Logra alcanzar un acuerdo tras 20 horas de negociacin con la patronal y sindicatos
Los trenes en Estados Unidos son muy diferentes de Europa. Las redes son totalmente privadas, lo mismo que los operadores, y la integracin vertical (es decir, que tanto la las vas como los trenes sean del mismo dueo) es legal. La nica excepcin es Amtrak, una empresa que en la prctica es pblica, porque se ocupa del transporte de pasajeros, que es una ruina. EEUU tiene una red ferroviaria de 225.000 kilmetros, unas 15 veces la de Espaa (aunque el pas es 19 veces mayor), de los que el 85% son para mercancas.
Eso se debe a que el transporte de cargas por tren es tremendamente rentable. Nada menos que un tercio de todas las exportaciones de Estados Unidos se mueven a travs del ferrocarril. Es una red invisible a la que nadie le presta atencin salvo cuando se produce alguna gran operacin empresarial, como fue el caso de la compra de la empresa de ferrocarriles Burlington Santa Fe (BNSF) por 34.000 millones de euros, hace trece aos, o la adquisicin, prohibida hace un ao y medio por las autoridades de competencia, de Kansas City Southern por National por 33.000 millones. Y esa red ha estado a punto de paralizarse por algo extremadamente inusual en EEUU: una huelga.
Los trabajadores pedan cosas que en Europa se tienen como derechos bsicos, como cobrar los das que no trabajan para ir al mdico, tener derecho a cobrar las horas extras realizadas, bajas por enfermedad, o no tener que tener una disponibilidad para trabajar que es, literalmente, de 24 horas al da, 7 das a la semana, 12 meses al ao, con la excepcin de dos o tres semanas de vacaciones.
El inicio del paro estaba convocado para maana, viernes. Y amenazaba con paralizar la economa nacional. En un momento en el que Estados Unidos est sufriendo la inflacin ms alta en cuatro dcadas, paralizar el transporte ferroviario podra desencadenar una catstrofe. Sectores como el de la alimentacin, por ejemplo, en los que los precios no dan seal de moderacin, podran ser durisimamente golpeados.
La huelga, finalmente, parece que no va a tener lugar. Es un xito de Joe Biden, el presidente ms cercano a los sindicatos estadounidenses en ms de medio siglo, y de su secretario de Transporte, Pete Buttigieg, un firme candidato a la presidencia en 2028. Tras nada menos que 20 horas de negociacin auspiciada por la Casa Blanca entre empresas y sindicatos, ambos alcanzaron un principio de acuerdo en la madrugada de hoy, jueves, que permite despejar, al menos por el momento, el peligro de huelga. En una accin an ms inusual, Biden recibi hoy en el Despacho Oval a los representantes de las empresas y de las centrales. El presidente sabe que los sindicatos le dieron la victoria a l en 2020, igual que a Trump en 2016, y quiere tener de su lado a esos agentes sociales. En un momento en el que Estados Unidos vive una conflictividad laboral como no se ha visto en dcadas, el acuerdo para evitar la huelga de trenes no solo es una buena noticia econmica, sino que, tambin, refuerza el poder poltico de los sindicatos en ese pas.
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