Patricia Guasp (Palma de Mallorca, 1977) compagina el nuevo rol de portavoz política de Ciudadanos con la coordinación del partido en su Baleares natal, donde es diputada autonómica. Desde enero, tras la refundación de la marca liberal, las primarias nacionales y la sexta asamblea de la organización, que dividió la presidencia en una bicefalia, colidera el proyecto junto al eurodiputado Adrián Vázquez. Este ejerce como secretario general, centrado en las tareas orgánicas mientras Guasp da la cara pública. En esta nueva andadura, afirma que ambos se sienten «muy respaldados por la militancia». Todo pese a la descentralización de su mando por las funciones externas en las Islas y Bruselas. Y, especialmente, por conseguir el respaldo del 53,25% de las bases en unas primarias marcadas por la alta abstención: solo votó el 49,65%, lo que reduce ese apoyo a la actual dirección a cerca de tres de cada diez militantes.
Guasp atiende a El Independiente horas antes de volver a Palma de Mallorca, en una semana marcada por la tensión en el seno del Gobierno por el intento de reforma del ‘solo sí es sí’; e internamente por la oficialización de las candidaturas autonómicas de Ciudadanos. Lo hace en la quinta planta de la imponente sede nacional que los liberales tienen en la calle Alcalá de Madrid, en el despacho que ocuparon sus antecesores Albert Rivera e Inés Arrimadas.
Pregunta.- Este domingo se cumple un mes de su victoria en primarias. Es relativamente pronto, y se suele hablar de cien días de cortesía en política, aunque para los gobiernos. Pero, ¿qué diferencia al ‘nuevo’ Ciudadanos, a parte del cambio de color y de siglas, de la marca que ha liderado Arrimadas?
Respuesta.- Tenemos mucho respeto por el legado de libertad, igualdad y modernidad. Pero este nuevo Ciudadanos le habla de tú a tú a las personas. Habla de los problemas reales de los españoles: la dificultad para llegar a final de mes o de pagar la hipoteca por la subida del euríbor. Habla a los que pagan pero no reciben nada de un Estado que están sosteniendo. Me levanto por las mañanas con la intención de darle la vuelta al partido [de confrontación electoral] para aplicar políticas liberales y de progreso, porque ni el PSOE es progresista ni el PP es liberal. Ciudadanos es el único.
P.- Uno de los objetivos de la refundación es delimitar a Ciudadanos en un espacio diferenciador del bipartidismo centrándose en ámbitos muy concretos. Han enfatizado la faceta municipalista, abogan por reformar el sistema de pensiones para hacerlo sostenible y quieren reforzar la Sanidad. ¿Qué otras banderas explotarán este ciclo electoral?
R.- Hay que reformar el mercado laboral para hacerlo más moderno y flexible, que dé oportunidades y permita atajar la precariedad laboral. Tampoco podemos seguir con el modelo de educación y necesitamos solucionar ya el acceso a la vivienda que tanto afecta a los jóvenes y a las clases medias. Queremos dar futuro y pensamos que el Estado no puede asumir el peso del pago de los funcionarios, de la administración y de la Deuda. Por eso nos opusimos a la subida lineal del 8,5% de todas las pensiones. Además, no podemos seguir con el modelo sanitario de hace 40 años, que no está respondiendo a las necesidades y tiene una atención primaria desmantelada.
P.- La Ley del ELA también está siendo una bandera. ¿Qué sucede con ella en el Congreso de los Diputados? Porque se aprobó hace un año la toma en consideración de la proposición de ley y sigue en proceso de enmiendas.
R.- Lleva 33 prórrogas. Fuimos los impulsores de esta ley para dar protección a los enfermos de ELA y es uno de los objetivos en esta legislatura. Mi compañera Sara Giménez [portavoz de Derechos Sociales y Discapacidad en las Cortes] está peleando mucho para que se ponga en marcha. Esta semana ha estado en Bruselas pidiéndolo por los derechos que merecen los enfermos. No sabemos qué interés tiene el Gobierno [la mayoría de la Mesa del Congreso fomenta las prórrogas], que saca leyes muy ideológicas como la del bienestar animal o del ‘solo sí es sí’ antes de las elecciones generales, y no fomentan la tramitación de una norma esencial.
P.- ¿Dan por cerrada las diferencias con Edmundo Bal y la mayoría del grupo parlamentario?
R.- Sí, la relación es buena, con total naturalidad. Hemos visto generosidad por ambas partes para que funcione un grupo que es uno de los mejores del Congreso con nueve diputados que hacen un trabajo fantástico. Edmundo se comprometió a que no generaría ningún problema dentro del grupo. Yo creo en su palabra y así ha sido.
P.- Internamente, hay decisiones que no han sentado bien. Por ejemplo, que la dirección nacional «impusiera» [así lo indican fuentes del partido] el sentido del voto al último decreto económico, impidiendo el debate de los diputados. Por otro lado, entienden la designación de Guillermo Díaz como enlace con la Permanente como una maniobra para aislar a Bal. Porque está dando las ruedas de prensa cuando no está Arrimadas. ¿Qué opina?
R.- Edmundo va a seguir siendo portavoz adjunto y dando las ruedas de prensa cuando Inés no pueda hacerlo. Y luego cada diputado va a seguir llevando sus temas por área. La información que tengo es de total naturalidad. Y que Guillermo sea el coordinador es también natural por ejercer de viceportavoz nacional. Es lógico que sea el enlace, pero no para controlar, sino para coordinar y que haya feedback [entre Ventas y el Congreso].
P.- Bal apuntó horas antes del resultado de las primarias nacionales que independientemente del resultado [su candidatura quedó segunda], se presentaría a las primarias de otoño para decidir el candidato a las generales. Entre los motivos, le mueve la creencia de que Arrimadas dará el paso nuevamente. ¿Cree que ambos están en esa tesitura?
Decidiré si me presento a las primarias para ser candidata a las generales después de los comicios de mayo. Arrimadas, Bal o cualquier afiliado podrá optar al proceso
R.- Yo voy a hablar por mí. Mis compañeros ya decidirán, todos los afiliados que quieran podrán optar a esas primarias para ser candidato a presidir el Gobierno de España. No sé qué decisiones tomarán. Es verdad que han dado un paso al lado con mucha generosidad para que esta nueva etapa de Ciudadanos pueda comenzar.
P.- ¿Y usted optará a ese proceso? Es lo lógico por su condición de líder política.
R.- Esta decisión la tomaré después de las elecciones municipales y autonómicas, porque me parece lo más respetuoso hacia los compañeros que se la juegan el 28 de mayo. Hablar ahora de generales me parece poco oportuno.
P.- Las primarias territoriales para esa fecha se han cerrado antes de tiempo excepto en Barcelona, por dificultades de muchos de los aspirantes a llegar al umbral requerido. ¿Es Anna Grau la apuesta de partido para la ciudad condal?
R.- El partido no puede decantarse por los candidatos. Tenemos un máximo respeto por las primarias, siempre hemos defendido la regeneración y tenemos que aplicarlo en nuestra casa. Y que mejor que sean los afiliados quienes decidan. Como compañera sí puedo decir que Grau es una magnífica candidata, estoy muy contenta del paso que ha dado al frente para ser alcaldesa de Barcelona y creo que sería una magnífica alcaldesa.
P.- Generalmente, presentan perfiles novedosos, pero también abogan por cierta continuidad.
R.- Es lícito contar con la gente con la que hemos trabajado estos años. Pero también contar con nuevas caras. Tener nuevo talento es lo que enriquece, pero manteniendo el legado del partido.
P.- ¿Qué previsiones electorales tienen?
R.- Tenemos buenas perspectivas en Baleares y en otras comunidades, donde se ha hecho un buen trabajo. La gente busca consenso y no quiere caer en los extremos, y por eso sí es cierto que hay municipios y comunidades donde es más fácil que se asiente el centro liberal. Salimos a ganar. Ahora tenemos 2.500 cargos por toda España y el 95% van a repetir (…) con la intención de ser decisivos para formar gobiernos que apliquen las reformas que necesita nuestro país. Quizá con menos representación.
P.- En Aragón, en cambio no hay nadie postulado. Entiendo que acabará decidiendo el Comité Permanente [el máximo órgano de la dirección] como se ha hecho, por ejemplo con Begoña Villacís.
R.- Siempre puede decidir si no se aplica el régimen general de primarias, lo dicen los estatutos. En Aragón se ha convenido que no se dan las garantías ahora mismo para convocar unas primarias, de ahí la decisión. Aunque no era necesario hacerlas todas a la vez. No había esa premura en Aragón. No sabemos si vamos a convocarlas, pero desde la Permanente hemos decidido esperar. Cualquier decisión se hará escuchando al Comité Autonómico.
P.- El principal hecho que ha marcado las primarias es que Villacís, uno de los «activos» del partido, como aseguran, no haya alcanzado en Madrid el número de avales necesarios. ¿Lo achaca a una desmovilización de las bases o a su descrédito interno provocado por peticiones como «sacrificar las siglas» y ser una corriente interna del PP?
R.- No voy a entrar en este caso concreto, pero sí le diré que Begoña sería una gran alcaldesa para Madrid. No puedo pensar en un referente liberal en Madrid que no sea ella. Y por tanto estoy convencida que ella va a hacer una buena campaña, juntos vamos a hacerla. Para explicar todo lo que han hecho desde el gobierno municipal estos años y todo lo que queda por hacer. Tiene que ser la próxima alcaldesa de esta ciudad.
P.- Dirigentes como Francisco Igea, que apoyó la lista de Bal y ha cuestionado las tesis internas de Villacís, creen que no intentó realmente dar ese salto al PP. Entonces, ¿por qué tardó tanto en confirmarse? ¿Por nervios a no obtener representación?
R.- Creo que fue una concatenación de acontecimientos que no han sido tal. Ella lo ha explicado claramente y yo no tengo nada más que añadir a todas las explicaciones que ha dado. Es un referente del liberalismo y no he tenido ninguna duda de que iba a presentarse a estas elecciones con nosotros; con su partido y por el que tanto ha trabajado.
Es prácticamente imposible llegar a acuerdos con Sánchez. Pero no tenemos vetos, cada territorio es un mundo y habrá libertad de pactos
P.- ¿Se abrirían a un pacto a la izquierda en Madrid si fuesen determinantes a ambas bandas? ¿O el PSOE está vetado para ustedes?
R.- Nosotros no tenemos vetos. Si es cierto que a nivel nacional con el señor [Pedro] Sánchez es completamente o prácticamente imposible llegar a acuerdos en un momento en el que está denostando a las instituciones. Cada día está más preocupado por repetir en el poder que por los intereses reales de la gente. Pero cada territorio es un mundo y tenemos un PP y un PSOE muy diferentes. En Baleares, por ejemplo, tengo al peor PSOE, pero también al peor PP; y eso se repite en otras comunidades. Va a haber libertad de pactos, pero concurrimos defendiendo las siglas de Ciudadanos, porque no podemos seguir de la mano de los conservadores y de los socialistas. Después de las elecciones se harán esos pactos de gobierno pensando en el qué y para qué.
P.- En el nuevo discurso se defiende un distanciamiento de los populismos, si son determinantes en Madrid pero se requiere a Vox en la ecuación, ¿pactarán con Almeida y Ortega-Smith?
R.- He dejado muy claro que es muy difícil llegar a acuerdos en gobiernos donde estén los populistas y los extremistas, que nos abocan al pasado. Se decidirá en su debido momento y contando con el Comité Autonómico.
P.- La llegada de Feijóo al PP ha supuesto pasar de una OPA activa con Pablo Casado a una pasiva contra su formación. ¿Qué interés percibe en los populares: búsqueda de talento o de absorber sus votos?
R.- El PP no quiere los principios liberales y nuestros valores, lo único que les interesa son nuestros votos [repite el mantra esbozado por Arrimadas en su despedida]. Y si para ello hay que hacer una OPA a Ciudadanos y salirse del pacto antitransfugismo [firmado en 1998 en el Congreso y posteriormente renovado], se hace. Es una forma de corrupción política, de romper con la voluntad de las urnas. Me parece gravísimo y el PP está saltándose el pacto, gobernando con nuestros tránsfugas, afiliándolos y anunciándolo a bombo y platillo. Normalizarlo es muy mal para nuestra democracia y me parece una irresponsabilidad enorme que el PP haya caído en este juego terrible. Ojalá nos copiasen nuestras reformas. No lo va a hacer, pero tampoco el PSOE. Son los conservadores de todo lo que no funciona en nuestro país, por eso es necesario Ciudadanos.
P.- Para esa OPA, al servicio de Casado y Teodoro García Egea, tuvo mucho que ver el exsecretario de Organización de Ciudadanos Fran Hervías. Pronto sacará un libro sobre su etapa en el partido y en una entrevista de promoción para El Mundo afirma que están «completamente muertos». ¿Es una sensación extendida entre la militancia o la sociedad?
R.- A valoraciones de esta persona yo no voy a opinar nunca, no me merecen una opinión.
P.- Hervías considera que el punto de inflexión para la caída libre de Ciudadanos fue el acercamiento al PSOE y la valoración de investir a Sánchez a cambio de entrar en el Consejo de Ministros. ¿Usted habría pactado si hubiese sido la presidenta en lugar de Albert Rivera?
R.- Es verdad que a mí así me lo traslada mucha gente. Soy honesta y lo admito. A posteriori es muy fácil hacer valoraciones teniendo ese diagnóstico y todo lo que ha venido después. Creo que sería deshonesto decir «yo hubiera hecho o no hubiera hecho». En ese momento esa fue la decisión. Pero también se extendió un mantra que tampoco era cierto: que Sánchez quería pactar con Ciudadanos.
P.- Han reconocido que se equivocaron votando ‘sí’ a la ley del ‘solo sí es sí’. ¿Cómo valora el intento de rectificación del PSOE y las diferencias con Unidas Podemos?
R.- La situación es dramática, según los jueces se superan las 900 rebajas de penas. Ésta reforma que plantea el PSOE llega muy tarde y llevamos cuatro meses desde que se aprobó la ley pidiendo esa modificación en las penas en el Código Penal para subirlas. El daño está hecho y siempre se va a aplicar la norma más favorable al reo de manera retroactiva. Eso no se puede enmendar. A mí me gustaría que el Gobierno pidiera perdón, sobre todo a las víctimas, pero también a los jueces, por los descalificativos vertidos por las ministras de Podemos. Eso es completamente irresponsable. Montero tiene que dimitir, pero como no lo va a hacer, Sánchez tiene que cesarla. No habrá rectificación completa si no la cesa.
Moncloa tiene que pedir perdón por el ‘solo sí es sí’ y cesar a Montero. Esperamos que Bolaños nos llame, y siempre facilitaremos una reforma que proteja y aumente las penas
P.- La ministra de Justicia, Pilar Llop, hizo un amago hacia un aparente reconocimiento de las responsabilidades el miércoles en el Congreso.
R.- La ministra estuvo sola ante una tesitura que ha llevado a la alarma social. Sánchez ni estaba ni se le esperaba, y eso dice mucho de la persona que es el presidente del Gobierno. Tendría que estar dando la cara, porque [la ley] es una decisión colegiada por el Consejo de Ministros, no solo de Podemos.
P.- ¿Apoyarán la reforma?
R.- Cualquiera no. Estamos esperando a que [Félix] Bolaños nos llame, pero todavía no ha habido un acercamiento. Siempre hemos defendido que facilitaremos una reforma que proteja a las mujeres y aumente las penas en el Código Penal.
P.- La propuesta de moción de censura de Vox está copando parte de la actualidad, sobre todo por la posible candidatura del ex del PCE Ramón Tamames. ¿Es una moción partidista contra el PP?
R.- Considero que la moción de censura hoy por hoy ya no es útil para nada, y por eso no vamos a apoyarla. No creemos que ese sea el proyecto de futuro que necesitan los españoles en este momento. Vox ya ha exhibido tanto su currículum de la inutilidad que esto es una ocasión más. No presentan nunca enmiendas a los Presupuestos o a las leyes, ni si quiera a las de educación. Tienen la manera del espectáculo para hacer política y ni Ciudadanos ni yo me siento identificada. Queremos moderar las iniciativas del peor gobierno de la democracia. Y no solo me mantengo, como el PP y Vox, en la necesidad de derrocar a Sánchez. El objetivo tiene que ser lograr el mejor gobierno.