En su primera visita a Argelia como jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell ha tratado de relanzar la mediación de Bruselas en la crisis abierta por el Gobierno español tras el cambio de posición en el litigio del Sáhara Occidental, con pérdidas millonarias para las empresas españolas afincadas en el país árabe tras nueve meses de bloqueo total.
«Es una situación bastante perjudicial para el acuerdo de asociación y no sirve a los intereses de ninguna de las partes», ha manifestado Borrell en declaraciones al diario argelino El Khabar con motivo de una visita de dos días en las que se ha reunido con el presidente argelino Abdelmadjid Tebboune y otros altos representantes del país. Borrell calificó a Argelia de «socio estratégico» de la UE, «actor esencial» y proveedor «viable» de energía.
A juicio del socialista, la asociación entre Argelia y la Unión Europea -rubricada en 2005- ha sufrido precisamente «los graves obstáculos» impuestos por Argel al comercio desde España con un cierre que desde junio ha provocado pérdidas que superan los 700 millones de euros entre las compañías españolas con negocio en el país. En un comunicado conjunto el pasado junio Borrell y el comisario de Comercio de la UE, Valdis Dombrovskis, aseguraron que Bruselas estaba «dispuesta a oponerse a cualquier tipo de medida coercitiva contra un Estado miembro», denunciando la «violación» del acuerdo de asociación entre Argelia y la UE.
Borrell, que ya intentó mediar el año pasado a instancias de España, ha subrayado su deseo de que se alcance pronto una solución y ha reconocido que los países de la UE tildan los obstáculos de «desafortunados». «Hay que resolver estas trabas», deslizó.
«Todos sabemos que podemos hacerlo mejor. Debemos empezar por encontrar una solución a las limitaciones actuales. Pienso, por ejemplo, en los obstáculos introducidos desde junio de 2022 al comercio con España, que deben resolverse. Pienso también en las limitaciones a las inversiones europeas en Argelia, que tienen un impacto directo en la aplicación de nuestro Acuerdo de Asociación. Encontrar una solución a todo esto redunda en nuestro interés común», arguyó.
Portugal e Italia, entre los beneficiados
No obstante, la coyuntura está siendo usada por Italia, Portugal o Francia para llenar el vacío dejado por las firmas españolas y ampliar su presencia comercial. Argelia, además, solicita revaluar el acuerdo de asociación, una petición a la que Borrell ha dichos ser receptivo.
En un contexto internacional marcado por la guerra en Ucrania y las sanciones impuestas al gas y petróleo rusos, Bruselas lleva meses buscando fuentes energéticas alternativas con las que reducir rápidamente la dependencia de algunos de sus países miembro al gas que procede de Rusia.
Según Borrell, «alrededor del 90% del gas argelino se exporta a Europa y sabemos que podemos contar con Argelia, que es un socio fiable y lo ha sido en tiempos difíciles.» La intención es «mirar al futuro, priorizando las inversiones europeas en el sector de las energías renovables». «En primer lugar, la energía es probablemente un área en la que tenemos una asociación que funciona bien», agregó.
Apoyo a la ONU en el Sáhara
En el aniversario del giro copernicano en el Sáhara, España no ha logrado reanudar las relaciones con Argelia ni siquiera denunciando ante la UE la suspensión de las transacciones comerciales desde y hacia España, en lo que Moncloa considera una vulneración del acuerdo de asociación. Desde Argel no esperan en una pronto resolución de la crisis, indignados por los movimientos de Madrid para involucrar a Bruselas.
A propósito del conflicto del Sáhara Occidental, que se halla en el trasfondo de la ruptura de lazos entre España y Argelia, Borrell ha insistido en que la posición de los 27 países miembros se mantiene inalterable en su apoyo al proceso de la ONU, con el horizonte de alcanzar una solución política justa y realista que sea aceptada por ambas partes, en línea con las resoluciones dictadas por el Consejo de Seguridad de la ONU. A pesar del acercamiento de España a Marruecos, los países del norte de Europa siguen actuando de contrapeso.