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El “sorayismo”, sin Soraya, toma vuelo en Génova

El día en que se conoció el regreso a la primera línea política del vasco Borja Semper el chat de los «sorayistas», que aún existe, echó humo. Ya no era sólo el caso aislado del «fichaje» del ex ministro y ex alcalde de Santander, Íñigo de la Serna, sino también el de un rostro tan conocido y significado como el del vasco Sémper y aquello llevó a otros recuerdos y lecturas en clave política.

Muchos de esos «sorayistas» buscaron de inmediato en internet la «foto de la pizza». Ahí se vieron, con cuatro años y muchas canas menos, sonrientes, en torno a los restos de una comida apresurada que se improvisó para replicar a la que ese mismo día reunió en un restaurante de lujo de la capital a Pablo Casado con un elenco de dirigentes y ex ministros populares a los que unía su enfrentamiento total, absoluto, con la que fuera todopoderosa vicepresidenta política de los gobiernos de Mariano Rajoy, aspirante también a sucederle y ganadora de la primera vuelta de las primarias.

Precisamente, la única que no sonríe en la fotografía de la pizza es Soraya Sáenz de Santamaría. «Posiblemente ya había advertido que las cuentas no le iban a salir en el congreso extraordinario . Ella sabía cómo iba la película», explica el que era entonces un destacado miembro del equipo de Casado, que ese mismo día estaba en la sede nacional, una planta más arriba de la reunión de los «sorayistas». Lo cuenta la misma persona que alumbró la idea de rodear al madrileño de una serie de veteranos para demostrar » que lo nuestro era el diseño de un partido con seniority y no una candidatura de niñato».

Foto contra foto

Casado se fotografió al término de ese almuerzo del 19 de julio de 2018, tan sólo un día antes del arranque del cónclave congresual, con María Dolores de Cospedal, Dolors Montserrat, José Manuel Soria, Rafael Catalá, Isabel García Tejerina, Juan Ignacio Zoido y José Manuel García Margallo. Y en el equipo que apoyaba a Santamaría, donde tampoco faltaban ex ministros, «se nos ocurrió ir llamando a la gente para pedir unas pizzas» y colgar la foto en las redes sociales, donde se viralizó inmediatamente.

Se trataba de demostrar que «también había quien apoyaba a Soraya sin necesidad de ir a un restaurante famoso de Madrid», rememora uno de los asistentes, hoy fuera de la política a pesar de haber recibido en alguna ocasión cantos de sirena para volver. «Recuerdo muy buen rollo, mucha ilusión. Teníamos muy buena relación personal y eso se traslada en la foto. Se nota que éramos un equipo con ganas de hacer cosas y de sacar al PP de un momento delicado».

Otra de las personas que posa en la fotografía, ésta sí en política activa, recuerda aquel como «un día muy divertido. Todos los que estábamos en ese equipo nos conocíamos desde hace muchos años y había conexión entre nosotros». Pero del mismo modo niega que existiera un «sorayismo» como tal «sino una respuesta a las candidaturas anunciadas por Pablo y Cospedal y al hecho de que Feijóo no se decidió a dar el paso«.

En la foto de aquel ya lejano mes de junio de 2018 están muchos de los que ahora forman parte de la guardia pretoria de Núñez Feijóo. En primerísimo plano se sienta el coordinador general del PP, Elías Bendodo. También está de la Serna, además de Carmen Funez -que coordina el programa marco junto a él- Javier Arenas, Paula Gómez Angulo, Alejo Miranda y Enrique Cocero, todos ellos con responsabilidades en la actual dirección o en los Grupos Parlamentarios.

Se cruzan apuestas respecto al papel que puedan jugar los ex ministros Fátima Báñez, Álvaro Nadal y Alfonso Alonso

Pero no son los únicos que, aunque se alinearon a la candidatura de la ex vicepresidenta, tienen voz y mucho mando en Génova. Una de ellas es nada menos que la secretaria general y portavoz de los populares en el Congreso, Cuca Gamarra, de las pocas «sorayistas» supervivientes de la etapa de Casado. El vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons, se significó algo menos en aquella guerra de primarias pero la organización valenciana salió en apoyo de la que fuera todopoderosa vicepresidenta.

Se cruzan apuestas respecto al papel que en un futuro inmediato pueden jugar los ex ministros Álvaro Nadal y Alfonso Alonso, también en aquella instantánea. El «regreso» de la ex titular de Empleo Fátima Báñez, no a un cargo orgánico sino, por ejemplo, al patronato de la fundación Concordia y Libertad, sería la «joya de la corona» para el equipo popular. Ella, que estaba llamada a ser la secretaria general del partido si hubiera ganado Santamaría.

Curiosamente, Feijóo nunca fue de Sáenz de Santamaría. Es más, en su entorno siempre sospecharon que estaba tras la filtración de la publicación de las fotos del gallego con el narcotraficante Marcial Dorado. El entonces presidente de la Xunta era un adversario a desactivar si se aspiraba a la sucesión de Mariano Rajoy. Aquello nunca se confirmó, pero en la primera vuelta de las primarias populares Feijóo se significó con la secretaria general del partido, María Dolores de Cospedal, y, tras el voto de las bases del partido, todo el poder gallego apoyó a Pablo Casado.

Pero los «sorayistas» no eran Soraya, quien levantaba bastantes ampollas. Y en sus filas «había gente valiosa, con experiencia, talante, vocación, pasión», defiende una de las personas de aquella ya lejana foto. «Recuperarlos no es lo extraño, lo extraño es que estuvieran fuera de la política», aduce.

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