Mohamed Adfal se plantó en el mitin del PSOE en Vitoria pertrechado de un cartel de Pedro Sánchez al revés y con un parche pirata en un ojo y un lema sin dobleces: “Traidor. Aquí estamos. Ni fuimos ni somos ni seremos marroquíes”. Mohamed, saharaui afincado en el País Vasco, acudió al acto de la campaña con la misión de exhibir un enfado que amenaza con convertirse en rutina en la recta final de la campaña hacia las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo.
“Fue un impulso y una reacción. Es que me salió desde dentro”, reconoce Mohamed en conversación con El Independiente. “No pude soportar la traición que nos hizo Pedro Sánchez a cambio de un plato de lentejas con el majzén marroquí[el círculo de asesores que rodean al rey Mohamed VI]”, explica. “Quería hacerle la misma pregunta que le hacen todos los españoles y que él no quiere contestar: ¿Cuáles son los motivos que le empujaron a escribirle esa carta a Mohamed VI?”
Mohamed asistió al mitin acompañado por un grupo de compatriotas y, cuando Sánchez hablaba desde el atril, desplegó el cartel y el grupo comenzó a gritar: “¿Dónde están los derechos humanos? ¡Traidor! ¿Ésta es la otra carta de Mohamed VI?”. Sánchez tuvo que interrumpir su intervención durante unos segundos y prosiguió: “Bien compañeros, ahora dejadme hablar a mí. Aquí somos respetuosos con todo el mundo. No pasa nada, no pasa nada, vamos a seguir”.
El cambio de posición en el contencioso del Sáhara Occidental, apostando por los postulados de Marruecos, persigue al partido desde entonces. Varios centenares de militantes y simpatizantes -incluidos algunos cargos de varias autonomías- han firmado un manifiesto exigiendo la rectificación y el apoyo a la vía del referéndum de autodeterminación. Sánchez ha sido increpado en actos celebrados en los últimos meses en Segovia, a cargo de jóvenes del partido Frente Obrero, y en Burgos, donde un activista de la causa saharaui desplegó una bandera de la República Árabe Saharaui Democrática antes de ser expulsado de las instalaciones por personal de seguridad. También Patxi López sufrió un acto similar en la localidad valenciana de Mislata.
Maroto justifica haber sacrificado el mercado argelino
El pasado viernes, en el inicio de la campaña electoral, fue Reyes Maroto, la candidata socialista a la alcaldía de Madrid, la que tuvo que sortear una pregunta incómoda formulada por un estudiante de la Universidad Carlos III de Madrid durante una conferencia en la que participó con la ex vicepresidenta Carmen Calvo. Uno de los asistentes les interrogó a ambas por la posición de Yolanda Díaz calificando a Marruecos de dictadura.
Maroto, ex titular de Industria, Comercio y Turismo y una de las ministras más afectadas por el cambio de posición y la ruptura de relaciones diplomáticas y económicas con Argelia, trató de hacer pedagogía de la decisión subrayando la importancia de Marruecos en temas de comercio y control de los flujos migratorios. “Para nosotros, desde el punto de vista del comercio, Marruecos es fundamental por el volumen de empresas y volumen de negocio”, señaló para justificar una decisión que quiebra 47 años de neutralidad activa de España y la sitúa a la vanguardia de los países que reconocen la ocupación marroquí del Sáhara.
“Hay decisiones que pueden ser más o menos populares o fruto de la necesidad que había de recuperar con Marruecos la normalidad”, argumentó la ex ministra poco antes de reconocer haber sacrificado los lazos con Argelia, que en junio suspendió el tratado de amistad y buena vecindad con España y canceló las transacciones bancarias con origen o destino en nuestro país. “Desde que se toma la decisión, la agenda comercial se normaliza y también se recupera la seguridad en la valla. Los saltos en las vallas ponían de manifiesto que desde el otro lado no se estaban haciendo nada y esto no nos lo podíamos permitir”, censuró la candidata, que comparó las relaciones con Rabat con la necesidad de negociar con el Gobierno italiano, “fascismo”. “Más allá del cambio de posturas, cuando uno gobierna, tiene que tomar decisiones”.
El mercado en Argelia se ha visto resentido como consecuencia del acercamiento a Marruecos, reconoce Maroto
Maroto, como ha sido también su gestión al frente del ministerio, eludió aportar más detalles de los efectos que la decisión ha tenido en las empresas españolas con actividad en Argelia -en su mayoría pequeñas y medianas-, que acumulan pérdidas superiores a los 1.000 millones de euros. “El mercado en Argelia se ha visto resentido como consecuencia del acercamiento a Marruecos”, zanjó. Calvo también recalcó la necesidad de pacificar los lazos con Marruecos, afeó a Argelia “que quiera negociar ahí y no tiene” y trató de explicar la discreción. “¿Tú cuentas todo de tu vida? Pues imagínate los gobernantes, cuando te echas en tus hombros tu país, la cantidad de equilibrios y donde te la tienes que envainar por los intereses de tu país”, concluyó.
La pasada semana, en su comparecencia en el Congreso de los Diputados, el sucesor de Maroto en el ministerio, Héctor Gómez, tuvo que enfrentarse a la censura planteada por el resto de grupos a propósito por la parálisis de las relaciones comerciales entre Argel y Madrid. “El mercado sigue bloqueado y las acciones van encaminadas a deslocalizar empresas y negocios a terceros países”, señalan a este diario fuentes de la recientemente constituida asociación que engloba a las compañías afectadas por la pérdida del negocio argelino.
Mohamed, que irrumpió en el mitin de Sánchez, no tiene dudas de que “España pagará por esto si sigue por este camino”. “No nos mueve el odio ni el rencor sino el sufrimiento. Los que estamos en España podemos expresar lo que pensamos y no olvidarnos de nuestros orígenes ni nuestra causa por la que hemos tenido sacrificio y muchos batacazos”. Mohamed se marchó del acto de Vitoria sin respuesta a su pregunta.