El presidente pone de relieve a China como una potencia global capaz de redisear un orden mundial ‘secuestrado’ por Occidente y advierte de peligrosas tormentas en el escenario mundial que sealan directamente a Estados Unidos.
China consagra estos das la autocracia de Xi Jinping en un Congreso que eleva al presidente chino a los altares de Mao Zedong, con un histrico tercer mandato sin precedentes desde el fundador de la Repblica Popular y camino de convertirse en vitalicio. El Gran Saln del Pueblo -escenario habitual de las maniobras polticas del Partido Comunista- tena ayer un solo protagonista: Xi, consolidado como lder ms poderoso de la Historia reciente del pas tras una dcada en el cargo y cuyo ideario
ha entrado en el panten constitucional junto al del mismsimo Gran Timonel.
Su discurso ante los 2.300 delegados encargados de asistir a la liturgia de la renovacin en la cpula comunista confirm el rumbo que le ha marcado al gigante asitico: una China ms nacionalista, ms autoritaria y ms agresiva. En este sentido, quiso situar a su pas como
una potencia global capaz de redisear un orden mundial supuestamente secuestrado
por Occidente y advirti de peligrosas tormentas en el escenario internacional que sealan directamente a Estados Unidos.
El lder chino, al que se rinde un creciente culto a la personalidad, reafirm en tono desafiante
su intencin de anexionarse Taiwan
sin descartar el uso de la fuerza y lanz un mensaje contra la injerencia de Washington en la regin. Tambin hizo una defensa cerrada de la mano dura en Hong Kong -donde su ley de seguridad ha liquidado el modelo un pas, dos sistemas y ha supuesto la crcel para la disidencia y
la mordaza para la prensa libre-
y en Xinjiang, donde se han llegado a destruir mezquitas en plena campaa de represin contra la minora musulmana uigur.
Lejos quedan los aos en los que la apertura de China a Occidente, la modernizacin de su economa y la
realpolitik
desarrollada por Washington hacan presagiar una
democratizacin similar a la que se produjo en Europa del Este
tras la Cada del Muro. La mxima crudeza que mostr el rgimen chino en la Matanza de Tiananmn hace tres dcadas tiene su continuidad en el XX Congreso del Partido Comunista que se celebra estos das. El cnclave va a poner fin a la era de liderazgo ms o menos colectivo para concentrarlo en las manos de un solo hombre, cuyo mandato
se ha caracterizado por las purgas de la oposicin
con la excusa de acabar con la endmica corrupcin en el aparato y, en los ltimos meses, por ser el principal socio de la Rusia de Putin pese a la invasin y la destruccin de Ucrania.
Lo que queda por comprobar es si el desafo de Xi puede cumplir sus enormes expectativas, porque
en el manto de poder absoluto en el que se ha envuelto comienzan a abrirse costuras
. Su estrategia ante la pandemia, ocultando primero la propagacin del Covid y aplicando despus draconianas medidas de control y represin de la poblacin, ha sido contestada por inslitas protestas y ha tenido efectos demoledores en la economa. Xi se dispone a consolidar su autocracia y el papel de China como un factor de inestabilidad internacional, algo a lo que
Occidente debe responder consolidando el modelo opuesto
: las democracias liberales, los derechos humanos y las sociedades abiertas.
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