Guillermo y Catalina, paladines en su viaje a Boston de la contraofensiva para devolver el prestigio a la Corona en EEUU, daado por la desvergonzada campaa de Harry y Meghan y por el ltimo escndalo de racismo.
Guillermo de Inglaterra y su esposa Catalina, flamantes nuevos prncipes de Gales, concluyeron anoche su primer viaje oficial al extranjero desde la proclamacin de Carlos III como rey. Tres das en Boston en la que ha sido tambin su primera visita a Estados Unidos desde haca casi nueve aos. Y no poda ser ms ambicioso el objetivo del heredero del trono: reconquistar Amrica.
Si Coln protagoniz cuatro travesas hasta el otro lado del charco, una corta visita a la capital de Massachusetts no iba a ser suficiente para que la familia real britnica vuelva a meterse en el bolsillo a la opinin pblica norteamericana. Pero este viaje, que tena como trasfondo una ceremonia de premios medioambientales, s se antojaba decisivo para tratar de cambiar el daino relato sobre la Corona que han impuesto el prncipe Harry y su mujer, Meghan Markle. Y, en ese sentido, no son exageradas las declaraciones que publicaban medios estadounidenses de la profesora de la Universidad de Boston, Arianne Chernock, experta en historia britnica moderna, quien a propsito de la visita real conclua: “Creo que se trata menos de salvar la Tierra y ms de salvar a la familia real”.
La operacin de rescate se ha enfrentado a muchas ms adversidades de las que pudieron sospechar los prncipes de Gales. Para empezar, casi a la vez que aterrizaban en suelo estadounidense, estallaba en Londres el ltimo escndalo que vuelve a asociar a la Monarqua con el fantasma del racismo. Buckingham se vio obligado el mircoles a forzar la dimisin en su cargo honorfico a Lady Susan Hussey, quien fue una de las damas de compaa de la reina Isabel II y es tambin una de las madrinas del propio Guillermo. La anciana aristcrata se haba puesto ms que impertinente al cuestionar que Ngozi Fulani, directora de la organizacin benfica Sistah Space, fuera britnica. El episodio haba tenido lugar adems durante la recepcin que la reina Camila presidi para crear conciencia sobre la violencia contra las mujeres y las nias, acto de trampoln de la consorte en sus nuevas funciones que deriv en escndalo.
No pas desapercibido el episodio de Lady Susan Hussey en EEUU. Porque la imagen de la Corona est seriamente deteriorada desde la fuga a Norteamrica de Harry y Meghan. Los estadounidenses siempre han sentido fascinacin por los Windsor. Lo atestiguan las encuestas y tambin el enorme eco de cada acontecimiento de la dinasta. Ms del 70% de los ciudadanos de EEUU senta admiracin por Isabel II. Y, sin ir ms lejos, la figura de Diana de Gales despert en el pas una verdadera mitomana. Ello ha permitido que la institucin haya desempeado un rol determinante en el continuo reforzamiento de la relacin especial entre Washington y Londres, mucho ms necesaria si cabe hoy para un Reino Unido a la deriva aislacionista que busca su lugar en la era post Brexit.
Pero buena parte del encantamiento de los estadounidenses hacia los Windsor se rompi con declaraciones explosivas como las que Harry y Meghan realizaron en marzo de 2021 a Oprah Winfrey en una entrevista en la que se asent la sombra del racismo sobre Palacio. “No somos una familia racista”, se vio obligado entonces a gritar a los cuatro vientos un prncipe Guillermo tan dolido como incrdulo del dao que su propio hermano causaba a la institucin.
Y, de hecho, este importante viaje de los Gales a Boston ha estado de nuevo marcado por la ofensiva imparable de los Sussex contra la Corona. No fue casual que Netflix aprovechara las circunstancias para lanzar el jueves el primer spot sobre el documental en el que Harry y Meghan van a narrar su vida y que amenaza con dinamitar todos los puentes con la dinasta, a cambio, de unos 100 millones de euros que la plataforma de streaming pagara a los desleales duques. Un disgusto para Buckingham que se viene a sumar a la aceptacin de la pareja del premio Robert F. Kennedy a los derechos humanos que recibirn el martes en Nueva York por haberse atrevido a luchar contra el racismo estructural en la Monarqua. Ah es nada.
As las cosas, titnica es la misin de Guillermo y Catalina para contrarrestar ese relato y ofrecer la mejor imagen de una institucin moderna, inclusiva, garante de la multiculturalidad y de los derechos individuales ms avanzados con los que est comprometido el nuevo reinado de Carlos III.
De momento, los Gales han desplegado en Boston sus mayores encantos. Y el encuentro con el mismo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que se desplaz para mantener un encuentro con el heredero, fue un buen tanto para contrarrestar los golpes que asesta el Megxit.
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