Este sábado, La 1 emite la final del Benidorm fest 2023. Desde las 22:05, los clasificados —Agoney, Alice Wonder, Fusa Nocta, Megara, Blanca Paloma, Vicco, Karmento y José Otero— tratarán de seducir al jurado profesional, al voto demoscópico y a las audiencias para representar a España en Eurovisión 2023, un evento que tendrá lugar el próximo 13 de mayo en Liverpool.
A la espera de conocer la acogida de la gran final, las preselecciones del Benidorm Fest 2023, que se han emitido el martes y el jueves de esta semana, no han sido recibidas con la efusividad que se esperaba por las halagüeñas cifras que obtuvo el certamen en su debut de 2022.
En la rueda de prensa celebrada este viernes, María Eizaguirre, directora de Comunicación y Participación de la Corporación de RTVE, aseguró que desde la televisión pública ya auguraban esas cifras en la televisión lineal. Sin embargo, reclamó que se tengan en cuenta otros aspectos a la hora de cuantificar el éxito del formato, como la audiencia social.
«La marca está consolidándose todavía, pero todo el mundo está hablando de esto, se ve en las plataformas en las que se comenta. En la televisión lineal hemos llamado la atención de ese público al que cuesta más llevar a la televisión, los jóvenes, y ahí somos líderes de audiencia», añadió la comunicadora, sin indicios de autocrítica.
Cifras del Benidorm Fest 2023
Pero, ¿son los datos alarmantes o síntoma de un cambio en la forma de ver televisión? La primera semifinal, liderada por Agoney, se saldó con una audiencia media de 1.040.000 telespectadores en la televisión tradicional o lineal, que se traduce en un 10% de cuota de pantalla, según datos de Kantar Media ofrecidos por Barlovento Comunicación.
El formato lideró en la franja de entre 25 y 44 años, con un 18,4%. En el caso de RTVE Play, la plataforma virtual de la televisión pública, esta consiguió 82.617 espectadores. Respecto a la audiencia social, RTVE presumió de que, tras la primera semifinal, el hashtag #BenidormFest consiguió aglutinar 150.000 tweets (el año pasado la cifra fue de 105.000 mensajes durante todo el certamen) y liderar los Trending Topics.
La segunda semifinal, emitida el jueves, no solo no mejoró la cifra, sino que la empeoró. Fue el tercer programa más visto un una noche en la que la que triunfó el estreno de La penúltima y me voy en Antena 3, con un 18,6% de cuota y un total de 2.221.000 espectadores.
Lo segundo más visto fue Pesadilla en el paraíso, con 909.000 espectadores y una cuota del 9,9%. Por su parte, la segunda semifinal del Benidorm Fest se hizo con 3.169.000 espectadores y una cuota de pantalla del 9,4%, copando un 17,2% de la audiencia de ese día de La 1.
La cifra baja aún más si nos referimos a La Noche del Benidorm Fest, el access prime time presentado por Miki Núñez y Aitor Albizua. El formato consiguió un 5,2% de cuota de pantalla y 761.000 espectadores. Los datos del programa que siguió a la semifinal fueron más alentadores, con un 7,2% de share y 341.000 espectadores en el late night.
El año pasado, que se saldó con la victoria de Chanel Terrero y una monumental polémica por el porcentaje del jurado profesional, por sus posibles intereses y porque las Tanxugueiras y Rigoberta Bandini se quedaron atrás pese a ser las favoritas de la audiencia; consiguió alcanzar un 11,8% (1.534.000 espectadores) en la primera semifinal, una cifra que ascendió a un 14,2% (1.728.000 espectadores) en la segunda entrega y 21% (2.966.000 espectadores) en la final.
Voto telefónico
Durante la rueda de prensa del viernes, María Eizaguirre compartió los datos de la participación en el televoto, algo en lo que también se ve la pérdida de interés en el certamen: la segunda semifinal consiguió 11.224 votos (7.808 computados a través de SMS y 3.416 correspondientes a las llamadas de teléfono).
Más bajas fueron las cifras de la primera semifinal, emitida el martes, obteniendo un total de 10.285 llamadas (7.507 sms y 2.778 llamadas). Estas cifras no son precisamente positivas si se tienen en consideración las de 2022, cuando la primera semifinal consiguió 42.051 votos (16.854 llamadas y 25.197 sms) y la segunda, 17.533 votos (4.266 llamadas y 13.267 sms).
La gran final ascendió hasta una cifra tan destacable como 192.000 votos (53.623 llamadas y 138.383 sms). Cabe destacar que, en la rueda de prensa, Eizaguirre se mostró abierta a que, el año pasado, las votaciones puedan ser gratuitas, siguiendo el modelo de formatos de Mediaset como Pesadilla en el Paraíso.
Pese a los datos en audiencia social —y a la espera de conocer las cifras pertinentes a la final del concurso— las referentes a la televisión lineal presentan un descenso más que significativo respecto al año anterior.
¿Dónde está el problema?
Así pues, a la cadena pública le toca reflexionar sobre los aspectos que podría mejorar o cambiar. Atendiendo a las redes sociales, los componentes más criticados de las galas han sido los horarios, pues las semifinales comenzaron a las 22:50, consecuencia del afán de las cadenas por no enfrentar sus grandes apuestas a El Hormiguero.
También se podría destacar que se ha perdido el factor de la novedad o que el certamen apuesta por un panel de presentadores al que a veces le falta fluidez y naturalidad y que deja al margen a profesionales de la comunicación.
Aboga, en su lugar, por cantantes e influencers, como Mónica Naranjo, Inés Hernand o Miki Núñez. Esto, sumado a unos problemas de sonido que RTVE arrastra desde Operación Triunfo, hace que el resultado, en ciertos aspectos, parezca más low cost que una de las apuestas principales del año de la televisión pública.