El líder ruso, Vladimir Putin, quiere evitar otra fuga de jóvenes rusos como la que se dio en la movilización de septiembre pasado y por ello a partir de ahora se podrá reclutar a los llamados a filas con un correo electrónico. Antes los afectados recibían una notificación personal. La Duma aprobó la medida con una sola abstención y 394 votos a favor. También ha tenido luz verde de la Cámara Alta. Putin la firmará esta semana.
Miles de los 300.000 movilizados en otoño huyeron de Rusia. Todos los jóvenes entre 18 y 27 años que no querían ir a la guerra («operación militar especial» para Moscú) y tenían recursos para salir y empezar una nueva vida fuera.
El Kremlin ha aprendido de la experiencia con vistas al reclutamiento que tiene como objetivo hacer frente a la contraofensiva ucraniana, que se esperaba en primavera pero puede posponerse hasta el verano.
Yulia lo sabe bien porque su hermano Valeri (nombres ficticios) estaba aterrorizado desde que uno de sus amigos se encontró con la sorpresa al recibir el correo en su domicilio en Moscú. De ahí que Valeri procuraba pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa y no contestar a las llamadas imprevistas. Otros colegas se habían mudado a vivir con parientes para evitar el alistamiento. Ahora no le servirá este recurso.
Según la nueva legislación, el gobierno considerará que la convocatoria ha sido entregada desde el momento en que aparezca en un portal gubernamental llamado Gosuslugi. Es donde los rusos buscan información estatal sobre la administración pública. Una vez que aparezca en la lista el afectado ha de presentarse en la oficina de reclutamiento.
Represalias de dudosa legalidad
Quienes no se presenten harán frente a represalias: se les prohibirá viajar al extranjero, quedará anulado su permiso de conducir y no podrán comprar o vender propiedades.
Aunque hay expertos legales que dudan de que estas sanciones sean constitucionales, lo cierto es que no habrá manera de eludir el reclutamiento. Las autoridades rusas siguen hablando de «reclutamiento», no «movilización». El portavoz del presidente Putin, Dmitry Peskov, mantiene que se trata simplemente de «mejorar los registros militares». Negó que fuera una movilización amplia.
Quienes no quieran ir a la guerra solo pueden salir del país o bien solicitar hacer un servicio civil, aunque han de argumentar razones de salud o motivos religiosos.
Para Alexei Venediktov, ex redactor jefe de la emisora de radio Eco de Moscú,los últimos cambios del proyecto equivalen a «la introducción de la ley marcial sin la introducción formal de la ley marcial», según cita The Guardian.
Helpdesk, un sitio web que ofrece asesoramiento y asistencia a los rusos que no quieren ir a luchar a Ucrania, ha lanzado este mensaje: «Si estás en Rusia y puedes ser reclutado, ¡estás en peligro!»
En otoño hubo protestas contra la movilización en varias ciudades. Fueron reprimidas con severidad. Los datos sobre las bajas de la «operación militar especial» varían según la fuente, pero en Rusia se ocultan al máximo los daños sufridos en sus filas. Los rusos viven al margen de estos datos y la mayoría solo siguen las noticias sobre la invasión rusa por la televisión oficial sobre todo más allá de las ciudades.
En Moscú, se aprovecha cualquier ocasión para loar a los héroes que han combatido en Ucrania, como la exposición Ojos sobre el Donbás no conquistado, frente a la embajada de EEUU.
En su último balance, de septiembre pasado, las autoridades rusas se referían a 5.937 militares muertos en la «operación militar especial». Sin embargo, la BBC ha recopilado los datos de unos 17.000. En los documentos filtrados del Pentágono se refieren a unos 40.000, un dato que Ucrania considera bajo. La tesis sería que esta información estaría corregida por Rusia para no desmoralizar a los ciudadanos. Fuentes occidentales estiman el número de bajas rusas (muertos y heridos) en torno a los 200.000.
Rusia tiene como objetivo aumentar el tamaño del Ejército en 350.000 efectivos. Ahora son 1.150.000 y se pretende llegar al millón y medio. En ese caso necesitan a los rusos en edad de cumplir el servicio militar más que nunca, a la vez que hacen llamamientos para que se sumen nuevos profesionales.
Una tesis que aboga a favor de que esa nueva movilización esté en marcha se basa en las informaciones sobre los problemas que hay en el frente para cubrir las bajas. En el Donbás, las batallas son especialmente cruentas y Rusia está perdiendo muchos efectivos y material.
En Bajmut, que según el Grupo Wagner habría caído en manos rusas en un 80%, los mercenarios liderados por Yevgueni Prigozhin están dando el testigo en los flancos a los soldados regulares. Hay quienes creen que el Grupo Wagner quiere replegarse y volver a África, donde ya ha estado operativo.
Ucrania niega que las tropas leales al Kremlin controlen el 80% de Bajmut. Serhiy Cherevaty, portavoz ucraniano del comando oriental, ha dicho a Reuters. «Estoy en contacto con el comandante de una de las brigadas a cargo de la defensa de la ciudad y puedo asegurar que controlan más territorio de Bajmut».
Mientras tanto, Ucrania también está intensificando las operaciones de reclutamiento entre los varones entre 18 y 65 años, que no pueden salir del país. El presidente, Volodimir Zelenski, ha pedido a la comunidad internacional que reaccione tras la difusión de un video, de ubicación y fecha desconocida, en el que soldados rusos decapitan a un soldado ucraniano. «Qué fácilmente matan estas bestias. No vamos a olvidarnos de nada. Ni vamos a perdonar a estos asesinos. Van a tener que afrontar legalmente sus actos. Es necesario derrotar al terror».
Sobre los documentos filtrados del Pentágono, el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Reznikov, ha dicho en Madrid que son «una combinación de certezas y falsedades» y ha desmentido que EEUU no confíe en las posibilidades de Ucrania de lanzar una contraofensiva con éxito, como señalan algunos de estos textos. La ministra española de Defensa, Margarita Robles, ha apuntado que responden al deseo de Rusia de dividir a los aliados y fomentar la desconfianza con respecto a EEUU, algo que a su juicio el Kremlin no va a lograr.
En el mismo sentido, se han manifestado el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, y el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, que se han visto este miércoles en Washington. El primer ministro ucraniano ha demandado aviones de combate F-16 y F-15, así como misiles de largo alcance. En la misma línea, el titular de Defensa ha agradecido a España su contribución con los seis Leopard 2A4 que llegarán este mes, y ha solicitado cazas, munición, y entrenamiento de la Armada. Ucrania sigue convencida de ganar la guerra, pero precisa más ayuda. Ahora aboga por una coalición de los aviones de combate.