Llegó al trono como «el rey de los pobres», pero es el quinto monarca más rico del mundo y lleva una vida de lujo desenfrenado. Mohamed VI ha preferido seguir en su paraíso en Pointe-Denis, cerca de la capital de Gabón, antes que recibir al presidente del gobierno, Pedro Sánchez, a quien ha dado un soberano plantón. Sánchez se ha desplazado a Rabat junto a 11 de sus ministros para celebrar la Reunión de Alto Nivel (RAN), un encuentro bilateral que no tenía lugar desde 2015. En las anteriores sí estuvo Mohamed VI: en 2003 con Aznar, y en 2012 a Rajoy. Mohamed VI, que sí recibió a Sánchez en abril para celebrar el giro dado por España en su política sobre el Sáhara, ha liquidado el compromiso con una llamada telefónica de media hora desde Pointe-Denis, en Gabón. A 4.105 kilómetros de distancia.
El rey de Marruecos lleva en su mansión de el cabo de la península de Pointe-Denis, cerca de Libreville, capital de Gabón, desde Navidad. Allí recibió el Año Nuevo, como suele hacerlo en los últimos años. Es un lugar idílico, con unas playas interminables y un medio ambiente espectacular. Debe su nombre al rey Denis Rapotchombo, cuyo verdadero nombre era Antchouwe Kowe Rapotchombo, es una península en el estuario del río Komo. Hay un par de reservas naturales, como Pongara y Nyone.
A Gabón, en la costa del Atlántico, en África central, llegaron los bantúes hace 4.000 años pero fueron las tribus Mpongwe, de los myene, los que se establecieron en esta zona de la costa, en el siglo XVI. Los europeos también se fijaron en las posibilidades que ofrecía el enclave para el comercio. Incluso el rey Denis cedió territorio a los franceses en 1839, un gesto que fue rechazado por otros reyes. Así facilitó la colonización a Francia. En el lado atlántico pueden verse tortugas marinas.
Es un paraje en el que Mohamed VI se siente a salvo, rodeado de sus amigos, los hermanos Azaitar, expertos en artes marciales, y el último incorporado a su grupo, el melillense Yusef Kaddur, con quien celebró en las calles de Rabat la victoria de los Leones del Atlas sobre España. A Mohamed VI le gusta la buena vida y estar fuera de foco.
En Pointe Denis tiene la intimidad garantizada gracias a sus buenas relaciones con el presidente, Ali Bongo, amigo de la infancia. El padre de Ali Bongo, que también rigió los destinos de Gabón, tenía una relación excelente con Hasán II. Ali Bongo y su familia poseen un palacio en Marraquech, que han construido en unos terrenos facilitados por el rey de Marruecos.
Siempre que puede, especialmente en invierno, Mohamed VI se establece en Pointe Denis. Allí estaba cuando el presidente del gobierno, Pedro Sánchez, le envió la carta en la que España reconocía la marroquinidad del Sáhara. En estos parajes, los más ricos del planeta han encontrado un refugio ideal. Lujos como de primer mundo y naturaleza salvaje. O casi.
Estrecha amistad con el presidente de Gabón
Las llegadas de Mohamed VI a Gabón a veces se revisten de visita oficial. Suelen comenzar con un encuentro en Libreville con el presidente Bongo. Así pasó en diciembre pasado, como daba cuenta Gabonreview. Fue su primer destino una vez pasada la pandemia, en diciembre de 2021. Justo antes de la pandemia, en enero de 2019, el rey de Marruecos estaba en Gabón cuando tuvo lugar una intentona golpista frustrada. La Marina Real marroquí garantizó la protección del monarca.
También Ali Bongo es un asiduo en Rabat y Marraquech. De hecho, en Marruecos es donde se recuperó del agotamiento que sufría a finales de 2018. Tanto Ali Bongo como Mohamed VI sufren episodios de narcolepsia y suelen quedarse dormidos en actos oficiales. El presidente gabonés es cuatro años mayor que el monarca marroquí, que cumple 60 años en agosto, y los dos tienen una salud frágil.
Esta química la tenía Mohamed VI con el rey emérito Juan Carlos I. Sin embargo, con Felipe VI no tiene esta cercanía. El rey de Marruecos habla bien español desde la infancia.
El corazón le ha dado ya varios disgustos a Mohamed VI. En 2018 fue intervenido en una clínica de París y en junio de 2020 también le operaron de un problema relacionado con su arritmia cardiaca en Rabat. Hay quienes aducen que el monarca marroquí se aparta cada vez más del día a día del gobierno debido a sus achaques físicos. Su hijo Mulay Hassan, que ya ha cumplido la mayoría de edad, ya tiene una oficina en Palacio y asumirá más funciones poco a poco.
Palacios, empresas y coches de lujo
Es posible que también influya que su padre, Hasán II, le educó con gran rectitud, incluso dicen que con castigos físicos. Con 11 años asistió al entierro del presidente francés Georges Pompidou. Según relata Jean-Pierre Tuquoi, en El último rey. Crepúsculo de una dinastía, su aprendizaje fue muy estricto. Al principio de su reinado impulsó un proceso de liberalización, pero siempre controlado desde arriba, con gran poder del rey, que es uno de los grandes empresarios del país.
En Marruecos, si compras en Marjane, una de las grandes cadenas de supermercados del país, estás engrosando la fortuna del rey; si contratas un seguro en Wafa Assurance, también los beneficios van a Mohamed VI; igual ocurre si tienes tus ingresos en el Banco Attjariwafa, o reservas en la cadena de hoteles Atlas, según informa Africa Mundi. Es propietario de uno de los fondos de inversión más importantes de África, Al Mada.
Así se explica que Mohamed VI posea 12 palacios en todo el mundo, una flota de 600 vehículos, entre ellos varios Rolls Royce, Cadillacs, Bentleys y Ferraris, y uno de los yates más grandes del mundo, el Badis I, que le costó en 2019 unos 100 millones de euros. Cuenta con tres aviones privados. En uno suele trasladar el equipaje cuando se desplaza. Suele quedarse meses fuera de su país, por lo que la prensa independiente le llama «el rey ausente».
Así tampoco extraña que adquiriese en 2020 un palacio en París, en el número 20 de la Avenida Émile Deschanel, en el distrito siete, que Africa Intelligence valoró en 80 millones de euros. La mansión, de más de mil metros cuadrados habitables, incluye un jardín colindante con el Campo de Marte, junto a la Torre Eiffel.
Hasta que adquirió esta villa parisina, Mohamed VI solía permanecer en sus estancias, que se prolongan durante meses, en Francia en el castillo que heredó de su padre Hasán II en Betz, a unos 60 kilómetros de la capital. Hasán II lo había adquirido en 1972. Cuatro años más tarde el entonces príncipe visitó el palacio.
Los apenas 1.100 habitantes de Betz contaban en un documental titulado El rey de Marruecos y Betz, una historia de generosidad, que suelen saber que el monarca está en el castillo por el despliegue de seguridad. La residencia incluye una finca de 70 hectáreas, como 70 campos de fútbol. Cada año el monarca sortea 15 viajes a Marruecos entre los vecinos de Betz, que en ocasiones trabajan al servicio del rey, aunque suele llevarse a sus empleados allá donde va.
El castillo de Betz perteneció a la princesa de Mónaco, Marie-Catherine de Bringle, que adquirió la residencia para estar más cerca de su amante, el príncipe de Condé, que vivía en Chantilly. Después de la Revolución en 1789 fue abandonado, hasta que a principios del siglo XIX se emprendió su restauración. Madame Vincent lo restauró conservando el estilo original.
En París y sus alrededores, o en el paraíso de Gabón, pasó la mayor parte de 2022 Mohamed VI. La última vez que se le vio en las calles de Rabat para festejar la victoria de Marruecos en el Mundial de Qatar. Recibió a los Leones del Atlas, que alcanzaron el mejor puesto de un equipo africano en la historia, el 20 de diciembre en Rabat. A ellos les esperó. Pero por Sánchez no iba a cambiar su agenda. Ya tiene de él lo que quería.