Vladimir Putin y Mijail Gorbachov son dos líderes antitéticos, pero hay algo que les unía: su hermandad con Ucrania. El primer y último presidente de la Unión Soviética sufrió especialmente la independencia de Ucrania, que se consumó justo antes de dejar el poder en diciembre de 1991. De madre ucraniana, Gorbachov consideraba inconcebible que Ucrania y Rusia tomaran caminos separados. Pero, a diferencia del actual líder del Kremlin, nunca consideró que la guerra fuera una solución.
Aún se desconoce si Vladimir Putin asistirá al último adiós a Mijail Gorbachov, fallecido el martes en un hospital de Moscú a los 91 años. Llevaba tiempo con la salud muy debilitada por una dolencia renal. Lo que se hizo público este miércoles es que será enterrado en el cementerio Novodévichi, junto a su esposa Raisa, y la capilla ardiente se instalará en la sala de columnas de la Casa de los Sindicatos, según informó su única hija Irina a la agencia Interfax. «Ha sido una decisión de la familia».
Putin, que no se veía con Gorbachov desde 2006, ha descrito al mandatario fallecido como «un político y un estadista que influyó enormemente en la historia mundial». Añadió que dirigió el país en «un periodo de complejos y dramáticos cambios, de desafíos sociales, económicos y de política exterior de gran envergadura». Pura diplomacia post mortem.
Gorbachov era el chivo expiatorio de Putin, a quien echa la culpa del pasado»
william taubman, autor de ‘gorbachov’
En realidad, Putin culpaba a Gorbachov del colapso de la Unión Soviética, a su juicio, el mayor desastre geopolítico del siglo XX. William Taubman, autor de la biografía titulada Gorbachov. Vida y época (Debate) asegura que era «el chivo expiatorio de Putin, a quien echa la culpa por el pasado». Para Putin, Gorbachov se fío en exceso de Occidente y actuó de forma ingenua.
Contra el ‘nacionalismo suicida’
Gorbachov nunca quiso la disolución de la URSS, sino una federación reformada, y lo que le dolió especialmente fue la separación de Ucrania. En una entrevista en 1991 en The Washington Post, aseguraba que «no podía imaginar una unión sin Ucrania». Putin defiende, como expuso en un discurso de 7.000 palabras publicado en el verano de 2021, que «Rusia y Ucrania forman un solo pueblo».
El entonces presidente soviético llegó a pedir al líder estadounidense, George HW Bush, que se manifestara contra el «nacionalismo suicida». Bush habló en Kiev en 1991 de que «libertad no era lo mismo que independencia». Se resistió al camino hacia la independencia del país vecino, que consideraba el suyo por vía materna y por el origen de Raisa de padres ucranianos, y cuando fue irremediable tras el referéndum de 1991 confió en que esa ruptura no impidiera mantener lazos fuertes entre los dos países.
«Gorbachov aceptó finalmente la independencia de Ucrania con la esperanza de que las relaciones fueran positivas y se potenciara la integración a través de instituciones regionales», señala Samuel Ramani, profesor asociado en el Royal United Services Institute for Defence and Security Studies, según cita Newsweek. Siempre tuvo el temor de que las disputas territoriales derivaran en violencia.
Crimea quedó adscrita a Ucrania basándose en leyes soviéticas, y ahora se ha corregido ese error»
Mijail gorbachov, sobre la anexión y el referéndum del kremlin
Los rusos seguían reclamando Crimea después de la independencia y así fue anexionada en 2014, en un movimiento condenado por la gran mayoría de la comunidad internacional. Gorbachov apoyó el paso dado por Putin en Crimea. En declaraciones a The Moscow Times, dijo: «Crimea quedó adscrita a Ucrania basándose en leyes soviéticas, es decir leyes del Partido Comunista, sin preguntar a la gente. Ahora se ha corregido ese error». Daba por bueno el referéndum organizado por Rusia para ratificar su anexión.
Actualmente, el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha confirmado que su país aspira a recuperar también Crimea, lo que puede eternizar la guerra. En esa época criticó a Occidente por intentar atraer a Ucrania hacia la OTAN. «Esto solo traerá discordia entre Rusia y Ucrania», insistió. Pero le parecía inimaginable una guerra entre Rusia y Ucrania. «Sería absurdo», dijo a un diario siberiano en 2014.
Después de sus declaraciones sobre Crimea, las autoridades ucranianas vetaron la entrada en el país a Gorbachov. Llama la atención que ni Zelenski ni otras autoridades ucranianas hayan dicho nada sobre la muerte de Gorbachov.
A pesar de que la independencia de Ucrania le parecía un «error» y fue crítico con ese acercamiento aliado a Ucrania, la invasión, que ya se produjo cuando Gorbachov estaba a punto de cumplir los 91 años tras pasar una larga temporada aislado por la pandemia, le tenía muy preocupado, según algún allegado. Para el coautor de un libro titulado Nunca más la guerra, ver cómo su país estaba inmerso en un nuevo enfrentamiento que le aísla de la comunidad internacional, le apenaba profundamente.
Gorbachov vivió de cerca los estragos de la Gran Guerra Patria y eso le marcó. Los alemanes ocuparon la zona donde vivía su familia en el Cáucaso y creó que su padre había muerto. Al finalizar la contienda, la pobreza era pavorosa. Los libros le salvaron. A Kohl le explicaba, según detalla Francisco Herranz en su biografía Gorbachov. Luces y sombras de un camarada: «La guerra es la guerra. Para nosotros, para nuestra gente, fue una guerra dura y terrible, e incluso creo que los alemanes fueron completamente destrozados. Nuestros dos pueblos y otros como los polacos experimentaron una tragedia y eso no se puede olvidar». Para Putin la Gran Guerra Patria es una evocación gloriosa en el Día de la Victoria. Nació después del conflicto, y es un hijo de la Guerra Fría. Fue espía y como espía vive aún.
Nunca expuso Gorbachov su desaprobación de forma pública sobre Putin, aunque siguió reivindicando la necesidad de que Rusia necesitaba más democracia y más apertura. Como gran luchador por el desarme y la paz, no concebía que la guerra fuera una salida. Según el periodista Alexei Venedkitov, que le vio en junio en el hospital, estaba preocupado al ver cómo su legado había quedado hecho cenizas. En Rusia, deja un autócrata que recupera la doctrina Brezhnev y sueña con restaurar el imperio, y EEUU y la Unión Europea tratan a su patria como un apestado.
Lo que no llegó a entender probablemente Gorbachov es que la libertad, que siempre defendió, es el sueño de los ucranianos y por lo que luchan contra el Kremlin.