Fernando Alonso saldrá desde la segunda posición en el GP de Arabia Saudí, sólo por detrás de Sergio Pérez, que ha puesto de manifiesto la superioridad de Red Bull después de las dudas generadas cuando el monoplaza del bicampeón Max Verstappen dijo basta antes de que el holandés pudiera si quiera marcar un tiempo en la Q2.
El piloto asturiano se ha quedado a un paso de la pole, por lo que será el primer rival del todopoderoso Red Bull en la lucha por la victoria. Por su parte, Carlos Sainz saldrá desde el quinto lugar.
La Alonsomanía ya es más que una sensación. El estado de ánimo que enganchó domingo tras domingo a los españoles al televisor hace 18 años ha vuelto y el proyecto de Aston Martin se confirma como la gran revelación de la Fórmula 1. Lance Stroll, compañero de Fernando, partirá desde la sexta posición, lo que afianza la actuación de los coches verdes en Bahréin.
Las posibilidades de Fernando Alonso y de Carlos Sainz se dispararon en la Q2, ya que con Verstappen fuera por problemas de fiabilidad y con Leclerc con una sanción pendiente de 10 posiciones, los tiempos de Pérez parecían alcanzables; sin embargo, el mexicano demostró una vez más que es mucho más que el escudero de un gran campeón y firmó su segunda pole consecutiva en Arabia Saudí, con Leclerc a menos de dos décimas y Alonso a casi medio segundo.
Antes del arranque del Gran Premio los expertos, incluídos Pedro de la Rosa, embajador de Aston Martin y expiloto de Fórmula 1, deslizaban que a priori este no era un fin de semana en el que el trazado les favoreciera como fue la primera carrera en Bahréin. Pese a ello, tanto Fernando Alonso como Lance Stroll han demostrado durante los entrenamientos y la clasificación que estaban ahí y que si algo lastraba a Red Bull, aparentemente en otro mundo, podían soñar.
Con Verstappen fuera de la batalla y con Leclerc en el duodécimo puesto, Fernando Alonso será el principal escollo para que Pérez acabe en lo más alto del podio. El trazado de Yeda se caracteriza por la alta velocidad de sus curvas, encasilladas en un laberinto de muros donde cualquier error conduce a un choque muy probablemente irreversible y que obligue al coche de seguridad a salir a pista, lo que abre e un escenario que altera por completo la carrera.