La ceremonia de coronación de Carlos III ha estado llena de anécdotas que le dan color al momento histórico que hemos vivido. Lejos del protocolo, la pompa y el boato, algunas imágenes se quedan para el recuerdo. Como la del príncipe Louis bostezando en el acto religioso o la de Katy Perry perdida en la abadía de Westminster. Repasamos todo lo que quizás no has visto de la cita.
Louis, siempre divertido
Con solo cinco años recién cumplidos, el príncipe Louis se ha convertido una vez más en protagonista de los actos oficiales. A su llegada a la abadía de Westminster, cogido de la mano de su hermana mayor, Charlotte, parecía formal y dispuesto a demostrar que se había hecho mayor.
Sin embargo, no pudo aguantar las casi dos horas de ceremonia. A pesar de que en un primer momento mostró curiosidad e interés por lo que ocurría, señalando y cuchicheando con su hermana, no duró mucho. Pronto empezaron los bostezos y, sin intención de replicar aquella famosa imagen de Diana dormida en un acto, se lo llevaron hasta que terminó la coronación. Hay que tener en cuenta que la princesa de Gales y sus dos hijos estaban sentados en primera línea.
Al terminar, la familia volvió a reunirse para volver en carruaje a Buckingham. Una vez más, las caras de Louis a través del cristal hicieron sonreír a los curiosos que esperaban al otro lado de la carretera. Y finalmente, volvió a ocurrir lo mismo que vimos en el Jubileo: sobre el balcón de palacio sus espontáneos gestos han vuelto a hacerse virales.
El príncipe Harry, visto y no visto
El príncipe Harry, en su primera vuelta a Reino Unido desde la muerte de su abuela y desde la publicación de sus memorias, ha escogido un discreto segundo plano. Entró el último de la familia en la abadía, cogiendo distancia del resto de sus primos que tampoco son working royals, y mirando al suelo.
Caminaba detrás de su prima Eugenia de York, que está esperando su segundo hijo, y el marido de esta, Jack Brooksbank. Se sentó junto a ellos en la tercera fila, dos por detrás de donde estaba su hermano y también por detrás de los duques de Gloucester, por ejemplo.
Nada más terminar la ceremonia, el príncipe Harry decidió poner distancia entre él y su familia y puso rumbo al aeropuerto. Según publica el Daily Mail, no había pasado ni una hora desde el final de la coronación cuando fue visto en Heathrow, dispuesto a volver a Estados Unidos. Por lo tanto, todo parece indicar que no llegó a ir a Buckingham, ni al balcón ni al almuerzo posterior (al que supuestamente había sido invitado a pesar de la polémica).
Por supuesto, el príncipe Harry quiere volver lo antes posible porque hoy es el cumpleaños de su hijo Archie, que nació hace cuatro años en Londres. Tanto el pequeño como Meghan y Lili se han quedado en Montecito.
Incidentes inesperados
A pesar de la puntualidad inglesa y de la organización militar de toda la jornada, es inevitable que ocurran ciertos incidentes. Por ejemplo, durante las celebraciones en honor a Isabel II el pasado mes de septiembre hubo varios desmayos.
En este caso, se han visto momentos como el de este caballo. Asustado por algo que aún no se ha conocido, el animal y su jinete perdieron el control, caminando hacia atrás hasta chocar con la valla. Un verdadero susto para los que estaban viendo la procesión. Por suerte, la situación volvió a la normalidad rápidamente sin mayor problema.
Katy Perry, sola y perdida
Una de las invitadas a la ceremonia de coronación fue Katy Perry. La cantante, que está prometida con el británico Orlando Boom, es una de las confirmadas para actuar el domingo en el concierto del castillo de Windsor. Sin embargo, acudió sola a la abadía de Westminster.
Katy Perry lució un diseño de Vivienne Westwood de color lila, un conjunto formado por falda y chaqueta estructurada que complementó con un tocado ladeado.
Y a pesar de que el look ha sido alabado por muchos, le dificultó la jornada en alguna ocasión. Un vídeo se ha hecho viral en el que parece que la cantante está totalmente perdida. Se supone que está buscando su asiento en la abadía de Westminster, pero entre el lío de gente y el tocado no ve.