En su segundo mensaje a los brasileños después de su derrota electoral, que no ha reconocido de forma explícita, el presidente saliente, Jair Mesías Bolsonaro, ha dicho que las manifestaciones espontáneas de los ciudadanos que expresan su decepción por el resultado forman parte del «juego democrático». Ha eludido mencionar que estas protestas, en muchas de ellas, convocadas cerca de dependencias militares, se está reclamando a los militares que intervengan para impedir que Lula asuma el poder.
«Brasileños, que estáis protestando por todo Brasil, sé que estáis decepcionados y tristes, esperaban otra cosa, yo también, pero tengamos la cabeza en su sitio. Estas manifestaciones son bienvenidas y forman parte del juego democrático. Durante años se han celebrado en todo Brasil, la explanada, en Copacabana, Paulista, y en tantos lugares. Y lo dejo claro, son espontáneas», ha dicho Bolsonaro en un mensaje grabado en video.
Quiero hacer un llamamiento: despejen las carreteras. En mi opinión, esto no forma parte de estas manifestaciones legítimas»
jair bolsonaro, presidente saliente
Sin embargo, ha recordado que el bloqueo de carreteras está en contra de la Constitución y perjudica la economía. «Quiero hacer un llamamiento: despejen las carreteras. En mi opinión, esto no forma parte de estas manifestaciones legítimas. Aquí no vamos a perder esta legitimidad… Despejen las carreteras, protesten de otras maneras y en otros lugares, que esto es muy bienvenido y forma parte de nuestra democracia. Por favor, no pienses mal de mí. Quiero el bien de ustedes». Y añade que siempre ha colaborado para restaurar «el sentimiento patriótico, el amor a la patria, la defensa de la familia y de la libertad, y seguiremos así. Haremos lo que hay que hacer, pero liberemos las carreteras».
Miles de personas se han concentrado en Río de Janeiro para reclamar que actúen las Fuerzas armadas. «Intervención federal», decían las pancartas en la concentración. Invocan el artículo 142 de la Constitución, que en ningún momento autoriza la intervención de las Fuerzas Armadas para dar un golpe, pero es la interpretación que muchas veces ha alentado Bolsonaro. También reclamaban que se «libere a Brasil del comunismo». En las redes corrían mensajes virales acusando al Ejército de ser blando y ceder al «comunismo».
Los bloqueos de cientos de carreteras en más de 15 estados han provocado serios daños económicos, retrasos en los aeropuertos y conatos de violencia, según el portal de noticias R7. Las policías estatales han intervenido para liberar los accesos. Los gobernadores de los estados afectados, como Sao Paulo, por ejemplo están colaborando para que se restaure el orden.
Este segundo mensaje de Bolsonaro está en sintonía con las declaraciones de quien ha sido su vicepresidente, el general Hamilton Mourao, quien apunta que el problema proviene de haber aceptado «pasivamente la escandalosa maniobra jurídica que, bajo un argumento poco convincente y después de cinco años, anuló los procesos y las consecuentes condenas de Lula».
El general, que acaba de ser elegido senador por Río Grande del Sur, se refiere a la decisión del Tribunal Supremo Federal sobre los procesos del líder del PT, ganador de las presidenciales. Lula da Silva ganó por 2,1 millones de votos al actual presidente, Jair Bolsonaro, en la segunda vuelta, celebrada el 30 de octubre. Es el menor margen registrado en unas elecciones después de la restauración democrática, pero también es la primera vez que un presidente pierde la reelección.
El recién elegido senador señala que «ahora quieren que las Fuerzas Armadas den un golpe y pongan al país en una situación difícil ante la comunidad internacional… Es el momento de lanzar un manifiesto explicando esto y diciendo que tenemos la fuerza para bloquear las agendas puramente izquierdistas, además de tener toda la capacidad para volver mucho más fuertes en 2026».
Dos meses para el traspaso del poder
Bolsonaro tardó más de 44 horas en hacer declaraciones públicas tras su derrota en las urnas. En un mensaje brevísimo, de apenas dos minutos, no reconoció haber perdido las elecciones ni tampoco felicitó al ganador, pero lo dio por hecho. Aseguró que «como ciudadano y como presidente, siempre he respetado la Constitución». Fue su ministro de la Casa Civil, Ciro Nogueira, quien habló en nombre del presidente para decir que tenía el encargo de empezar el proceso de transición.
Lula no asume el poder hasta el 1 de enero de 2023 y en estos dos meses ha de negociarse el traspaso. Una vez formados los equipos empiezan este jueves a negociar. Por parte del presidente entrante, estará a cargo de las conversaciones el vicepresidente entrante, Geraldo Alckmin.
Han de ponerse al día y los que salen del gobierno han de colaborar y entregar todos los datos que necesiten. De esta manera, la transición está en marcha por una lado, pero simultáneamente en las calles seguirán los bolsonaristas sin reconocer a su nuevo presidente.