El conflicto sanitario que ha estallado en la Comunidad de Madrid ha servido a la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, para escalar las hostilidades y dirigirse a Pedro Sánchez, y también para que el Gobierno central busque ponerle contra el espejo y pedir cuentas a su rival político, Alberto Núñez Feijóo, por no «desautorizarla» y por «cuestionar la democracia española». El choque se agrava y salta de la arena madrileña a la nacional, terreno querido por las dos partes. Por Ayuso, porque sabe que le funciona electoralmente su oposición a Sánchez, y por el Ejecutivo de coalición, porque le da oportunidad de confrontar políticas con la derecha y de señalar la «debilidad» de liderazgo de Feijóo.
No era inocente que este martes compareciera, tras la reunión ordinaria del Consejo de Ministros, la titular de Sanidad, Carolina Darias, con la justificación de que el Gobierno había dado luz verde a un nuevo paquete de 40 millones de ayudas para las comunidades autónomas, para medicina personalizada de precisión y para «reforzar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud». En cuanto los periodistas le preguntaron por el conflicto en Madrid, que ha llevado a un paro indefinido de los médicos de atención primaria por el «caos» organizativo en las urgencias extrahospitalarias, Darias se lanzó. Y se apoyó en dos gráficos para apuntalar su argumentación y demostrar que es el Ejecutivo madrileño el que, en lugar de «tender puentes» y buscar soluciones, «echa gasolina» al fuego. A su lado, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, elevaba el tiro y apuntaba a Feijóo, por dejarse «arrastrar» por las posiciones más «extremas» de la derecha y por hacer incluso llamamientos «al odio«.
¿Alguien entiende que, siendo la de medicina familiar una de las especialidades más deficitarias, Madrid no siga la estela de todo el sistema, que vaya a la contra?»
CAROLINA DARIAS, MINISTRA DE SANIDAD
Darias insistió, como hiciera este lunes, en que el Ejecutivo de coalición está siempre «del lado de los profesionales sanitarios» en la huelga que mantienen los médicos de la Comunidad de Madrid. Porque son ellos los que «han dado lo mejor de sí mismos», en especial durante la pandemia, observó. «Este Gobierno no va a estar nunca del lado de quienes les señalan y les acusan«, cargó directamente contra Ayuso. La ministra subrayó que desde que Sánchez llegó a la Moncloa, se ha procurado «revertir los recortes» del PP en su etapa en el poder. Así, hasta el curso 2019-2020, eran más los titulados que salían de las facultades de Medicina que las plazas de formación sanitaria especializada (FSE) ofertadas. A partir de ese año, crecen estas últimas «por un esfuerzo colectivo», por la «determinación y compromiso» del Gobierno y de las autonomías, «conscientes de que hay que inyectar al SNS más médicos«. Así, en 2022-2023, son 7.445 los titulados y 8.457 la oferta de plazas MIR.
Para el Ejecutivo, «llama muchísimo la atención» la actuación de la Comunidad de Madrid. Porque así como todas las CCAA han hecho un «esfuerzo» por reforzar una de las especialidades más «deficitarias», la de medicina familiar y comunitaria, el Ejecutivo de Ayuso ha dejado plazas sin cubrir. «Es la antítesis de lo que hacen todas las CCAA«, remarcó. Se ha incrementado un 36% el número de plazas en esta especialidad en todo el conjunto del sistema, y en Madrid «hay una disminución del 2%». «¿Alguien entiende que, siendo esta especialidad una de las más deficitarias, Madrid no solo no siga la estela de todo el SNS, sino que vaya a la contra? En Sanidad no solo hay que gestionar, hay que planificar», advirtió. En 2010, dijo, Madrid ofertó en medicina de familia 238 plazas, y en la última convocatoria, 217. Es más, dejó «37 plazas por cubrir», cuando sí las tenía acreditadas. Cuando se tiene un conflicto, abundó, hay que «tender puentes», y no «echar gasolina», que es lo que a su juicio está haciendo Ayuso al cargar contra los profesionales sanitarios.
No hay déficit de financiación
En la misma línea, la titular de Hacienda, María Jesús Montero, insistió en que las CCAA tienen fondos suficientes para hacer frente a sus competencias, y recordó que regiones como Madrid o Andalucía —ambas gobernadas por el PP— han aumentado en dos dígitos el límite de gasto no financiero. Así que el «malestar» de los profesionales sanitarios en Madrid se deberá a «otros motivos», no a que no haya una financiación suficiente por parte del Estado.
España no merece a un partido que no crea que este país es una democracia»
ISABEL RODRÍGUEZ, PORTAVOZ DEL GOBIERNO
Pero el Gobierno quiere elevar el tiro hacia Feijóo. Ya lo hizo el lunes, a través de una respuesta de la portavoz del PSOE, Pilar Alegría, un comunicado de Ferraz y unas declaraciones de la propia Montero, también vicesecretaria general del partido. Y es que Ayuso había afirmado horas antes que el Ejecutivo de Sánchez pretende «tener en la cárcel» a la oposición, «como en Nicaragua». Feijóo, desde Argentina, denunció que España se enfrenta al mayor riesgo de populismo en sus 40 años de democracia por un «Gobierno tripartito» que necesita del apoyo de los independentistas catalanes y vascos. Y tras referirse a lo ocurrido en el CIS, el INE o el CNI, subrayó que «desprestigiar a las instituciones en el interior» es «un sistema para ir cambiando el régimen democrático».
Rodríguez recogió el testigo de sus compañeras de partido. Primero, cargó contra Ayuso —»Sinceramente, creo que lo que trata con estas declaraciones es de que no atendamos a lo que hace, que es muy grave para el día a día de los madrileños y su salud»—, para luego dirigirse a Feijóo: «Ya nos tenía acostumbrados a salir de España para hablar mal de España, pero ahora ha dado un paso más y ha puesto en cuestión la democracia española«. Es una actitud que el Ejecutivo considera «muy grave», ya que en lugar de hablar, fuera de nuestro país, que España «es una democracia plena», que está creciendo y generando empleo, que lidera la lucha contra el cambio climático o que es un «lugar atractivo para los inversores», cuestiona el propio sistema. Así, «España no merece a un partido que no crea que este país es una democracia», remachó.
Para la Moncloa, «lo alarmante» es que Feijóo se comporta de este modo porque se ve «arrastrado por aquellos que como Ayuso u otros fuera de su partido» le llevan a «posiciones más extremas de la derecha o incluso de la derecha antidemocrática». El problema, según siguió Rodríguez, no es que Feijóo repruebe legítimamente la acción del Gobierno, sino que haga «un llamamiento al odio» y critique «los pilares básicos de la convivencia».