Los grandes bancos españoles ya han presentado sus cuentas anuales de 2022. Las seis entidades principales han registrado beneficios históricos que suman 20.849 millones de euros, lo que supone un 27,8% más que en el año anterior, sin tener en cuenta los impactos extraordinarios de 2021. Algunos de los bancos han obtenido unas ganancias récord, pero todos coinciden en que no han sido resultados “extraordinarios”, sino que “una banca rentable es buena para la economía”.
Ante estos miles de millones, algunas voces del Gobierno se alzaron en contra de los bancos asegurando que los beneficios récord tienen que servir para hacer medidas en contra de los afectados por la subida del euríbor y algunos miembros aseguraron que las cifras justifican el impuesto. La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, puso un tuit en el que señaló que habría que congelar las hipotecas variables, que repitió de nuevo el viernes cuando ya habían presentado todos los grandes bancos. Si el hipotecado tiene que revisar su préstamo en enero, su cuota mensual habrá subido más de 150 euros. Además, alguna ministra del PSOE, como Reyes Maroto, defendió el impuesto al sector.
Pero hay que destacar que con estos resultados récord también ha ganado el Gobierno: el impuesto y los dividendos. Según los cálculos de las seis entidades financieras, el impuesto a la banca (llamado prestación patrimonial no tributaria) supondrá el pago de 1.200 millones de euros en 2023, con cargo al año anterior. Pero no sólo por impuestos se verá beneficiado el Estado. También recibirá 273 millones de euros por el dividendo anunciado por CaixaBank, ya que el FROB es uno de los accionistas de la entidad, tiene el 16,1%.
No obstante, el Ejecutivo no recibirá estos casi 1.500 millones de euros de manera inmediata. Por lo que respecta al dividendo por su participación en CaixaBank, el Gobierno recibirá los 0,23 euros por acción durante el segundo trimestre. En el caso del pago por impuesto, las entidades están obligadas a pagar el 50% desde este sábado y hasta el 20 de febrero y la otra mitad desde el 1 al 20 septiembre, tal y como ha publicado este viernes el Boletín Oficial del Estado.
Si se desgrana por entidades, CaixaBank es la que más va a aportar a las arcas del estado. El consejero delegado de la entidad, Gonzalo Gortázar, cifró en 400 millones de euros el impacto del impuesto en 2023 y apuntó, en la rueda de prensa de los resultados, que en 2024 el impacto sería mayor. Esta cantidad se verá reflejada en los resultados del primer trimestre y aún están estudiando si recurrir o no.
CaixaBank es la entidad que más tendrá que pagar en ese impuesto porque es la que tiene mayor negocio en España. Sus ingresos por márgenes de interés y por comisiones en el país, que es lo que se grava con el 4,8% con este impuesto, son más altos que sus competidores más grandes como BBVA y Banco Santander.
Además, el banco presidido por José Ignacio Goirigolzarri también “premiará” al Gobierno con los 273 millones de euros del impuesto. Este año CaixaBank distribuirá un total de 1.700 millones de euros, equivalente al 55% de los beneficios del ejercicio, de los que aproximadamente la mitad los percibirán la Fundación La Caixa y el Estado a través del FROB.
A pesar de que el Estado tendría que haber salido ya del accionariado de CaixaBank mucho antes de la fusión, todavía cuenta con un 16,1% de la entidad. En el último Consejo de Ministros del año se fijó en diciembre de 2025 la salida del Frob del accionariado. En todo este tiempo el Gobierno ha recuperado apenas 3.500 millones de los 20.000 millones de euros que utilizó para el rescate. Con este nuevo dividendo se acercaría a 4.000 millones, pero lejos de la cantidad depositada para rescatar.
De vuelta al impuesto, Banco Santander calcula que tendrá que pagar entre 220 y 230 millones de euros del impuesto este año y BBVA lo cifró en 225 millones de euros. Estas dos entidades han registrado unos beneficios históricos en 2022. Banco Santander ganó 9.605 millones de euros y BBVA, 6.230 millones de euros. Sin embargo, estos dos bancos tienen que pagar menos dinero del impuesto a la banca porque su negocio tiene un peso menos importante en España.
De hecho, muchas de las criticas que vinieron de miembros del Gobierno fueron a raiz de las cifras de estos dos bancos. Sin embargo, los presidentes de cada una defendieron sus números, asegurando que hay que poner en contexto unas cifras tan abultadas. Tanto Ana Botín, presidenta de Banco Santander, como Carlos Torres, su homólogo en BBVA, apuntaron en rueda de prensa que una banca rentable es bueno para la economía del país porque la impulsa.
Torres explicó que esa cifra se genera sobre todo por el crecimiento fuera de España. De hecho, el país solo representa el 23% del negocio de la entidad. El presidente de BBVA destacó que en el país “todavía no cubren el coste de capital” y recordó que operar con tipos negativos ha provocado un sector con número complicado “algunos con pérdidas”. Torres insistió en que “los miles de millones pueden confundir un poco”. Por su parte, Botín apuntó al Ejecutivo que «un sistema financiero sostenible es bueno para la economía». La presidenta destacó la importancia de que a los bancos les vaya bien.
Por otro lado, Banco Sabadell informó de que su previsión para este impuesto era una aportación de 170 millones de euros, mientras que Bankinter considera que su ‘factura’ con el Estado por este impuesto será de entre 80 y 100 millones de euros. Unicaja Banco, que no celebró rueda de prensa, no ha comunicado la cifra oficial, pero según sus cuentas el pago sería de unos 76 millones de euros.