De “un reino que no es democracia ni puede tener el nivel ni la consideración de un país amigo” a visitar los territorios del Sáhara Occidental ocupados ilegalmente por Marruecos. De ambos episodios distan apenas dos décadas. José Bono ha consumado este mes una de las metamorfosis más singulares de la historia de la política nacional, en pleno cambio de la posición del Gobierno español en el contencioso de la ex colonia.
El ex ministro de Defensa y ex presidente de Castilla-La Mancha ha pasado de ser un acérrimo detractor del régimen alauí, al que en 2001 acusó de mafioso, a pisar el último territorio de África pendiente de desconolización, con un referéndum de autodeterminado torpedado desde hace tres décadas por Rabat. En la capital del Sáhara ocupado, Bono ha asistido a presentaciones sobre el supuesto desarrollo de la ciudad y, como atestiguan las imágenes que acompañan esta información, ha sido agasajado con opíparas comidas.
El socialista ha encabezado en los últimos días una delegación “de alto nivel” española que ha visitado El Aaiún para, según la prensa marroquí, “conocer de cerca la situación de desarrollo, económica, social y de derechos humanos” del territorio. Ha sido un viaje que ha servido para extenderle a Bono la alfombra roja, con encuentros con las principales autoridades. No se han hecho públicos el nombre del resto de presuntos acompañantes, pero en las fotografías difundidas por la prensa local solo aparece Bono, reunidos entre otros con el presidente de la comuna de El Aaiún Moulay Hamdi.
Recepción VIP
Durante el periplo, los funcionarios marroquíes se jactaron de los “impresionantes resultados que se han logrado a todos los niveles y en varios campos, gracias a la sabia gobernanza del rey Mohamed VI”, un monarca que desde su residencia en París se halla cada vez más desligado de la gestión diaria del reino. En las reuniones, se abordó la obsesión del régimen magrebí: la supuesta integridad territorial del reino y la controvertida propuesta de autonomía “como solución justa que garantice los derechos de los saharauis y preserve su dignidad”.
Se trata de un paso más del PSOE a través de lobistas pro marroquíes ya declarados públicamente
Bono también aprovechó su viaje para trasladar “su admiración por el desarrollo de la ciudad”. En una entrevista reciente con un medio de comunicación marroquí, Bono aseguró: “Nunca he negado mi simpatía por los saharauis. Como buena parte de la izquierda española compartí su causa y como abogado me puse la toga para defender a líderes Polisarios acusados por Franco de asociación ilícita. Hoy las cosas han cambiado mucho”.
Según Bono, el giro copernicano del Ejecutivo español en el litigio del Sáhara es “la más lógica y sensata decisión que se ha tomado desde que España firmó en 1975 el tratado de Madrid y devolvió el Sahara a quien le perteneció históricamente”.
A Bono, especialmente activo desde hace semanas apoyando a Marruecos, le han sucedido visitas en las últimas semanas de otros ex dirigentes como Consuelo Rumí, la socialista almeriense que ocupó la máxima responsabilidad en temas migratorios en los Ejecutivos de Sánchez y Zapatero. Precisamente el que fuera su jefe impartirá en dos semanas una conferencia sobre los lazos de ambos países en una universidad privada de la ciudad marroquí de Fez.
La visita y las declaraciones del socialista han causado indignación en las filas del Polisario. “Para nosotros se trata de un paso más del PSOE a través de lobistas pro marroquíes ya declarados públicamente”, denuncia en declaraciones a El Independiente Abdulah Arabia, delegado del Frente Polisario en España. “Lo que se busca es poner en práctica la decisión del presidente del Gobierno, que consiste básicamente de intentar vender las bondades de Marruecos”, añade.
A su juicio, los dirigentes actuales y pasados del PSOE “se han puesto al servicio de Marruecos para intentar ayudarle a consumar la ocupación ilegal del territorio del Sáhara Occidental”. No obstante, desde el Polisario consideran que estas visitas y declaraciones a favor de Rabat, cada vez más frecuentes entre los socialistas, “no va a cambiar en nada la naturaleza política y jurídica del Sáhara Occidental ni lo que acreditan las últimas resoluciones de las Naciones Unidas”. “Es más una cuestión de marketing sin efectos jurídicos. Una visita lamentable”, concluye.