Los brigadistas morales patrullan los campus como lanudos polizontes por las calles de Teherán. Es lo que hay. Juicios pilotados por burócratas, lejos de los tribunales. Fuera o no Marcy un cerdo, lo echaron a los ídem. No faltó la carta autoincriminatoria, clásico estalinista. Leer
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