La inflación contiene su ascenso con fuerza. Después de dos meses en los que los precios volvieron a subir cada vez más, este mes de marzo la escalada se relajó, con el IPC marcando un incremento del 3,3%. Es la misma cifra que el INE había adelantado hace quince días. La mala noticia viene del precio de los alimentos, que continúa aumentando un 16,5%, en un efecto que se espera que se alargue todavía durante unos meses.
El indicador del encarecimiento general de los precios ha caído de forma decisiva sobre todo gracias al efecto base. Es habitual que en el caso del IPC se preste más atención al dato interanual, es decir, el que compara el nivel de vida con el del mismo mes del año anterior, y en esta ocasión la comparación favorece puesto que en marzo del año pasado la electricidad, el gas y el petróleo se descontrolaron por el estallido de la guerra en Ucrania. En cambio, si se atiende al dato intermensual, se obtiene que en comparación con febrero los precios subieron un 0,4% en marzo.
El INE atribuye el abaratamiento de los precios a la vivienda, así como al transporte. Sin embargo, la inflación subyacente, que mide el avance de los precios sin tener en cuenta la energía y los alimentos no procesados, sigue elevada, en el 7,5% tan solo dos décimas menos que en el mes anterior.
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