«Hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes». El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, buscó zanjar desde Washington, tras su reunión en el Despacho Oval de la Casa Blanca con Joe Biden, la polémica que ha teñido este primer día de campaña del 28-M: la incorporación de 44 condenados por colaboración y pertenencia a ETA en las listas electorales de Bildu. Con estas palabras, Sánchez mostraba su repulsa de manera tajante al gesto dado por la izquierda abertzale. Decisión por la que él y su partido se han visto atacados por parte del PP, Vox y Ciudadanos, al ser la formación de Arnaldo Otegi socio habitual del Ejecutivo.
En los últimos dos días, ministros y barones socialistas han recalcado el rechazo taxativo del partido a la incorporación de exetarras en las candidaturas de Bildu, que fue denunciada primero por el Colectivo de Víctimas del Terrorismo (Covite). Pero era Sánchez quien tenía que atajar la polémica para intentar desarmar al PP. De ahí que el presidente eligiera la máxima contundencia: «Hay cosas que pueden ser legales, pero no son decentes, y esta es una de ellas. Creo que lo único que pueden aportas estas personas a la vida pública es un mensaje de perdón, de reparación y de arrepentimiento«.
Subraya que su posición sobre el terrorismo es «clara»: «Siempre hemos trabajado por la unidad de los demócratas cuando existía ETA, y lógicamente apelamos a esa unidad para recordar que ETA desapareció hace 12 años»
Pero a continuación señaló que «lo más importante» es que «hace 12 años la democracia española derrotó a ETA y por tanto la labor de todos los responsables políticos, en primer lugar del Gobierno de España, pero de todos los responsables políticos, es reconocer y respaldar a las víctimas del terrorismo«. Ahí estaba la crítica indirecta al PP, ya que los socialistas creen que Alberto Núñez Feijóo utiliza el terrorismo como arma arrojadiza contra ellos, obviando que la banda dejó las armas en octubre de 2011 y firmó su disolución en 2018.
Cuando se le preguntó si esa repulsa a la decisión de Bildu puede suponer un replanteamiento de sus relaciones con la formación de Otegi, Sánchez eludió responder. Recalcó que el Gobierno ha mantenido una posición «clara e inequívoca» en relación con el terrorismo: «Siempre hemos trabajado por la unidad de los demócratas cuando existía ETA, en contra de la violencia, y lógicamente apelamos a esa unidad para recordar siempre que ETA desapareció hace 12 años como consecuencia de la victoria de la democracia sobre la violencia».
E insistió en que a lo «único» a lo que pueden «contribuir» los condenados es a la reparación y el «arrepentimiento» ante «el dolor que causaron durante esos años duros y difíciles» en los que existió la banda. De nuevo trasladó a las víctimas el «absoluto compromiso en su apoyo, su reconocimiento y su eterno recuerdo». «A partir de ahí, se podrá decir si es legal, que es legal, pero desde luego no es decente y merece el mayor de los reproches, que es el que yo como presidente del Gobierno le hago». Es decir, que Bildu cumple con la ley, porque esta no impide que se presenten a elecciones a quienes han cumplido ya su pena, pero no es «decente», ni moral que lo hagan.
Sánchez insiste en el «absoluto compromiso» del Gobierno con las víctimas «en su apoyo, su reconocimiento y su eterno recuerdo»
La comparecencia de Sánchez se produjo sobre las 21.30 horas tras su reunión de 45 minutos con Biden en la Casa Blanca, encuentro que sirvió para visualizar las «excelentes» relaciones entre los dos países. Y ocurría horas después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional informase de que estudia si investiga a las 44 personas condenadas por su pertenencia a ETA incluidas en las candidaturas de EH Bildu tras recibir la denuncia de la Asociación Dignidad y Justicia, en la que su presidente, Daniel Portero, instaba a analizar si esas listas son válidas. Actúe o no el Ministerio Público, Bildu y sus listas han entrado en la campaña del 28-M.
Y es que el PP se ha aferrado a un tema fetiche y que ha sabido utilizar en los últimos días, hasta el punto de que Sánchez tuvo que lanzar un mensaje contundente desde la Casa Blanca, a lo largo de su comparecencia ante los medios en solitario, como estaba previsto ya que Biden suele dar ruedas de prensa con mandatarios extranjeros solo cuando se trata de visitas de Estado. El líder socialista sabe que es un foco de potencial erosión, ya que Bildu es uno de los socios de legislatura en los que se ha apoyado el Ejecutivo para sacar adelante leyes como la de vivienda, aunque en otras, como la reforma laboral o la modificación de la ley del sí es sí, ha contado con su voto en contra. Pero sobre todo esta polémica ataca uno de los ejes de la campaña del 28-M de los socialistas, centrada en la gestión del Gobierno y en materias como vivienda, medio ambiente, jóvenes y sequía. No Bildu.