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“Aún tengo esperanzas de trabajar en España, no he recibido ninguna oportunidad”

En pocos años ha pasado de ser la actriz de la serie española «El internado» a estrella global y a ponerse en la piel del icono más rutilante de la historia de Hollywood, Marilyn Monroe, pero nada de eso estaba planeado, ha dicho la hispanocubana Ana de Armas este sábado en San Sebastián. «No lo había ni pensado, aún tengo esperanzas de trabajar en España, pero no he recibido ninguna oportunidad, si no ha pasado no es porque no haya querido, no he querido vengarme de nadie, al contrario, me encantaría», ha dicho en rueda de prensa en la jornada de clausura del 70 Festival de Cine de San Sebastián.

Acompañada por el director australiano Andrew Dominik, De Armas ha presentado «Blonde», el retrato de Marilyn Monroe basado en la novela de Joyce Carol Oates que ha puesto la guinda a esta edición como «película sorpresa», desvelada hace solo unos días, tras su presentación mundial en el Festival de Venecia.

La actriz ha restado importancia a los comentarios que señalan que en sus comienzos no fue tomada suficientemente en serio. «Creo que fue mas un efecto de estar en una serie de televisión donde empecé tan joven y con uniforme de colegio, es el personaje en el que te ven y es difícil salir de ahí». Justamente esa dualidad entre persona y personaje está en el corazón de «Blonde», un filme que trata de adivinar quién era Norma Jean, la mujer detrás de Marilyn, que fue «prácticamente invisible» durante su vida.

«Descubrir» a Marilyn

De Armas no sabía demasiado de ella más allá de sus películas. «Conocer más de su historia personal fue un descubrimiento para mi, alguien con tanto glamour, éxito, dinero, que estaba con hombres deseados y de gran estatus, ella representaba el sueño, la imagen perfecta, ¿qué podía ir mal?», ha reseñado.

También ha reconocido que era imposible que esa dualidad no le hiciera reflexionar sobre su propia situación como actriz. «El nivel de exposición de los actores no ha cambiado mucho, quizá ha ido a peor, era imposible no pensar en mi propia vida y en la forma de gestionar cuánto compartir y cuánto no, todos tenemos una parte privada y una pública y es difícil encontrar un balance».

La película, producida por Netflix y que llegará a la plataforma el 28 de septiembre, se basa en un libro que no es una biografía documentada clásica sino que inventaba una voz interior de Marilyn a partir de los sucesos más destacados y traumáticos de su vida. La trama del filme arranca en su infancia, con un padre desaparecido y agrandado a la categoría de mito en la mente de la actriz y una madre con graves problemas de salud mental que dejaron profundas heridas en ella.

«La gran idea visual de la película es que no vemos el mundo sino el drama que proyectamos al mundo», ha señalado Dominik. «La ventaja de hacer eso con una figura tan fotografiada como Marilyn es que hay un recuerdo visual, imágenes que nos resultan familiares, que ya tienen un significado para nosotros; lo que hacemos es distorsionar ese significado y darle uno nuevo acorde a ese drama».

Trabajo «inmersivo»

En este sentido Ana de Armas ha asegurado que la película ofrece «el contraplano» de lo que siempre ha visto el espectador, el punto de vista de Marilyn/Norma Jean. La canción «Bye, bye baby» se lee de otro modo cuando se pone en paralelo a los abortos que sufrió, o su mirada en una foto en una ventana cuando se sabe que acababa de enterarse de que Jane Russell cobraría 20 veces más que ella en «Los caballeros las prefieren rubias».

Otras recreaciones, como la del rodaje de la famosa escena del vestido blanco y la rejilla del metro en «La tentación vive arriba» (1955), fueron muy complejas a nivel de producción, según De Armas, pero también hubo «momentos muy especiales», como descubrir que el chico que manejaba los efectos de viento era el nieto del que hizo volar el vestido original de Marilyn.

«Fue un trabajo muy inmersivo, con mucho tiempo de investigación y observación y muchas conversaciones con Andrew», ha reiterado la estrella hispana.

Dominik, director de «Mátalos suavemente» (2012) o «Chopper» (2000), ha hecho hincapié en que no hay una visión lujuriosa de Marilyn en el filme, sino que se trata de un película «asexual». «El desnudo se usa para expresar vulnerabilidad o rabia, no siento que la película induzca a un deseo hacia ella, creo que es lo contrario, si alguien lo ve así es su problema», ha rematado. 

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