El Gobierno y los sindicatos UGT y CCOO han llegado a un acuerdo sobre la última parte de la reforma de las pensiones, que debía haberse aprobado antes de que terminase 2022 según el plazo comprometido con la Comisión Europea. Las organizaciones sindicales han dado este lunes su visto bueno a la propuesta del ministro José Luis Escrivá, al contar -según el Gobierno- con el visto bueno de Bruselas y de los grupos parlamentarios necesarios para que salga adelante en el Congreso de los Diputados, tal y como habían exigido UGT y CCOO, pero también porque no reduce las pensiones de parte de la población, como sí sucedía con la anterior propuesta.
La renuncia por parte de Seguridad Social a ampliar el periodo de cómputo de la pensión de forma obligatoria -en un principio se planteaba hasta los 30 años desde los 25 actuales y permitiendo eliminar los dos peores ejercicios-, llevó la semana pasada a Podemos a dar su aprobación a una reforma que llevaba meses atascada. «Lo que siempre ha dicho Podemos es posible. Ampliamos derechos a los y las pensionistas garantizando la sostenibilidad del sistema gracias al aumento de ingresos», celebró el viernes la secretaria general del partido y ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra.
Finalmente, el Gobierno propuso el viernes a los agentes sociales una última parte de la reforma de pensiones basada en el aumento de los ingresos vía cotizaciones. Esos mayores ingresos son necesarios para sostener el incremento del gasto que supone tanto la revalorización de estas prestaciones con el IPC, que ya es ley, como la pronta jubilación del baby boom, la generación más numerosa de la historia de España.
La reforma contempla aumentar las cotizaciones sociales a todos los trabajadores en 0,6 puntos de forma progresiva, ampliar el límite que ahora existe para las cuotas a la Seguridad Social que abonan los sueldos más altos y la creación de una «cuota de solidaridad» para los salarios superiores a los 54.000 euros anuales. Según el Ejecutivo, con estas tres iniciativas más las que ya aprobó en el verano de 2021 -que incluían mayores «castigos» a la jubilación anticipada e incentivos a demorar la retirada del mercado laboral, entre otros-, el sistema se compensa el aumento del gasto que supondrá la jubilación del baby boom.
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