El cambio climático sigue el guion que los científicos adelantaron con sus modelos predictivos. El exceso de gases de efecto invernadero en la atmósfera causado por el uso de combustibles fósiles ha elevado la temperatura media de todo el mundo en 1,2º y continúa al alza. El cambio climático ya lo experimentamos en forma de olas de calor y sequías que se traducen en graves incendios y en fenómenos meteorológicos extremos como lluvias torrenciales.
Pero la crisis climática tiene una deriva social en el activismo climático que se aborda en el libro Amor y furia (Tres hermanas) del periodista Rafael Ordóñez, responsable de la información medioambiental del medio que fue presentado este martes en la librería Traficantes de sueños de Madrid. El periodista especializado en ciencia y medioambiente de Newtral, Mario Viciosa, fue el encargado de conducir la presentación.
Viciosa condujo la presentación a través de los diferentes temas que aborda Amor y furia. “Estamos ante una nueva forma de activismo que arriesga más en sus acciones”, explicó Ordóñez. “La razón por la que el activismo ha dado ese salto y se multiplica por toda Europa se debe a que estos colectivos quieren imprimir la urgencia que la ciencia reclama a los políticos para frenar el cambio climático. Lo hacen de forma que no gustan a mucha gente pero es que su objetivo no es caer bien a la opinión pública”, añadió el periodista y sociólogo.
Organizaciones líquidas
En la presentación se puso de relieve el gran movimiento activista que desde 2018 se extiende por toda Europa, principalmente entre los más jóvenes. Extinction Rebellion y Fridays For Future fueron el punto de partida de la oleada de grupos que actúan por el continente extendiendo la desobediencia civil. Grupos como Just Stop Oil de Reino Unido, Última Generación y Rebelión científica -con presencia en varios países- o Futuro Vegetal en España son organizaciones muy líquidas que no responden a las formas de organización de los movimientos sociales tradicionales pero que conforman un gran movimiento social del momento.
Son organizaciones que responden al tiempo de emergencia climática que vivimos
“Son organizaciones que responden al tiempo de emergencia climática que vivimos. El nacimiento de Greenpeace hace 50 años estuvo marcado por la Guerra de Vietnam y la escalada nuclear. Estos colectivos están marcados por la presión del cambio climático, quieren que se acelere la transición energética y se produzcan cambios en el sistema productivo, se sienten como la última generación capaz de evitar los desastres del cambio climático”, afirmó Ordóñez. El autor destacó que la primera acción de activistas de Extinction Rebellion fue invadir las oficinas de Greenpeace en Reino Unido, para exigirles más acción contra el cambio climático.
Preguntado por la posibles salidas de la crisis el periodista apeló a las cumbres del clima como único instrumento político capaz de tomar las medidas de carácter global que el mundo necesita. En este sentido, destacó “la experiencia de la respuesta del mundo para frenar de manera exitosa el agujero de la capa de ozono”.
En el plano gubernamental resaltó la visión del gobierno británico que “en 2008 aprobó una ley de cambio climático acordada entre los conservadores y los laboristas”. “Un problema de estas características que afecta a los países de manera tan profunda sólo puede tener éxito con el entendimiento entre derecha e izquierda para abordar la crisis climática”, concluyó.