Mientras los tribunales estadounidenses deciden si mantienen o tumban la disposicin de Trump, los pasos limtrofes del norte de Mxico se saturan
Mientras que los tribunales de EEUU deciden si mantienen o tumban el polmico ‘Ttulo 42’, la norma sanitaria que autoriza la expulsin inmediata de migrantes, al sur del ro Bravo, el calvario contina para cerca de 40.000 personas que, tras haber recorrido miles de kilmetros huyendo de la pobreza y la violencia en sus pases de origen, ahora dudan si esperar en la frontera, arriesgarse a un cruce ilegal o entregarse a la Guardia Nacional. La decisin del Supremo de EEUU de paralizar a ltima hora la retirada del Ttulo 42 vuelve a dejar en el limbo a una poblacin empobrecida, altamente vulnerable y condenada a la clandestinidad o al abandono en las peligrosas y saturadas ciudades fronterizas del norte de Mxico.
A lo largo de los 2.000 kilmetros de frontera compartida, estos das se viven escenarios y conflictos comunes: del lado norte, los uniformados, los operativos y las barreras defensivas se multiplican mientras que, del lado sur, los migrantes saturan los albergues, deambulan y mendigan por las calles y buscan debilidades en la frontera para arriesgarse a un cruce clandestino. En Matamoros, frente al estado de Texas, ms de un millar de migrantes, en su mayora procedentes de Venezuela y Hait, han levantado un gran campamento de lonas y tiendas de campaa en espera de que el Supremo de EEUU levante la restriccin sanitaria.
La mayora de ellos llevan varias semanas malviviendo en la ciudad fronteriza y, segn denunci a la prensa local Glady Caas, directora de la ONG Ayudndoles a triunfar, “estn desesperados”. Unos 90 kilmetros al oeste, en la ciudad de Reynosa, las autoridades locales aseguran que actualmente hay cerca de 11.000 migrantes varados en dos albergues y varios campamentos improvisados. La presin es tan fuerte que, en los ltimos das, la Guardia Nacional estadounidense ha bloqueado en varios momentos el puente fronterizo para realizar simulacros en caso de un asalto masivo de migrantes, como los que se registraron en el 2019.
Solo en el extremo noreste de la frontera mexicana, entre Nuevo Laredo y Matamoros, las autoridades estiman que hay 17.000 migrantes, en su mayora centroamericanos, aunque tambin hay presencia de haitianos, venezolanos, ecuatorianos, cubanos y varios pases africanos. En la vecina Ciudad Jurez, la situacin es similar. Segn denuncia Santiago Gonzlez, director de la oficina de Derechos Humanos del municipio, “tenemos 6.000 extranjeros distribuidos en la urbe con el objetivo de cruzar a territorio estadounidense”.
En el extremo ms occidental, en Tijuana, destino final de la ruta ms corta y habitual para los centroamericanos, los 32 albergues de la ciudad se han quedado pequeos para la enorme afluencia de migrantes que han llegado en los ltimos das. Segn ha informado el director de Atencin al Migrante de Baja California, Enrique Lucero, “son aproximadamente 9.000 migrantes”. El Departamento de Seguridad Nacional de EEUU proyectaba que, cuando finalizase el Ttulo 42, se registrara una media de cruces diarios en la frontera de entre 9.000 y 14.000 migrantes, ms del doble del ritmo actual.
Despus de un pandemia que ha agravado an ms las condiciones de vida en el Tringulo Norte de Centroamrica y que ha servido de pretexto a los gobiernos para frenar el paso de los migrantes, la cancelacin del Ttulo 42 prevista para este martes haba supuesto la mejor noticia en varios aos para las miles de personas que huyen del Tringulo Norte de Centroamrica. Ahora su continuidad vuelve a poner a prueba la capacidad de resistencia de los migrantes, atrapados en un laberinto burocrtico en el que Mxico ha vuelto a confirmar su condicin de ‘guardin’ de la frontera sur de EEUU.
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