La petición del regreso se ha convertido en un asunto de debate público desde febrero, cuando unas imágenes mostraban al animal muy desmejorado
El regreso a “la patria” de la panda Ya Ya desde un zoológico de Tennessee (EEUU) ha regocijado a cientos de miles de chinos, preocupados por el estado de salud de la osa, convertida en protagonista involuntaria de la creciente hostilidad de los últimos tiempos entre China y Estados Unidos.
Ya Ya, nacida en Pekín en el año 2000, viajó con tres años al zoológico de Memphis junto al macho Le Le, nacido en Shanghái, dentro de un programa de cooperación entre el país asiático y el norteamericano.
Los pandas se convirtieron en las estrellas de ese recinto, pero a principios de febrero pasado saltaron las alarmas cuando Le Le murió repentinamente y se difundieron en las redes sociales imágenes en que se veía a la osa, cuanto menos, desmejorada.
China envió entonces a un equipo de expertos a determinar las causas de la muerte del panda, mientras miles de personas comenzaban a mostrar su preocupación en las redes sociales chinas, donde se multiplicaron las campañas para pedir el regreso de Ya Ya.
La situación coincidió con el incremento de las tensiones entre Pekín y Washington, lo que convirtió a la osa panda -que aparentemente no sufre enfermedad alguna- en arma arrojadiza y un nuevo motivo de crítica a EE.UU. tanto en las redes como en algunos encendidos editoriales de la prensa oficial china. Hasta tal punto despertó interés el estado de Ya Ya que su salud y posible retorno se convirtieron en las últimas semanas en pregunta habitual durante la rueda de prensa diaria del Ministerio chino de Exteriores.
“La cooperación en la protección e investigación sobre los pandas gigantes promueve la protección de los animales, la educación pública y los intercambios entre los pueblos. China está dispuesta a seguir protegiendo a los animales amenazados en proyectos con otros países, incluyendo EE.UU.”, atajó recientemente Mao Ning, una de las portavoces de ese departamento. También afirmó que Ya Ya estuvo bien cuidada en Memphis y que los estadounidenses la “querían profundamente”.
El tono conciliador de la funcionaria dista sin embargo del mantenido en las últimas semanas por el diario oficialista Global Times, que de alguna forma logró relacionar en varias ocasiones dentro de artículos y editoriales las tensiones bilaterales con la situación de Ya Ya.
En un sorprendente giro argumental, el rotativo publicó hoy otro editorial en el que acusa a la cadena estadounidense CNN de “malinterpretar la atención que Ya Ya provoca en la población china como un símbolo de nacionalismo” y de afirmar que “los medios chinos usan a los pandas para promover sentimientos anti-estadounidenses”.
“Es completamente normal que los chinos se preocupen por la osa panda, porque Ya Ya es uno de nosotros”, afirma en el artículo Xu Liang, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad de Estudios Internacionales de Pekín. Según Xu, la “demonización” de la llamada “diplomacia china de los panda” refleja “la necesidad (occidental) de suprimir a China de los últimos años”.
“Es innegable que los pandas siempre han tenido la misión de promover la paz y la amistad. Y esto es lo que el turbulento mundo actual necesita para inyectar estabilidad y certeza”, remata el editorial.
Sea por una nacionalismo, “animalismo” o por la ternura que despierta el adorable plantígrado, el retorno de Ya Ya ha causado euforia en el país asiático.
El vuelo en el que viajaba la osa, que deberá guardar cuarentena un mes en Shanghái antes de viajar al zoo de Pekín, fue el más monitoreado en la web especializada FlightRadar y el número de personas que seguía la trayectoria del avión crecía según la aeronave se acercaba a China. A bordo llegaba también el cuerpo de Le Le, que los expertos examinaran para conocer mejor el metabolismo de los pandas ancianos.
Decenas de personas se acercaron al aeropuerto de Pudong a recibir a Ya Ya y las etiquetas en redes sociales sobre su retorno fueron virales: más de 130 millones de visualizaciones cuando el animal “abordó” el vuelo de regreso, 340 millones en las publicaciones con la etiqueta “Recibamos a Ya Ya online” y 520 millones en las que anunciaban el aterrizaje.
En cuanto al futuro de la colaboración China-EE.UU. en materia de pandas, el principal organismo responsable del tema en el país asiático lo tiene claro: “esta cooperación ha jugado un papel positivo en la preservación de las especies amenazadas y la promoción de la amistad entre los dos países”. Y es que ese programa bilateral es de las pocas áreas de cooperación que no se han resentido en los últimos tiempos.
La primera pareja de pandas que viajó fuera de China fue un regalo de este país a Estados Unidos para sellar el acercamiento a raíz de la histórica visita del entonces presidente Richard Nixon a Pekín en 1972 para verse con Mao Zedong.
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