En 2012, el barco-escuela de la Armada argentina, la fragata Libertad, fue apresada en una escala en Ghana como consecuencia de una disputa entre el hedge fund estadounidense NML y el Gobierno de Cristina Kirchner. Durante cuatro meses y medio, la Libertad estuvo en el puerto de Accra, hasta que el Tribunal Internacional del Mar dictamin que la detencin era ilegal. NML tambin trat, sin xito, de embargar el oro argentino en la Reserva Federal y hasta el avin oficial de Kirchner.
Se imagina alguien que el avin oficial de Pedro Snchez fuera embargado? No solo el Airbus, sino el famoso Falcon festivalero de Benicssim. Por ahora es algo que nadie se plantea pero, sin que nos hayamos ido enterando, las cuentas del Instituto Cervantes de Londres han sido embargadas, y las del mismo organismo en Sydney (Austrlia) est a punto de seguir el mismo camino, despus de una sentencia del Tribunal Supremo de ese pas. En total, Espaa tiene activos embargables en 178 pases. Prcticamente todo lo que no sea embajadas o residencias de embajadores es susceptible de ser embargado. Eso incluye, tambin, el barco-escuela de la Armada espaola, el Juan Sebastin Elcano.
Es una disputa que los Gobiernos espaoles no quieren tratar, porque afecta a tres de los de signos ideolgico muy diferentes. Primero, en 2007, Zapatero dio unas ayudas masivas a las energas renovables; despus, Rajoly, en medio de la catstrofe de la eurocrisis, en 2013, se las quit; y ahora, Snchez insiste en refugiarse dentro de la jurisdiccin europea para no pagar a los fondos que dicen que les den lo que les deben. Y a los que el Ciadi, que es el mecanismo de resolucin de disputas del Banco Mundial, ha dado la razn en varias ocasiones.
La disputa viene al caso porque en Espaa y en Europa nos estn dando ataques de ansiedad cuando las empresas de energas renovables, que todos dbamos por garantizado que iban a venir aqu a invertir como locas, estn yndose a otros sitios, muy especialmente a Estados Unidos, debido a las ayudas que les da la Inflation Reduction Act (Ley de Reduccin de la Inflacin) de Joe Biden.
La razn es muy simple: la IRA es clara, no est sometida a los vaivenes polticos, y establece cmo, cundo y por qu se reciben las ayudas del Estado. Es todo lo contrario que la chapuza de 16 aos de las ayudas a las renovables en Espaa o la discusin bizantina de la UE sobre si el gas natural y la nuclear ayudan o no a contener el cambio climtico. La UE son 27, y eso hace difcil llegar a acuerdos que no sean de mnimos. Las empresas – y tambin los trabajadores – valoran estabilidad jurdica, y en Espaa en particular y en la UE en general se no es nuestro fuerte. A nadie le gusta invertir o trabajar en un pas en el que no sabe qu condiciones le van a imponer las autoridades, o cunto de su nmina se va a ir en IRPF. Son cosas de sentido comn pero que en Europa no acabamos de comprender. Invitar a alguien a una cena romntica a alguien y decirle “te amo” para a continuacin soltarle “pagas t verdad?” no siempre genera confianza en la otra parte.
Por algo tan sencillo como eso, las empresas de energas renovables, que tan convencidos estbamos de que se iba a quedar en Espaa y en Europa, estn haciendo las maletas y yndose a otros pases y a Estados Unidos, incluso aunque la calidad de la mano de obra sea inferior en el ltimo de esos mercados. Como dijo Jason Bordoff, de la Universidad de Columbia, en el Aspen Ideas Climate de Miami en marzo, los europeos no deberan quejarse de que EEUU, despus de haber sido criticado durante dos dcadas por no tomarse en serio la lucha contra el cambio climtico, se haya puesto ahora manos a la obra. Si encima Washington lo hace mejor que Madrid o Bruselas, el problema es nuestro. Mientras tanto, sigamos quejndonos y pensemos en crear un supermercado pblico, a ver si as logramos espantar alguna inversin ms.
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