Decenas de miles de israeles protestaron ante la Knsset contra la primera parte del plan del Gobierno sobre el poder judicial que, si se aprueba en tercera lectura, le otorgar mayora en la comisin de seleccin de jueces y debilitar el Tribunal Supremo
La solemnidad que hace unos das domin la Knsset para celebrar su 74 aniversario dio paso este lunes a la tensa crispacin con la primera de las tres votaciones necesarias para la aprobacin de una parte importante de la propuesta de amplia reforma judicial en Israel. Con masivas protestas en sus alrededores, el Parlamento en Jerusaln reflej la fractura que amenaza romper los puentes que siguen uniendo a la sociedad.
La coalicin de gobierno ultraconservadora, investida el pasado 28 de diciembre con el apoyo de 64 de los 120 diputados, aprueba en primera instancia dos proyectos de ley que debilitan el poder judicial ante el ejecutivo horas despus de que decenas de miles de manifestantes lo denunciaron en el exterior con la misma preocupacin con la que economistas, acadmicos, doctores, abogados, emprendedores y empresarios de High Tech, feministas, ex jueces y ex responsables de los organismos de seguridad firmaron sus manifiestos de protesta.
Aunque el texto definitivo podra ser suavizado, consensuado e incluso frenado en un proceso de aprobacin que puede durar meses en el Parlamento, la jornada supuso otro punto de inflexin en la crisis poltica que agita el pas tras cinco elecciones desde el 2019.
Las manifestaciones crecen desde que el pasado 4 de enero el ministro de Justicia Yariv Levin anunciara la reforma. Las protestas ante las casas de varios dirigentes y cortes en carreteras precedieron este lunes la multitudinaria convocatoria en Jerusaln incluyendo una marcha de banderas de Israel rodeando la Knsset. Algunos manifestantes fueron expulsados de la tribuna de invitados tras golpear el cristal que les separa del pleno gritando “vergenza”.
“Una mafia ha tomado el control del Gobierno y con un golpe de estado pretende acabar con la independencia judicial y la democracia para ayudar a los que tienen problemas con la Justicia como Netanyahu en juicio por corrupcin”, dice Sagi Regev, procedentes de un kibutz del norte, a EL MUNDO.
En diversas manifestaciones se difunden palabras del primer ministro, Benjamin Netanyahu, antes de ser acusado, presumiendo de frenar las iniciativas para debilitar el Tribunal Supremo (TS). El primer ministro, que volvi al poder tras ao y medio en la oposicin, tiene prohibido intervenir en la propuesta judicial dado el acuerdo de conflicto de intereses (debido a su juicio) firmado en 2020. Sin su luz verde, sin embargo, la reforma no hubiera sido promovida.
“Hoy se vota en primera lectura y luego estamos dispuestos a dialogar y llegar a acuerdos”, anunci Netanyahu que acus a los lderes de la oposicin de “pisotear la democracia, no aceptar los resultados de las elecciones y la decisin de la mayora y no condenar a manifestantes que llaman al derramamiento de sangre y desobediencia civil”. En la oposicin condicionan la negociacin al freno de la iniciativa en la Cmara.
Las dos enmiendas aprobadas en primera instancia determinan que el TS no puede anular leyes bsicas de la Knsset y otorgan al Gobierno una mayora (5 de 9 miembros) para seleccionar jueces. Hoy, la comisin est formada por jueces, abogados y polticos que necesitan pactar cada nombramiento.
Cuando comentamos a Keren Saar, manifestante de Jerusaln, que los promotores de la reforma dicen buscar la correccin de errores histricos que dieron supremaca al Supremo en los 90, responde: “No hay problema en revisar un sistema pero no si se hace sin dilogo y a cargo de un Gobierno corrupto y legal pero ilegtimo que promueve una revolucin judicial que har que dejemos de ser una democracia”.
El presidente, Isaac Herzog, mantiene contactos pblicos y secretos para consensuar la reforma con el objetivo de regular las relaciones entre los poderes y evitar que la escisin convierta los duelos retricos en la Knsset, redes y medios en violencia en las calles. De lo contrario, Israel est abocada a una crisis institucional sin precedentes con dos partes, atrincheradas en sus posiciones, que alegan defender la democracia y acusan al rival de querer acabar con ella.
El sondeo del Canal 12 muestra una mayora a favor de hacer una pausa de la reforma para pactar. Incluso el 45% de los electores del Likud de Netanyahu lo pide mientras el 17% lo condiciona al fin de las protestas. El 28% de los votantes de su partido apoya seguir. El sondeo del Canal 13 indica que la coalicin pierde la mayora que logr el pasado 1 de noviembre.
Netanyahu no es ajeno a los sondeos, las manifestaciones, los consejos de EEUU y los avisos sobre los efectos dainos en la economa y en especial en su poderoso ecosistema tecnolgico. La gran pregunta es si tiene la voluntad o capacidad de frenar el mpetu de su escudero en el Likud, Levin (conocido nmesis del Supremo) y los dos partidos ultraortodoxos que exigen la reforma al verla como oportunidad histrica para legislar asuntos cardinales como por ejemplo la exencin militar de sus estudiantes en academias rabnicas sin miedo a la intervencin del Supremo.
Tras la votacin pasada la medianoche (63 a favor y 47 en contra dado que algunos diputados de la oposicin no se presentaron en seal de protesta), el ex primer ministro y lder del principal partido opositor, Yair Lapid, envi un mensaje a los miembros de la coalicin: “La historia os juzgar por esta noche. Por el dao a la democracia, por el dao a la economa, por el dao a la seguridad, por el hecho de que estn destrozando al pueblo de Israel, simplemente no os importa”.
Netanyahu, por su parte, habl de una “noche importante” y pidi “negociacin sin condiciones previas”. Levin se mostr “determinado a aprobar la reforma” avisando que nadie le “disuadir” a no hacerlo. “Escucho las falsas afirmaciones sobre el fin de la democracia, y les digo que lo que estamos haciendo es restaurar la democracia”, aadi Levin al trmino de una dramtica jornada que tambin es el inicio de una nueva fase en la que Herzog presionar a las partes, con nfasis en el Gobierno, para que consensuen la norma en la tercera instancia. Sin olvidar que la coalicin tiene en la recmara otros proyectos de ley en el marco de una polmica reforma muy deseada por unos y muy temida por otros.
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