Todo arranc en la dcada de los 80 del pasado siglo, cuando se empezaron a aadir aditivos a las comidas y a proliferar los ‘fast food’, una cultura que explosion en Estados Unidos y cuya onda expansiva alcanz al planeta entero.
Un 20% de la poblacin mundial es obesa, una patologa que se cobra la vida de 1,2 millones de europeos cada ao, tal y como revel el ‘Informe Regional sobre Obesidad’, presentado en 2022 por Organizacin Mundial de la Salud.
En dicho estudio se apuntaba tambin que uno de cada tres nios en edad escolar, uno de cada cuatro adolescentes y casi el 60% de la poblacin adulta en Europa padece sobrepeso u obesidad.
Para hallar el origen de esta pandemia no hace falta mirar muy atrs, tal y como me cont en una entrevista Manel Puig Domingo, profesor y jefe del Servicio de Endocrinologa y Nutricin del Hospital Germans Trias i Pujol and Research Institute (IGTP) de Barcelona. “Arranca en los 80, cuando se empiezan a aadir aditivos a las comidas y a proliferar los ‘fast food’, una cultura que explosion en Estados Unidos. Si vamos a un sitio en el que, por 10 dlares, ofrecen un ‘all you can eat’ (todo lo que puedas comer), la cosa no va bien. Y si, encima, las comidas tienen un alto contenido graso y van a acompaadas con bebidas edulcoradas, el tema se complica ms todava”.
Y el problema de todo esto es que, ahora, dar marcha atrs resulta cada vez ms complicado, segn me explic tambin Puig Domingo. “Adems de todo el poder de la industria alimentaria y el dinero que arrastra, hay un fenmeno indiscutible: los alimentos muy grasos provocan una tormenta hormonal tan placentera en nuestros sentidos que hace no podamos parar de comerlos. Se produce un fenmeno de repeticin de la ingesta, algo que, por ejemplo, no nos pasa al tomarnos una manzana”.
Y lo ms descorazonador de todo es cmo esta epidemia global se est cebando en los ms pequeos: “Se ha pasado de menos del 3% de nios obesos en la dcada de los 90 del pasado siglo hasta ms del 10% en la actualidad. Lo cual resulta tremendamente preocupante si se tiene en cuenta que un nio obeso ser un adulto enfermo“, asevera el doctor Puig Domingo.
“Conseguir que la infancia y la adolescencia crezcan de forma sana supone facilitar que estos entornos promuevan estilos de vida saludable: una vida activa, una alimentacin sana, bienestar emocional y buenos hbitos de descanso. Para asegurar que esto ocurre, es necesario reforzar los servicios pblicos, proteger su salud y fomentar un cambio cultural para convertir estos estilos de vida en deseables y disfrutables. En esta misin, todos debemos trabajar conjuntamente: familias, profesorado, sanitarios, empresas, medios de comunicacin, entidades del tercer sector, administraciones pblicas de todos los niveles y, por supuesto, los propios nios, nias y adolescentes”, proclama el ‘Plan Estratgico Nacional para la Reduccin de la Obesidad Infantil’ (2022 – 2030), coordinado por el Alto Comisionado contra la Pobreza Infantil con la Gasol Foundation como aliado clave.
A esa misin, que ahora mismo se antoja casi imposible, nos deberamos de entregar cada uno en la medida de nuestras posibilidades y con nuestra ‘humilde’ capacidad de llegada. Porque esto no es un tema de fobias, sino de salud pblica.
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