El presidente de Renfe, Isaías Táboas, y la secretaria de Estado de Transportes y expresidenta de Adif, Isabel Pardo de Vera, abandonan sus responsabilidades tras el fiasco de los trenes de ancho métrico destinados a Asturias y Cantabria.
El número uno de la empresa pública ha dimitido dos semanas después de conocerse el retraso acumulado de dos años en la fabricación de 31 trenes para vía estrecha por un problema con los gálibos. La número dos del Mitma también abandona su cargo, según han confirmado fuentes del mismo a El Independiente.
Se trata de dos dimisiones de mayor rango que los ceses efectuados hace dos semanas de cargos intermedios vinculados al proceso tanto en Renfe como en Adif. En estos momentos se está desarrollando una auditoría interna en ambas empresas para esclarecer las causas del retraso.
Este mismo lunes, la ministra Raquel Sánchez tiene previsto reunirse con el presidente de Cantabria, Adrián Barbón, y con el de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. Horas antes de ese encuentro, se han producido las dos dimisiones adelantadas por la Ser.
Los trenes no saldrán de la fábrica de CAF hasta, como mínimo, el año 2026. El Mitma ha publicado este sábado una orden ministerial que da cobertura legal al uso del denominado «método comparativo» para el diseño de los nuevos convoyes. Aunque es una técnica recogida por la normativa europea, no estaba desarrollada en España.
Ante la falta de respaldo normativo, las conversaciones entre las partes implicadas (Renfe, Adif, CAF y la Agencia Estatal de Seguridad Ferroviaria) pasaron meses estancadas hasta que en enero se acordó usar la citada técnica, que consiste en emplear un tren de los que circula actualmente como base del diseño de los nuevos.
El problema con las medidas que incluía el pliego fue detectado a comienzos de 2021, poco después de que Táboas y el presidente de CAF rubricaran el contrato en diciembre de 2020 por cerca de 200 millones de euros. La ministra que sustituyó a José Luis Ábalos en el cargo aseguró desconocer el problema hasta que alcanzó dimensión nacional.
El problema, es que en los pliegos de Renfe -cuyo contenido es confidencial- solo se hacía referencia a una Instrucción Técnica de Gálibos del año 2015, que no contiene las medidas de los túneles de la red de vía estrecha.
Meses después de que Renfe hiciese público el concurso, Adif recibió el resultado de un trabajo encargado a una ingeniería privada para medir precisamente el gálibo de toda la red de ancho métrico que discurre por la cornisa cantábrica, desde Galicia hasta el País Vasco, pasando por Cantabria, Asturias y León.