El historiador Borja de Riquer ha dedicado nueve años a la biografía definitiva de Francesc Cambó. Una obra con la que intenta ofrecer una imagen más completa, y fiel, de uno de los grandes políticos españoles del siglo XX. Pero también el mayor mecenas español de su época, el primer político que buscó atraerse -e influir- en los intelectuales de su época y un multimillonario que ocultó bajo la imagen de conservador católico a un vividor y mujeriego enamorado de la ópera y las cantantes de ópera.
Pregunta.- ¿Francesc Cambó se ha convertido en un político maldito?
Respuesta.- La palabra maldito no me gusta. Es un personaje fuera de lo corriente, poco y mal conocido. La autoimagen que él deja en sus escritos y memorias publicadas es insuficiente y sesgada, y las biografías sobre él -desde la de Jesús Pabón a las posteriores- no tratan muchos temas y hacen planteamientos erróneos porque se creen sus memorias. Uno de los problemas de los historiadores es que en general todos los políticos mienten bastante, sobre todo en sus memorias, por eso hay que rectificarlas y descubrir en qué mienten y por qué.
P.- ¿Es víctima de su actuación durante la Guerra Civil?
R.- En los años de la posguerra lo rechazaron muchos catalanistas porque había ayudado a Franco durante la guerra, pero los franquistas no lo reivindicaban porque era catalanista. Era un personaje incómodo, difícil de reivindicar. Pabón lo reivindicó, por encargo de la familia, utilizando las fuentes de la familia para hacer una apología. Ahí había una intención de sacarlo de las sombras para convertirlo en un personaje al que le faltan muchas facetas.
Pla es un cínico, durante diez años vivió de las ayudas económicas y políticas de Cambó
P.- Usted se pone en la tesitura de corregir esas hagiografías de encargo familiar, también a un monstruo como Josep Pla.
R.- Pla también es un personaje que escribe su historia en función de su conveniencia. Que en el año 1947, cuando muere Cambó, Pla diga que él no le debe ningún favor es falso. Es un cínico. Durante diez años vivió de las ayudas económicas y políticas de Cambó, fue un hombre de Cambó. Pero eso era desagradable para un intelectual que quisiera parecer independiente.
P.- ¿Las errores de la República explican el giro de Cambó hacia posturas mucho más conservadoras?
R.- La revolución social de la guerra. Es decir, lo que se produce a partir de julio de 1936. Al principio Cambó está en contra de la sublevación militar, lo he podido localizar en su correspondencia. Considera que aquella militarada es injustificada. Pero deriva en una guerra civil que fractura España y en Cataluña, zona republicana, hay un proceso revolucionario en el que se persigue a la gente conservadora y de orden como Cambó. Como político opta por esos militares como mal menor. Es una opción que después intenta revestir y justificar diciendo cosas que eran falsas.
Al principio Cambó está en contra de la sublevación militar, considera que aquella militarada es injustificada
P.- ¿Por ejemplo?
R.- Que él ya preveía que la república acabaría en una guerra civil. Es mentira, eso lo dice en 1939. En la documentación que he consultado no aparece nunca antes del 39, y entonces le interesa porque como político quiere situarse entre los vencedores y no puede inhibirse, tiene que justificar a Franco.
P.- ¿Por qué no consigue vencer las resistencias del franquismo a su catalanismo pese a la ayuda que les brindó?
R.- Intenta, con gestiones de Joan Ventosa con Franco, superar esa hostilidad contra los catalanistas de derechas, pero en Burgos no diferencian entre catalanistas de derechas e izquierdas. Cambó y Ventosa son importantes por sus relaciones internacionales, pero el catalanismo no entra en los planes del franquismo, por muy moderado que sea.
P.- ¿Cambó fue un gran político que fracasó en todos sus objetivos?
R.- En los objetivos políticos fundamentales sí. Fracasa en el proyecto de convivencia de una Cataluña libre y autónoma dentro de una España moderna y europea, que tolere la pluralidad. La complejidad de Cambó es esa, juega a la política catalana y española al mismo tiempo. En el fondo quiere ser el dirigente de las dos. Ser el líder del catalanismo y el gobernante español, porque cree que los catalanistas son los que pueden gestionar mejor el Gobierno español.
P.- Es lo que le echó en cara Niceto Alcalá Zamora.
R.- Exacto, le dijo que quería ser Bolívar y Bismark a la vez. Las reticencias de la política española a ser dirigente español y catalanista es lo que le impide triunfar. En 1922 Alfonso XIII le ofrece la presidencia del Gobierno con una condición, que deje de actuar como político catalanista. Cambó se lo toma como una ofensa, este rey no entiende lo que llevo predicando 20 años, que los catalanistas tenemos derecho a ser los grandes reformadores de España.
Alfonso XIII le ofrece la presidencia del Gobierno con una condición, que deje de actuar como político catalanista. Cambó se lo toma como una ofensa
P.- Le acusan de ser un Bolívar, pero él nunca fue independentista.
R.- En absoluto, él quería una autonomía amplia. El proyecto que presenta la Lliga en 1918 es un proyecto muy ambicioso, casi de co-soberanía. Cambó ya sabe que es un proyecto muy de máximos, para empezar a negociar. Pero la respuesta de Alcalá Zamora es “autonomía catalana jamás, jamás, jamás”. Después añade “cuando digo jamás, quiero decir por el momento”. Cambó topa con la hostilidad de los que tendrían que ser sus cómplices, los conservadores y liberales españoles. Y después se encuentra con la paradoja de que la autonomía catalana llega en el 31 de manos de los republicanos, cuando cae la monarquía en la que él jugaba.
P.- Prat de la Riba lo manda a hacer política a Madrid.
R.- En sus memorias no lo dice nunca, pero en su correspondencia Cambó explica que Prat le dijo: solo desde Madrid se gobierna España. Vive en Madrid, sin renunciar a la política catalana, ten un diario en Madrid y muévete en la política de Madrid. En Barcelona te criticarán muchísimo, pero a la que triunfes vendrán todos a aprovecharse de tu triunfo. Si te quedas en Barcelona, los catalanes te devorarán.
P.- ¿Qué deberían aprender los políticos catalanes actuales de Cambó?
R.- Cambó comete muchos errores, de los errores se tiene que aprender. Calcula mal las fuerzas propias y las del adversario. Se sorprende de la hostilidad anticatalanista de la política española. Cuando habla de concordia, es la búsqueda de un terreno intermedio en el que se pacte una situación diferente para los dos. Lo que se impone en la política española es la conllevancia de Ortega: yo acepto que eres diferente, pero las reglas del juego las marco yo.
P.- ¿Cambó hubiera sido un hombre de la Transición?
R.- Quizá. En la política española hoy no hay ningún Suárez. Un hombre de estado, de derechas, no hubiera actuado como Rajoy, que dejó pudrir un tema a base de no tocarlo. El gran responsable de que haya independentismo en Cataluña es Mariano Rajoy, supongo que algún día sectores independentistas le harán un monumento.
P.- Reivindica a Cambó más allá del político.
R.- El político se ha comido el resto. El propio Cambó en sus memorias oculta muchas cosas de sus actividades financieras y no habla en absoluto de su vida privada. Sí habla de su mecenazgo. He querido destacar estos aspectos.
La donación de cuadros de Cambó es la más importante del siglo XX, los cuadros donados a El Prado hoy valen más de 100 millones de euros, lo del MNAC 200 millones
P.- Su papel como mecenas sí es conocido.
R.- El mecenazgo responde a un proyecto político, es un mecenazgo muy pensado y lo controla todo. Es el primer político español que atrae intelectuales a sus proyectos y evidentemente con muchos de ellos entra en conflicto.
Además, se gasta muchísimo dinero no solo en infraestructuras culturales, sino en cuestiones que en aquellos momentos solo los mecenas norteamericanos hacían: comprar los cuadros de pintores que en España no existen, para donarlos después. La donación de cuadros de Cambó es la más importante del siglo XX. Los ocho cuadros de Cambó en El Prado, entre ellos los únicos Boticcelli, le costaron lo que hoy en día serían 50 millones de euros. Lo que dona a El Prado hoy vale más de 100 millones de euros, lo del MNAC 200 millones.
P.- ¿Cómo amasó su fortuna?
R.- Cambó era de clase media campesina, pero fue un hombre muy hábil. Cuando acaba la I Guerra Mundial la eléctrica alemana AEG teme que su gran inversión en Latinoamérica, una compañía eléctrica en Buenos Aires, sea confiscada por los vencedores de la guerra. Para evitarlo contrata a Cambó, que organiza una operación de ingeniería financiera simulando que bancos españoles compran toda la compañía, que pasa a ser española, país neutral.
Se convierte en la compañía española más importante en el extranjero hasta mediados del siglo XX, la que da más beneficios a la Hacienda española durante 20 años. Las acciones de la Chade, la compañía de Cambó, se cotizan en la bolsa de Munich al 700%, es el gran momento de expansión de Buenos Aires, el consumo de electricidad por cápita es parecido al de Europa. La Crisis del 29 no afecta a Latinoamérica, en los años 30 siguen ganando y dando dividendos del 17% cuando Europa y Estados Unidos están arruinados. Esto le convierte en multimillonario.
P.- También lo retrata como un bon vivant.
Sus famosos cruceros en el yate Catalonia son insólitos. No hay ningún español, y muy pocos europeos que en los años 20 tengan un yate
R.- Él da muy pocas pistas, pero es un hombre al que le gusta vivir bien y tiene relaciones internacionales con los principales hombres de negocios, por eso conoce las grandes colecciones de arte. Sus famosos cruceros en el yate Catalonia son insólitos. No hay ningún español, y muy pocos europeos que en los años 20 tengan un yate al que invitar a una docena de personas para estar dos meses por las islas griegas o remontando el Nilo. Nadie en España podía permitirse este lujo de cosas. Eso crea tanta admiración como odio y envidia.
P.- Eso favoreció una agitada vida sentimental en un político que se presentaba como católico y conservador.
R.- No se quiere casar ni tener una familia que condicione su vida política. Eso no significa no tener relaciones con mujeres, que le gustan mucho. Tiene que compaginar su imagen de político conservador, de derechas y católico con un hombre muy mujeriego y es complicado.
P.- Tuvo especial predilección por las cantantes de ópera.
R.- Era asiduo al Liceo, le gustaba mucho la ópera. La primera novia es María Gay, una notable soprano, y después tendrá unas relaciones sentimentales intensas con María Barrientos, la gran diva española de los años 20, pese a que ella es una mujer casada. Después hay varias relaciones, algunas con descendencia, y eso crea problemas.
P.- Solo tuvo una hija reconocida, Helena Cambó.
R.- Tuvo una hija a la que no reconoció porque era hija de una señora casada. A su hija Helena primero la adopta, en 1938, y luego se casa con Mercé Mallol para que su hija pueda ser heredera universal, porque tanto la ley española como la argentina exigía que para ser heredero universal debía ser hijo de matrimonio. Cuando se casa tenía 70 años, su mujer 46 y Helena 17 años.
P.- ¿Hay amargura en su exilio tras la guerra?
R.- Hay añoranza y, sobre todo, angustia, con las investigaciones a la Chade en Argentina. Cuando salen todos los escándalos sobre la corrupción de la compañía él se ve implicado y tiene miedo de ser procesado. Perón lo tapa todo, pero él reconoce en su correspondencia que nunca ha pasado tanta angustia como esos cuatro años del 43 hasta su muerte. Porque en la prensa Argentina aparece el escándalo y él teme que ese escándalo se conozca en Barcelona y perder su prestigio como político.