El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha suspendido su agenda oficial de este miércoles. También lo ha hecho el vicepresidente y líder de Junts en el Govern, Jordi Puigneró. El objetivo: tratar de reconducir la relación con Junts, después de que sus socios de gobierno le reclamaran ayer que se someta a una moción de confianza.
Desde el equipo de Aragonès no quieren ir más allá, a la espera de ver cómo se desarrollan esos encuentros, previsiblemente con la dirección de Junts y miembros del Govern. Pero apuntan que plantear una cuestión de confianza supone, de hecho, retirar la confianza al Govern y al presidente.
Fue durante el debate de política general, en el que Aragonès anunció que propondrá al Gobierno un «pacto de claridad» para pactar las condiciones de un futuro referéndum de independencia.
Suspensión de agendas
Tras la bronca de sus socios, la oficina de comunicación del president ha anunciado esta mañana que Aragonès «suspende su agenda para hoy en la Cataluña central, con vistas a Gurb y Berga». También lo ha hecho Puigneró, enlace natural entre el Govern y la dirección de Junts.
Fuentes de presidencia añaden que Aragonès se encuentra en el Palau de la Generalitat, donde esta mañana mantendrá «diversas reuniones» que de momento no se han concretado.
La nueva crisis llega después de que el portavoz de Junts, Albert Batet, reclamara a Aragonès una respuesta clara a las tres peticiones planteadas por su partido bajo la amenaza de exigir que se someta a una moción de confianza «como hizo el president Puigdemont hace seis años». Y como el propio Aragonès se comprometió a hacer en el ecuador de la legislatura en el pacto de investidura con la CUP.
Moción descartada
El propio Aragonès descartó esta opción anoche ante el Pleno del Parlament. «Yo como president no entraré en ningún juego que suponga crear inestabilidad en la institución. He sido claro en voluntad de seguir trabajo compartido, son otros los que tiene que tomar las decisiones y hace semanas que deberían haberlas tomado» ha añadido en referencia a Junts y el debate interno sobre la posibilidad de salir del Govern.
«Estamos a tiempo de corregir, pero queremos garantías y concreción» le había advertido previamente Batet, que ha recordado las tres condiciones planteadas por su partido hace un mes: definir la dirección estratégica, centrar la mesa de diálogo en la autodeterminación y coordinación de los grupos independentistas en el Congreso.
«Si no hay garantías y concreción» sobre el cumplimiento de los tres puntos reclamados por Junts «le pediremos que se someta a una cuestión de confianza, como hizo Puigdemont hace 6 años». El portavoz de JxCat en el Parlament, Albert Batet, pronunció finalmente la amenaza tras un largo debate de política general que el presidente catalán prolongó para responder a sus socios a las 22.30 de la noche.