705 metros de altitud media sobre el nivel del mar, un clima continental y seco, 80% de los días despejados, más de 2.500 horas de sol, una temperatura media anual de 16ºC y precipitaciones anuales de entre 200 y 400 litros son necesarios para dar vida a la uva de la DO (Denominación de Origen) del vino de Valdepeñas. Un negocio que vende más de 40 millones de litros de vino al año y por el que los dos gigantes de la comarca, Félix Solís y J. García Carrión, dos de las bodegas españolas que más exportan fuera de Europa e imagen de Castilla-La Mancha de cara al comercio internacional, pugnan en una guerra que va camino de cumplir dos décadas.
J. García Carrión llegó a Valdepeñas en 2007 con la intención de conseguir su «consolidación como líder del mercado del vino en España». En aquella tierra nació en 1975 el legado empresarial de Félix Solís, compañía que creció y se enriqueció hasta situar a sus dos ‘hijos’ preferidos, Viña Albali y Los Molinos, como líderes de ventas. La lucha por el control del vino de Valdepeñas, donde miles de familias dependen exclusivamente de la fabricación del vino, tardó casi 10 años en pisar el terreno judicial, hasta que en 2016 pisó por primera vez ese terreno, cuando García Carrión pasó al ataque.
García Carrión chocó en suelo judicial con Félix Solís cuando, en 2016, presentó una demanda frente a la Asociación de Verificación Agroalimentaria Interprofesional de la Denominación de Origen de Valdepeñas en la que solicitó una medida cautelar para que el vino sin crianza señalase de qué año es la uva y que no se permitiesen etiquetas genéricas de Tinto sin año. Esta solicitud fue impugnada en la Junta Directiva de la Denominación de Origen por Félix Solís, Bodegas Navarro López y Bodegas Fernando Castro; sin embargo, cinco años más tarde -en diciembre de 2021-, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Valdepeñas dictó un auto que dio la razón a García Carrión.
Los vencedores de la causa destacaron entonces que en la DO había surgido «un grave problema en relación con la diferencia entre el volumen de vino que se declara oficialmente y el que se comercializa» ya que se comercializaban como reservas y crianzas vinos del año sin crianza. Aunque García Carrión salió victorioso de aquel litigio, el duelo de titanes que hizo estallar el “fraude” del vino en Valdepeñas.
El juez de la Audiencia Nacional, José Luis Calama, admitió a trámite una denuncia de la Fiscalía para investigar si las bodegas de la Denominación de Origen Protegida (DOP) de Valdepeñas Félix Solís, García Carrión, Bodegas Navarro López y Bodegas Fernando Castro, así como sus administradores, han comercializado como crianza, reserva y gran reserva vinos que no cumplían los requisitos de elaboración, ni en periodo de envejecimiento ni en la permanencia en barrica de roble ni en botella. Casi dos años después de la intervención de la Audiencia Nacional, el caso se mantiene sin novedades, mientras, la guerra entre García Carrión y Félix Solís ha llegado a otros escenarios.
Ataques en la publicidad
Los enfrentamientos continuos y la imposibilidad de llegar a acuerdos dentro de la Interprofesional DO Valdepeñas provocaron la liquidación de la asociación a finales de 2021. A efectos prácticos la DO Valdepeñas mantiene su actividad habitual, pero la ausencia de esta entidad ha reducido las actuaciones de la marca. Esteban Saavedra, representante de UPA (Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos) en la DO Valdepeñas, explica en conversación con El Independiente que la guerra García Carrión-Félix Solís ha pasado a un plano «más personal más que empresarial» y que los pequeños productores son los que sufren los daños colaterales. «Los grandes operadores trabajan en mercados importantes, pero las bodegas más inferiores se han quedado con la zona y poco más».
Los lobos se aúllan pero nunca se muerden. Es una lucha de egos
Los dardos de García Carrión apuntaron directamente a su archienemigo en una importante campaña publicitaria donde se comparaba el precio de su Pata Negra con el Viña Albali de Félix Solís. La acción tuvo gran repercusión porque, aunque no incurría en ningún delito ya que se limitaba a mostrar un producto de manera objetiva, no es un tipo de promoción habitual en España. «Todo el mundo ha recogido velas. García Carrión retiró el anuncio y ya está haciendo una publicidad más sensata, ofertando su vino y ya está. Sin comparaciones», apunta Saavedra, que condena el hecho: «No aporta nada. Solo sirve para devaluar la DO Valdepeñas».
Una de las consecuencias más temidas por los productores de Valdepeñas es que la contienda erosione su DO y que, por ejemplo, La Mancha, otra DO de la región, les gane terreno y su exquisita uva huya a otras etiquetas. «Si España va hacer inversiones para el vino de Castilla-La Mancha y una zona, Valdepeñas, está en está pelea eterna, la Administración se lleva el dinero a otro sitio», lamenta Saavedra.
El representante de UPA y agricultor del vino en Valdepeñas señala que «el anuncio ha sido un antes y después. Lo que está claro es que la marca Pata Negra, que es de la DO Valdepeñas, ha salido en todos lados. Es decir, a nivel promocional García Carrión ha cumplido su función porque lo ha visto mucha gente; sin embargo, ha habido denuncia social por parte de gente de la comarca de Valdepeñas y eso es lo que les ha hecho daño de verdad. En García Carrión no esperaban que los representantes de la DO de Valdepeñas les tirasen de las orejas», indica.
«Los lobos se aúllan pero nunca se muerden. Es una lucha de egos, pero cuando llegan a un punto que ven que no les conviene, frenan», concluye Saavedra.