusión de que nadie está dispuesto a asumir responsabilidades por los continuos fracasos electorales», indican los dirigentes alicantinos en un comunicado. El proceso refundación «llega tarde», es «una farsa» por contar con opiniones de ajenos al partido y la actual cúpula «queda incapacitada para dirigirlo», añaden.
De Somos Cs, que en las últimas horas se congratulaba por aumentar el número de apoyos a «más de 700 firmantes», la dirección nacional ha asegurado que se trata de un movimiento constituido por personas que desean trabajar e incorporarse al PP, pero que con Alberto Núñez Feijóo lo tienen más complicado. Lo achacan a las expresiones empleadas en el manifiesto inicial, que atribuyen muy similares a las hechas por el exsecretario general del PP, Teodoro García Egea, y Fran Hervías, el exsecretario de Organización naranja durante su intento de hacer una OPA hostil a Cs para absorberlo. Por ejemplo, las acusaciones de un acercamiento a las políticas de Sánchez o a la falta de compromiso con el partido frente a la comodidad de ocupar sillones. Con todo, desde el primer nivel del partido insisten en la oportunidad que tiene Somos Cs de colaborar en la refundación y aportar con sus propuestas.
Confirmado ya que una vez finalice ese proceso los afiliados podrán elegir una nueva presidencia, queda la incógnita de si Arrimadas se presentará a unas elecciones primarias para continuar al frente pese al desgaste. Ante ello, alternativas como la figura de Begoña Villacís vuelven a plantearse en las quinielas. Bal, como ha reiterado en numerosas ocasiones, no es un hombre de partido, sino que está en involucrado en Cs por el proyecto puesto encima de la mesa. Por ello, el relevo natural del ‘segundo’ quedaría descartado si la representante catalana decide dar un paso atrás y éste retornaría a su puesto de abogado del Estado.
Esperar y recoger votos
Los propios populares valencianos confían en que el cuestionamiento del propio proceso interno de Cs termine haciendo que los indecisos apoyen la candidatura de Feijóo y, además, de Mazón. Por ello, abogan por esperar y recoger los votos restantes que aún no se han trasladado al centroderecha. La ruptura de parte de la cúpula de Cs Alicante con la dirección también contrasta, pese a todo, con el compromiso de Cs de la Comunidad Valencia con Madrid.
Sea cual sea el partido que resulte de la refundación, Cs tendrá que coser las discrepancias alicantinas y en otros territorios como Asturias -en Oviedo y Gijón-, o la ciudad de Zaragoza, con sus portavoces en contra de Arrimadas.