Madrid ya no huele como en los 60, al cuerpo aldeano e incorrupto de San Isidro, que decía Umbral, sino a la flor de la canela de Ayuso, vestida de rosa para rematar la cosa jubilar del santo patatero. Yo creo que todos los políticos de campaña o de paseíllo por Madrid se van a la pradera no para hacerle la romería al santo, sino para hacerle la romería a Ayuso, la más chula del Portillo a la Arganzuela, que se va a provocar a los santos y a la oposición vestida de vigilanta de Madrid como una vigilanta de la playa, y termina en un póster contra las proas de las iglesias y de la ciudad como si fueran proas de velero. Lo de Ayuso no lo entiende la izquierda, con su ejército de mujeres desfilantes a las órdenes todavía de barbudos antiguos o actuales; ni lo entiende el PP, acostumbrado a empollones de económicas y sosos de notaría o de coro parroquial (no siempre en el mejor sitio); ni lo entiende la propia Ayuso, me parece. Yo creo que Madrid tiene una presidenta / patrona chulapa como una vez tuvo un santo haragán, que parece cosa de los ángeles o del Demonio, o sólo de la gente que elige sus santos y sus toreros.
Notas relacionadas
Cargando....