En la que ya es considerada una de las mayores tragedias en un estadio de fútbol, al menos 174 personas -entre ellas 17 niños- han muerto este domingo en Indonesia como consecuencia de los disturbios registrados en el estadio de Kanjuruhan tras un partido de fútbol entre Arema FC y Persebaya Surabaya, donde las fuerzas de seguridad respondieron con el uso de gases lacrimógenos.
El inspector general jefe de la Policía de Java Oriental, Nico Afinta, ha explicado que las protestas se generaron tras la derrota del Arema FC contra el adversario, según recoge al medio local Suryamalang. Los aficionados del equipo perdedor saltaron al campo de juego con la intención de demandar explicaciones por el resultado, informa Europa Press.
Anfinta ha afirmado que los guardias de seguridad tomaron medidas preventivas y de distracción para que «el caos no escalara» lo que ha incluido el uso de gases lacrimógenos.
Falta de oxígeno
La mayoría de ellos lo hicieron por falta de oxígeno durante la estampida, según ha informado la agencia DPA.
Además, Anfita ha trasladado que decenas de personas se encontraban a la espera de ser atendidas en los hospitales cercanos al campo de fútbol.
Por su parte, la federación de fútbol indonesa PSSI ha manifestado que «lamenta las acciones de los fanáticos» y ha informado de que ha formado un equipo de investigación que se ha trasladado hasta la ciudad de Malang donde se sitúa el estadio.
Además, PSSI ha señalado que apoya a la Policía en la investigación del caso y ha asegurado que este incidente «está manchando la cara del fútbol indonesio».
«Por el momento, detendremos la competición de la Liga 1 2022/2023 durante una semana. Además, el equipo Arema FC tiene prohibido ser anfitrión por el resto de la competición esta temporada», ha señalado la federación en una nota de prensa.