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Pistolas, cuchillos y pesetas falsas: Las autnticas ‘huellas del crimen’ en la Espaa de postguerra

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Una exposicin en el Museu d’Historia de Catalunya muestra objetos que fueron pruebas en juicios o que se usaron para cometer delitos

Imagen de la muestra
Imagen de la muestraXnia Fuentes (UB).

Mucho antes de la inundacin audiovisual de true crime que tenemos ahora, en 1985, TVE empez a emitir la serie ‘La huella del crimen’ . En sus episodios se ficcionaban algunos de los casos ms impactantes, por terribles, sanguinarios y srdidos, ocurridos en Espaa en las dcadas anteriores. incluso del siglo XIX. Cada captulo empezaba con la misma frase: “La historia de un pas es tambin la historia de sus crmenes. De aquellos crmenes que dejaron huella”, todo un recordatorio de que el ser humano siente una especial atraccin por el mal, por el rastro que deja la delincuencia y por la crueldad asombrosa que puede salir de alguien en una situacin desesperada. Como ejemplo, algunos captulos de la serie, emitida en una poca sin internet ni plataformas audiovisuales, rondaban una audiencia de 20 millones de espectadores.

Para no olvidar este pasado oscuro el Museu d’Histria de Catalunya expone hasta el 26 de febrero la la exposicin ‘Crimen y delito’. En ella se puede ver docenas de objetos procedentes del antiguo museo del Institut de Criminologia de la Universitat de Barcelona (UB) que cre en 1955 el doctor Octavio Prez-Vitoria, catedrtico del Seminario de Derecho Penal a partir de los bienes, instrumentos y aparatos que recibieron de los archivos judiciales de la Audiencia de Barcelona. Entre ellos hay pistolas, venenos, cuchillos, pipas antiguas para fumar droga o billetes falsos de pesetas. Todos se usaron para cometer delitos o como pruebas en juicios.

Imagen de la muestra
Imagen de la muestraXnia Fuentes (UB).

La muestra es un recorrido por la delincuencia durante la postguerra y la dictadura de la mano de estos objetos de la colecin del Institut de Criminologa que permiten entender las motivaciones y los modos de actuar de ladrones, asesinos y criminales en esa poca muy marcada por el contexto social y poltico espaol bajo el franquismo. La exposicin, comisionada por el escritor de novela negra Andreu Martn, trata con cierta indulgencia algunos de estos delitos recordando que “si un estado no trata bien al ciudadano y se limita a controlarlo por la fuerza y el castigo, el ciudadano no se siente obligado a respetar las leyes y, por tanto violar estas leyes no est tan mal visto como en otros pases”.

Por eso, se recorre todo tipo de delincuencia: desde los pequeos timadores a los grandes estafadores; de ladrones al descuido hasta los que estaban metidos en bandas organizadas de trfico de tabaco o de atracadores; de asesinos sanguinarios a estraperlistas que se hicieron ricos vendiendo por un precio ms alto comida, medicinas o suministros como la gasolina que la cartilla de racionamiento no cubria. Para ello se pueden ver las herramientas usadas pra forzar puertas, pistolas, cuchillos, navajas, hachas o las ‘estampitas’ para las estafas. Toda una radiografa de una poca en la que la delincuencia era una forma de superviviencia ante la miseria.

Imagen de la muestra
Imagen de la muestraXnia Fuentes (UB).

Crmenes mediticos

La exposicin tambin tiene un espacio para la prensa de la poca y la censura que sufran algunos medios. Adems de remarcar que la informacin de sucesos siempre estaba relegada en los diarios generalistas mientras que los que estaban especializados, como ‘Por qu’ o ‘El Caso’, en este tipo de noticias deban mantener el equilibrio “entre alimentar el morbo de los lectores y no dar una imagen de un pas en el que el crimen campa a sus anchas”. Por eso, la muestra detalla que “abundaba la noticia sin referencias concretas, sin fecha ni localizacin, o sin los nombres de los implicados. Y, por supuesto, ninguna intencin de analizar los hechos a fondo”.

Tambin ha espacio para dos de los crmenes que sacudieron la opinin pblica de la poca y se convirtieron en ‘mediticos’ por usar un trmino ms actual. Tanto el asesinato de Carmen Broto como el que cometi Jos Mara Jarabo generaron tanta expectacin en la prensa que hasta ‘La huella del crimen’ los ficcion en dos episodios. Carmen Broto ejerca la prostitucin con jerarcas de la dictadura, empresarios y hasta miembros de la Iglesia y muri asesinada el 11 de enero de 1949 en extraas circunstancias. Cuando vueron a detener a dos de los sospechosos se suicidaron con cianuro y recay sobre un tercero toda la culpabilidad del crimen. Asegur que la mataron para quitarle las joyas pero la enterraron con un abrigo de pieles.

Imagen de la muestra
Imagen de la muestraXnia Fuentes (UB).

Jos Mara Jarabo, miembro de la alta sociedad madrilea, mat a cuatro personas entre el 19 y el 21 de julio de 1958. Se dedic a malgastar unos 10 millones de pesetas cuando fue expulsado de Estados Unidos por trfico de drogas y acab estafando joyas que peda a mujeres y empeaba a espaldas de sus amantes. En un intento de recuperar algunas de ellas cometi los crmenes. Su historia se explic en el primer captulo de ‘La huella del crimen’, uno de los que tuvieron ms xito.

Evolucin

Adems de recordar con cierta nostalgia la delincuencia en las dcadas del franquismo, la muestra tambin expone la evolucin de la criminalidad. “Interpretamos de forma nueva las agresiones que se perpetran a partir de una concepcin patriarcal; las estafas ahora pescan vctimas a travs de Internet” sealan los organizadores y destacan que estas formas nuevas de delinquir se acumulan con las anteriores: “El trfico de drogas no dej atrs el contrabando de tabaco, sino que se sum. Los delitos cibernticos se suman a las estafas, grandes o pequeas, de la calle. Y la aparicin de nuevas sustancias estupefacientes no elimina la venta, consumo y miseria de las drogas de toda la vida”.

Imagen de la muestra
Imagen de la muestraXnia Fuentes (UB).

El comisario de la exposicin, Andreu Martn, record que “ste era un pas tan desorganizado que no poda tener ni crimen organizado”. El vicerrector de Patrimonio y Actividades Culturales, Agust Alcoberro, destac que la coleccin protagonista de esta exposicin, la de Criminalstica, se hizo en los aos sesenta y tiene su origen en un momento en el que se empezaba a considerar que la criminologa deba tener una metodologa cientfica. Los objetos tenan mucho inters, pero era necesario explicarlos. La directora del Museo de Historia de Catalua, Margarida Sala, aadi que la exposicin permite adentrarse en los conceptos de crimen y delito, en las circunstancias que les rodeaban, y qu se esconda detrs de todo esto durante el franquismo.

La muestra tambin recuerda como la novela negra o el cine ha explicado esta delincuencia. Existen las que aparecieron en la misma poca, como las novelas baratas de lectura rpida firmada con seudnimo, los bolsilibros, o las radionovelas que aglutinaban frente a una radio a toda la familia, pero tambin la literatura o las pelculas que aparecieron ms tarde y que recordaban casos concretos. No hay que olvidar que la ficcin que “se alimenta de la realidad”.

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