La compra de Air Europa por parte de Iberia sigue sin resolverse a tres meses de que cumpla el nuevo plazo que se dieron las partes para negociar en exclusiva la operación. Pero la compañía propiedad de IAG no está dispuesta a pagar mucho más de los últimos 500 millones en los que se valoró la operación tras la pandemia.
Así lo puso de manifiesto este miércoles el presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, durante un encuentro con los medios de comunicación en el centro de mantenimiento de la compañía en La Muñoza, junto al aeropuerto de Barajas, donde presentó los nuevos Airbus A350 que va a incorporar a su flota.
«Yo no esperaría grandes sorpresas en los términos económicos del acuerdo», dijo el presidente de la aerolínea. La valoración de la empresa es de unos 500 millones y a ello habría que añadirle casi 700 millones de deuda. «No existe una diferencia fundamental del valor actual de Air Europa respecto a las condiciones de los acuerdos previos», abundó.
El pasado 16 de agosto IAG convirtió un préstamo participativo de 100 millones en capital de Air Europa y es el dueño del 20% de la aerolínea que pertenece a Globalia. Pero la negociación con el grupo que fundó Juan José Hidalgo se sigue dilatando.
Si no se alcanza una acuerdo en plazo, desde Iberia podrían optar por alargar la negociación aún más, aunque también dejan la puerta abierta a renunciar a la misma y buscar otras alternativas en el mercado para seguir creciendo. «Veríamos si nos mantenemos en la idea de comprar la compañía o tomamos otro camino», dijo Sánchez-Prieto.
Por el momento, sostienen que «el objetivo es comprar la compañía», mientras Air Europa sigue desarrollando su propio plan estratégico y compitiendo con Iberia en el mercado.
Plan para convencer a Competencia
Al mismo tiempo, Iberia está trabajando internamente en una nueva propuesta de cesión de rutas que pueda convencer tanto a las autoridades europeas de competencia. En concreto, se están analizando qué aerolíneas pueden ser los competidores de Iberia y Air Europa.
Por otro lado, la dirección de la compañía cree que ha llegado el momento de sentarse a negociar con los sindicatos la aplicación de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para ajustar la plantilla a las necesidades operativas actuales.
Lo hace tras cerrar con los sindicatos los convenios colectivos para su personal de Tierra, pilotos y tripulantes de cabina, que incluyen subidas salariales. El primer ejecutivo de la aerolínea no detalló a cuántas personas puede afectar, pero recalcó que «no será como otros que se han aplicado en el pasado».
Esas subidas salariales incrementan los costes, que ya vienen marcados por el entorno inflacionista global. Además de la mano de obra, sube el precio del combustible y los proveedores, lo que probablemente acabe repercutiendo en el precio de los billetes.
En términos de negocio, Iberia sitúa en 2024 la recuperación de los márgenes. En 2019, la aerolínea registró un beneficio operativo récord de 500 millones de euros. En cualquier caso, la demanda sigue siendo «razonablemente robusta y los aviones van muy llenos», insistió Sánchez-Prieto.
Respecto a las perspectivas más inmediatas para el 2023 que está a punto de comenzar, Iberia prevé recuperar totalmente la capacidad que tenía antes de la pandemia y superarla en un 5%. El foco de crecimiento se centrará en Latinoamérica y en Estados Unidos, mientras persisten las dificultades para conectar con el mercado asiático a consecuencia del conflicto en Ucrania.