ERC y JxCat trasladarán este viernes su batalla política al Congreso de los Diputados. Ambos partidos han anunciado la presentación de enmiendas a la propuesta de reforma del Código Penal que los propios republicanos pactaron con PSOE y Podemos. Pero no serán enmiendas compartidas.
Esquerra se centrará ahora en la reforma del delito de malversación, que en su redactado actual sirvió para condenar a los líderes del 1-O y forma parte de las acusaciones de algunos de los procesados pendientes de juicio. JxCat recogerá también la reforma de malversación, pero insistirá además en que la derogación del delito de sedición no lleve aparejada ninguna reforma de los desórdenes públicos, como recoge el proyecto registrado por PSOE y Podemos.
Los de Carles Puigdemont presentaron enmienda a la totalidad contra una reforma que consideran un paso atrás en la defensa del movimiento independentista, y este martes se manifestaron en contra de la reforma junto a la ANC.
No habrá enmiendas conjuntas
Tras la marcha, la presidenta del partido, Laura Borràs, reclamó a «todas» las fuerzas independentistas que «vayamos juntas contra este atentado a los Derechos Humanos» y aseguró que su partido trabaja para que sus enmiendas cuenten con el apoyo «de todas las fuerzas progresistas y, por supuesto, independentistas». Pero no habrá enmiendas conjuntas, confirman desde el partido.
Paralelamente, la portavoz de ERC, Marta Vilalta, confirmaba este miércoles que su partido presentará enmiendas para reformar el delito de malversación. Lo hacía poco después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, confirmara que Gobierno y republicanos siguen negociando esa reforma, pese a los recelos que levanta tanto entre importantes sectores del PSOE como en Podemos.
Vilalta, que en las últimas semanas se ha negado a dar detalles sobre una negociación sobre la que los republicanos han impuesto la máxima discreción, explicó que la enmienda se concretará para que el delito de sedición no sea «utilizado para reprimir y perseguir al movimiento independentista y la disidencia política» en una entrevista a Europa press.
Reforma quirúrgica
Los republicanos insisten en el concepto de la «reforma quirúrgica» acuñado por Gabriel Rufián para defender su propuesta. Aseguran que no cruzarán la línea roja marcada por los socialistas: que la reforma no sirva para exculpar a políticos corruptos. Pero defienden que la malversación no puede ser utilizada, «con acusaciones falsas, para perseguir, inhabilitar y reprimir» al independentismo, en palabras de Vilalta.
Inicialmente el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, enmarcó esta reforma en un regreso a la tipificación anterior a 2015, cuando se aprobó la reforma impulsada por el Gobierno del PP. Pero los republicanos han dejado de referirse a ese referente a medida que se han extendido las dudas sobre la reforma.
Respecto a la redacción de desórdenes públicos, fuertemente cuestionada por JxCat, la CUP y entidades como Òmnium o la ANC, los republicanos aseguran que estudiaran sus enmiendas para pactar un nuevo texto. Aun así, Vilalta insistía en que el nuevo redactado mejora la tipificación de este delito, «en tanto que se rebajan penas y se clarifican los criterios o las exigencias» de aplicación.