No es aceptable que el presidente no aclare el histrico giro hacia Marruecos, que dedica ya el 4,2% de su PIB a la defensa
Marruecos est consolidando paso a paso un estatus internacional reforzado al tiempo que Espaa pierde peso en una regin clave para su seguridad. A la cesin del Shara -un giro de 180 grados en nuestra poltica exterior sobre el cual Pedro Snchez rechaza dar explicaciones- se une el fortalecimiento de la alianza entre Rabat y Washington a travs de la compra de 112 misiles y 18 lanzamisiles Himars a EEUU. La transaccin pone a disposicin de Marruecos el sistema de artillera ms avanzad
o del mundo, con un alcance de 300 kilmetros y que ha sido crucial para el avance de Kiev contra las tropas de Putin en Ucrania. El propio Departamento de Estado norteamericano ha argumentado la venta de armas a Rabat por la necesidad de
mejorar la seguridad de un importante aliado al que considera clave para la estabilidad en la regin.
La creciente estatura que est adquiriendo el reino alau conlleva el riesgo de situar a Espaa
en una posicin de debilidad diplomtica y militar dos dcadas despus de la retirada de tropas de Irak
, que merm la confianza del Gobierno norteamericano en el rol de aliado que ostentaba nuestro pas.
Consciente de su papel reforzado en la esfera mundial, el rey Mohamed VI ha relanzado su poltica de defensa, a la que dedica un 4,2% de su PIB, cifra que lo sita en el dcimo puesto de pases con ms gasto militar del mundo, frente al 1,4% destinado en Espaa. Un dato inquietante teniendo en cuenta la volatilidad en la regin, donde Marruecos mantiene un estado latente de guerra con el Shara y un peligroso enfrentamiento con Argelia.
El reino conserva adems intactas sus histricas reivindicaciones soberanistas sobre territorio espaol: Ceuta y Melilla,
aunque en el acuerdo avalado por Pedro Snchez durante su ltima visita a Rabat no se mencionen, en virtud de su acuerdo tcito de evitar cuestiones sensibles.
Todo ello se suma a un liderazgo inquietante como el de Mohamed VI, caracterizado por la represin interna y los pulsos a Espaa, mientras el Gobierno de Snchez mantiene una cuestionable poltica de cesiones a Rabat que sigue sin ser explicada. El pasado mircoles en el Congreso el presidente mostr una resistencia numantina a aclarar
si Marruecos forz la salida de la ministra de Exteriores Arancha Gonzlez Laya
, evitando responder a lo largo de dos horas a las preguntas que, sobre una cuestin de Estado como es la relacin con Marruecos, elevaron tanto los partidos de la oposicin como sus aliados.
No es aceptable que Snchez postergue por ms tiempo el ejercicio de transparencia debido sobre el precio que Espaa est pagando por satisfacer a Mohamed VI.
La visita del presidente a la Casa Blanca el prximo 12 de mayo
le brinda una oportuna ocasin para convencer a Joe Biden de que el aliado fundamental de la OTAN en la regin es un pas fiable como Espaa.
Para seguir leyendo gratis