La respuesta es siempre la misma: silencio informativo. «Lo que hay que contar sobre la contraofensiva ucraniana es que no se puede hablar de la contraofensiva ucraniana», repiten fuentes ucranianas. Sin embargo, el ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, ha reconocido que los preparativos están prácticamente terminados. «Tan pronto como haya voluntad divina, el tiempo acompañe y los comandantes tomen una decisión, la haremos», ha dicho sin dar más detalles, según cita Ukrinform. La cuenta atrás ha comenzado, pero nadie sabe cuándo empezará la esperada contraofensiva ucraniana.
El propio presidente, Volodimir Zelenski, ha asegurado que no se retrasará, a pesar de que sería ideal contar con aviones de combate F-16. «Nos habría ayudado mucho, pero no vamos a demorarla por esto», ha escrito en su cuenta de Twitter.
«Los ucranianos tienen que jugar al despiste. Si somos capaces de saber cuándo empieza con tres días de antelación, empezaría mal la contraofensiva. Podríamos estar en la fase de preparación del terreno en el shaping, o en la previa o preshaping, cuando se destruyen sistemáticamente equipos de guerra electrónicos del rival, en este caso el ejército ruso», indica Jesús Manuel Pérez Triana, analista militar y autor de Osint Sahel. «Mal lo estarían haciendo si supiéramos con dos días o tres de antelación la fecha», añade el investigador.
Hay quienes aventuran que podría ser el 9 de mayo, el Día de la Victoria en la Gran Guerra Patria, fecha emblemática para el líder ruso, Vladimir Putin. Es lo que aventura el fundador del Grupo Wagner, Yevgueni Prighozin, quien también advierte que sus tropas se están quedando sin munición en Bajmut y que los ucranianos se disponen a enviar ahora tropas de refresco. Prigozhin utiliza este tipo de llamamientos para reivindicar el trabajo de sus mercenarios y dejar en evidencia siempre que puede al ministro ruso de Defensa, Serguei Shoigu. También puede estar en marcha con el ataque con drones en Sebastopol y el fuego de artillería en Nova Kahova, en Jersón, del sábado. Al menos sus primeros compases.
Sabemos que se acerca el momento por tres razones fundamentales: las palabras del ministro, el tiempo meteorológico mejora, aunque aún hay barro en algunas zonas, y debido a que Ucrania ha recibido gran parte del armamento y el equipamiento que había solicitado a los miembros del Grupo de Contacto de Ramstein (entre ellos, EEUU y Estados miembro de la OTAN).
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha confirmado esta semana que «el 98% de los vehículos de combate prometidos a Ucrania ya se han entregado. Son 1.550 vehículos blindados, 230 tanques, y otro equipamiento, así como gran cantidad de munición», dijo en Bruselas. Los primeros seis carros de combate Leopard 2A4 de los 10 que va a poner España a disposición de Ucrania ya llegaron a Polonia y la semana próxima estarán en su destino final.
Ucrania habrá de esperar hasta final de año para recibir los 31 tanques Abrams M1 que se ha comprometido a enviar Estados Unidos. En las próximas semanas empezará el entrenamiento de tropas ucranianas, así que no se cuenta con estos blindados en el inicio de la contraofensiva de primavera. EEUU anunció más envíos de HIMARS, y munición de 105 mm y 155 mm por valor de 325 millones de dólares.
Según el teniente general en la reserva, Francisco Gan Pampols, además de las especulaciones en los medios, «hay algunos elementos objetivos como la generación de nueve brigadas distintas nuevas, que son producto de entrenamiento de países occidentales a soldados ucranianos y además están dotados con armamento, material y equipo que ha llegado en su totalidad (vehículos acorazados y armamento ligero y medio)». En total, según los documentos filtrados del Pentágono, habría 12 brigadas, compuestas de 4.000 efectivos, dispuestas ya para el combate.
Hay factores que juegan en contra de una contraofensiva inminente. «Hay una carencia crítica de munición, sobre todo de 155mm, la munición típica de artillería. Todos los proyectiles con sistemas de guiado están agotados. Y también los HIMARS. Desde el punto de vista de la logística, la acumulación de recursos no está lo suficientemente claro. Podría quedarse sin material en plena contraofensiva lo que supone una gran vulnerabilidad», puntualiza Gan Pampols.
Son varios los detalles en los que coinciden los expertos sobre la dirección que tomarían los ataques. Gan Pampols indica que hay que fijarse «dónde se producen reconocimientos armados, dónde se prueba la consistencia y, sobre todo, cuál son los objetivos de segunda línea detrás de esas zonas».
Lo más importante es cortar la vía del aprovisionamiento terrestre que existe entre el territorio continental ruso pasando por la zona del Donbás»
Para el teniente general en la reserva, «Ucrania los que quiere es recuperar Crimea de la forma más rápida y menos dolorosa. Lo más importante es cortar la vía de aprovisionamiento terrestre que existe entre el territorio continental ruso pasando por la zona del Donbás, hablamos de Mariúpol, Melitópol, y el istmo por dónde pasa el canal que abastece de agua dulce (Nova Kahova) a Ucrania. Se apunta que la zona de Zaporiya sería de las más importantes para romper el frente ruso y profundizar para llegar al mar de Azov. Hemos visto también movimientos en el estuario del Dniéper, donde algunas fuerzas especiales han llegado a la orilla oriental».
Desde Ucrania reconocen que puede darse pronto y que el objetivo principal es «romper la unión entre los territorios bajo control ruso y Crimea», según Mark Savchuk, coordinador en UA PR Army, quien confirma que «Melitópol es clave». Sostiene Savchuk que tomar Melitópol permitiría a los ucraniano «poder bombardear desde allí el puente de Crimea hasta dejarlo inservible, lo que cortaría la conexión con Rusia, y desde ahí presionar a los rusos para que se replieguen en Crimea». Al concentrarlos allí, según Savchuk, tendría ventaja el atacante, es decir, Ucrania. Hacia finales de año lo ideal sería entrar en Crimea y conquistarla, para luego dedicar todas las fuerzas a la zona oriental bajo control del Kremlin.
Christian D. Villanueva, director de la Revista Ejércitos, señala que es muy difícil saber cómo puede ser. «Desde hace tiempo se especula con que puedan atacar en dirección a Melitópol por Tokmak para separar a Crimea de las regiones ucranianas bajo control ruso. Pero necesitarán más apoyo aéreo para crear una brecha en las defensas rusas. Parece factible que logren avances pero serían limitados».
El cruce del río Dniéper cerca de Jersón, que será necesario para lograr cortar la conexión entre Rusia y Crimea, ha sido interpretado por algunos analistas como un indicio de que la contraofensiva ya está en curso. Otros creen que es una misión de reconocimiento aún previa. Aunque eran pocos efectivos, los blogueros militares rusos hicieron saltar las alarmas porque los ucranianos habían cruzado una línea roja.
Rusia teme que en la contraofensiva los ucranianos tengan Zaporiya en su objetivo, una zona clave para avanzar hacia Crimea. Otra opción es que Ucrania lance un ataque menor, un señuelo, para desviar la atención.
De la misma forma, Rusia intensifica estos días de finales de abril los ataques contra civiles, como ha hecho en la madrugada del viernes, cuando han muerto 24 personas, entre ellas una niña de tres años y otros dos menores, en Uman. Demuestra que también ha de dedicarse Ucrania a defender Kiev, Járkov, las líneas de suministro, la frontera con Bielorrusia, y Odesa. Y lo hace. Este sábado Ucrania ha lanzado este sábado un ataque con drones sobre un depósito de petróleo en el puerto de Sebastopol, en Ucrania, próximo a la base de la flota rusa en el Mar Negro.
Al tiempo que Ucrania está preparando su contraofensiva, Rusia ha aprendido de sus errores y ha fortificado sus defensas a lo largo de 800 kilómetros, desde Jersón hacia el noreste. Los ucranianos se toparán con obstáculos en su avance: capas de fortificaciones y trincheras, zanjas antitanque, barricadas, líneas de defensa prefabricadas… pero ya saben donde están y lo tienen en cuenta en sus planes.
Los rusos no están en condiciones de llevar a cabo una guerra de movimientos y de seguir tomando territorio ucraniano. Pueden tomar Bajmut, pero no mucho más»
CHRISTIAN D. VILLANUEVA, REVISTA EJÉRCITOS
La eterna batalla de Bajmut
Para ganar el tiempo necesario para preparar la contraofensiva de primavera, Ucrania ha combatido con fiereza en Bajmut, donde los rusos, fundamentalmente mercenarios de Wagner, llevan atacando desde hace nueve meses. Bajmut es el premio que buscan las tropas rusas, sobre todo Prigozhin, pero ha costado tantas vidas y tanto equipamiento que, de darse, la victoria del Kremlin será pírrica. Las tropas rusas ya están en el centro de Bajmut pero los ucranianos seguirán aguantando mientras tengan posibilidades de contar con suministro. La ciudad, que llegó a contar con 70.000 habitantes, está devastada. Los rusos destruyen los edificios para que los ucranianos no los utilicen como fortificaciones para atrincherarse allí.
En Bajmut Kiev ha podido frenar al enemigo y evitar que amplíe su línea de frente»
general aleksander syrskyi en interfax
De hecho, pase lo que pase los ucranianos están logrando su objetivo de desgastar a los efectivos de Putin y mostrar que ni los rusos son infalibles ni los ucranianos fáciles de batir. El comandante del Sector Oriental de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el coronel general Aleksander Syrskyi, explica en Interfax-Ucrania que «la batalla de Bajmut es importante para Kiev porque han podido frenar al enemigo y evitar que amplíe su línea de frente».
Según este oficial ucraniano, la defensa de Bajmut es importante por varias razones: es una fortaleza natural bien situada, rodeada de ríos y colinas. Ayuda también que hay edificios de varios pisos e infraestructuras en la orilla izquierda del río Bajmutovka desde donde se defienden las tropas. Si Bajmut, en Kostyantynivka-Kramatorsk, está en manos ucranianas, las tropas rusas no pueden llegar a la retaguardia en Lisychansk y Donetsk.
Para Rusia es importante porque, según explicó Dmitry Poliansky, diplomático ruso en la ONU, ·sin Bajmut sería imposible lograr los objetivos bélicos de Putin que pasan por tomar todo el Donbás·. A eso se suma que han perdido tantos soldados y tanto material que retirarse sería humillante. Sin embargo, Zelenski siempre podría vender esa derrota como una victoria, dado el daño causado al enemigo. Si los soldados ucranianos se ven cercados, y ya se ha decidido el siguiente paso, la contraofensiva, sería el momento.
Además, la caída de Bajmut quedaría ensombrecida si la contraofensiva ucraniana empieza con una operación de impacto. Pero mientras se pueda mantener el suministro cumple su función. «Si Bajmut cae, Rusia tendrá recursos para enviar a otros sitios. Bajmut ofrece la oportunidad de acabar con tropas rusas y evitar que combatan en otro enclave», señala Denys Popovych, en NV Radio de Ucrania, según cita Reuters. No se descarta que, como teme Prigozhin, los ucranianos contraataquen por los flancos en Bajmut más adelante.
No será el final de la guerra
La contraofensiva de primavera ha despertado muchas expectativas, sobre todo, después de que Ucrania haya recibido el armamento solicitado a EEUU y otros aliados. Será fundamental, como hasta ahora, el trabajo de estos servicios de Inteligencia. Es difícil que conduzca al final de la guerra pero sí será crucial para que Ucrania haga valer su posición en el campo de batalla. Hay oscurantismo en los dos lados sobre las bajas pero se estima que superan los 300.000 entre muertos y heridos.
«Las fuerzas rusas están en un grado bastante considerable agotadas. Todas las acciones en las que participan después de la catástrofe de Vulhedar, y Avdiivka, y el desgaste en Bajmut, y más al norte en Kreminna y otras localidades son acciones muy pequeñas, de tamaño de compañía. Parecen incapaces de mover unidades tipo brigada y menos algo mayor que eso. Esto nos indica que los rusos no están en condiciones de llevar a cabo una guerra de movimientos y de seguir tomando territorio ucraniano. Pueden tomar Bajmut, pero no mucho más. Desde enero han avanzado poco a gran coste», afirma Villanueva.
«Del lado ucraniano es la gran incógnita. Han sufrido muchísimas bajas en Bajmut y cada vez tienen más problemas de reclutamiento, pero pueden haber montado brigadas nuevas y que pueden estar en condiciones de lanzar una contraofensiva. En todo caso no será suficiente para retomar todo el territorio perdido. Pero no sabemos exactamente cuál es su objetivo», añade el director de la Revista Ejércitos.
En un momento en que comienzan a escucharse voces a favor de la negociación, por parte de China, Brasil, o el Papa, el tiempo juega a favor de Putin, que puede aceptar un alto el fuego para volver a la batalla cuando tenga listo el siguiente paso. Ucrania sabe que ha de sentarse a hablar desde una posición de fuerza, ya que solo así marcará la agenda.